viernes, 12 de agosto de 2011

CAPITULO 9°


Para Baki, la otra promotora de mi historia, la niña de los buenos consejos, la que nunca había visto un fic escrito en teatro, la chica de los renglones rojos..... 



Se oyeron las risas de los dos dirigiéndose al salón de la casa de los Cullem, unas risas que en ese mismo instante dejaron claras muchas cosas a la familia Brenan. 

Por una parte Marlena y Dorothy tenían un solo fin, venganza por ,otra Ruffus estaba contento, si Petter Cullem estaba de buen humor, quizás las negociaciones de esa noche no fueran tan arduas como él pensaba. 

Una Alice triunfante se incorporó al grupo agarrándose al brazo de su padre, quien besó su frente sintiéndose honrado al ir custodiado por dos extraordinarias mujeres. 

Y Edward, el ogro, el magnífico ejemplar de hombre, dejaba ver en su cara tal admiración por aquella mujer, que no quedaba ya rastro de duda. Definitivamente esa era su mujer, costase el tiempo que costase, la paciencia,el control, la dedicación, todo eso eran ya simples adjetivos. Bella sería la única que ocuparía ese lugar. 

Indicó con la mano a la familia Brenan el camino hacia el salón y rodó los ojos hacia Bella. Y allí estaba ella, balanceando sus caderas, su cuello erguido, su risa como una canción. Su mundo en ella, sólo en ella. 

No quiso tan siquiera mirar a Marlena, su malintencionado comentario, había hablado por sí solo. Y respecto a Bella, ella había dejado claro que conocía su relación. ¿Le habría explicado Alice como fue?. En ese momento solo con recordarlo sintió asco; una mujer como Marlena no tenía derecho a ser amada. Recordó como el día siguiente de aquel supuesto encuentro, ella aprovechó todos y cada uno de los momentos con conocidos para promulgar a los cuatro vientos que habían pasado la noche juntos. Y si eso había sido como ella contaba, ¿como es que él no recordaba nada?. 

Y como llegó ese pensamiento desapareció y se acercó a Bella para acomodarla en la mesa, bajó hasta su oído. Quería jugar con ella, hacerla reír, y el fue el que volvió a encontrar la horma de su zapato. 



Edward: Pequeña fiera, ya hablaremos tú y yo después. 

Balla: Ni lo dudes, tenías que haberme avisado, me he dejado las armas en casa. 



Edward soltó una carcajada que llenó el corazón de Petter, no recordaba el tiempo que no veía a su hijo feliz, contento, participando de una reunión. 

Durante la cena hubo tantos momentos especiales para Edward, que olvidó prestar atención a las propuestas de Ruffus hacia su padre. Alice consiguió dominar a las brujas y Bella solo palabras cómplices y ojos para Edward, pero estuvo muy atenta contestando con algunos monosílabos a las preguntas de Ruffus. 

La vió desenvolverse con tanta naturalidad, siendo tan ella misma, tan abierta y sincera, tan ingenua, tan libre y con tanto coraje, que por momentos la iba admirando mucho mas. 

La observó saborear la comida, lamerse los labios; todo en ella era tremedamente especial, sensual. Tantas miradas entre ellos solo provocaban el indigno malestar de Marlena, quien no paraba de hacer comentarios indiscretos a su hermana. La idea de elaborar un plan para separar a Bella de Edward crecía en su cabeza, viendo la posibilidad de triunfo, el éxito en una campaña de ruptura, de dolor. 

Bella observaba de manera esporádica, a aquella mujer que constantemente examinaba todos los gestos de Edward hacia ella, así que optó por hablar con Petter que hizo que se relajase infinitamente y que obviara por completo las intenciones de las hermanas limón y pomelo. 



Una sutil ráfaga de aire rozó su cuello, pudo sentirla a través de toda su piel, caliente, íntima y antes de girarse ya sabía a quien pertenecía. Organizar pensamientos en su mente, era muy complicado mientras palabras aterciopeladas, roncas y remolonas, surgían de la boca de Edward, haciéndola enderezar su espalda e impulsar las plantas de sus pies sobre el suelo, notando como se estiraba su columna. 



Edward: Solo estoy pendiente de ti, solo me importas tu. Bella: ¿De verdad? 

Edward: No pongas eso en duda jamás. 

Bella: Las señoritas limón y pomelo no creo que lo tengan del todo claro, y me imagino que repartidas por todo el mundo, habrá un montón de frutas ácidas y agrías que se encuentren en las mismas circunstancias. 



La carcajada de Edward esta vez fue estruendosa, incontenible al escuchar el apelativo de designación a sus amantes pasadas, lo que provocó nuevas miradas. 



Edward: Y tú Bella, ¿por cuántos debería preocuparme? 



Sintió ganas de mentir, ganas de hacerlo sudar un poquito, pero sabía que tarde o temprano la descubriría, como no hacerlo, y por otra parte quiso saber cual sería su reacción, si sentiría rechazo, si le complacería, si no tendría importancia para el. 

Así que como costumbre en ella dijo la verdad y se arriesgó. Bella: Ninguna fruta, ningún amante, ningún amor. 

Lo dijo de una forma casual pero firme, mirándolo a los ojos de manera divertida, como quien se extraña asimisma de no haber gozado de ninguna experiencia, y a la vez cuestionandose si ese hecho era tan inusual. 

Sus ojos se adentraron en los de Edward y vió en ellos crecer una duda. Era curioso, ¿él no la creía?, 

¿se sentía complacido?¿qué estaba pensando? ¿por qué era tan complicado ese hombre? ….mierda, mierda, repetía en su cabeza. 

Hasta que su vena femenina magnífica, rebelde fue mas lejos ¿por qué tenía ella que preocuparse?, ¿de qué tenía que avergonzarse?. Siempre había pensado que el sexo era estupendo cuando era algo íntimo entre dos, cuando era deseado y consciente por ambas partes. No necesariamente tenía que haber amor, al menos eso se había estado repitiendo constantemente, pero sí un sentimiento fuerte hacia la otra persona, además de una atracción intensa y simplemente eso “no había ocurrido”. ¿Qué pasaba si ella no había experimentado anteriormente esa conexión con alguien?. ¿La hacía eso diferente al resto de los mortales? 



Bella: ¿Por qué tanta duda?. ¿Debería llevar una señal escarlata?, o mejor aún ¿debería ir cubierta de un velo transparente y portar en las manos la lámpara del templo de Vesta?. Oh claro que también podría adherirme a la frente una de esas señales permanentes que indicara “peligro virgen”. 

Bella seguía hablando sin parar, hasta que Edward la detuvo, poniéndole dos dedos sobre sus labios. Edward: No preciosa, si te sirve de consuelo también soy un inexperto. Nunca he estado con una 

virgen. 



Seguía jugando con ella, sentía tanta ternura y tanta alegría al pensar que ella deseaba entregarse a él en su primera vez, que comprendió que aunque hubieran existido legiones de hombres antes que él, nada cambiaría lo que sentía por ella... ¿pero qué estaba diciendo?, ¿legiones de hombres?.... Su mente rectificó en décimas de segundo. Ni uno solo, nadie más que él, y además para siempre. Su interior se relajó como quien encuentra la respuesta a un enigma. 

De manera cariñosa y tierna acarició su nariz con los dedos, ella se enderezó en su silla y miró a su alrededor, un montón de ojos pendientes de ellos. ¿Habrían escuchado algo? . Mejor no pensar en eso. Una, a estas alturas, muy cabreada Marlena, dirigía la vista hacia Bella con una mirada envenenada, mirada que a Edward no le pasó desapercibida. 



Edward: Marlena, no pareces de muy buen humor esta noche y creeme, no te favorece nada. 



Lo atravesó con la mirada cargada de odio al ver el rechazo que él le profesaba, de su desinterés, haciendo permanente que él ya había elegido, a Bella, solo a Bella, que le estaba dando con su atención y su afecto el lugar que ella pensó que debería ocupar. 

Cada segundo que pasaba, en su mente iba tomando forma, de manera más concisa una venganza, un plan de destrucción de los dos. Lo haría y sería perfecto; ver a esa doñanadie fuera de la vida de los Cullem para siempre y Edward sería suyo, suyo para manipularlo a su antojo. 

Poco le quedaba de esa felicidad que él estaba disfrutando cuando ella elaborara su ataque, un “jaque mate”, un “caos al amor”. 



La cena transcurrió para todos sin mas incidentes. Petter y Ruffus se retiraron para poder cerrar el trato laboral. El nuevo acuerdo , consistía en lograr nuevos inversores para el despacho, intentar expandir a otras ciudades europeas lo que hasta ahora ya habían logrado. Después de enunciar una lista interminable de posibles candidatos, Petter solo se comprometió a estudiar la misma. No confirmó nada. Tenía por costumbre consultar todos esos temas con Edward y no tomar una decisión final sin su aprobación, y su hijo esa noche era feliz, …. no él no sería quien enturbiara su noche con tratos y negocios, asuntos de finanzas, confianza a la hora de responsabilidades económicas, ventas de acciones. Sin duda no lo haría. A Edward le había llegado la hora de ser feliz, de luchar por su compañera, de conocer un mundo que el había ya había tenido, que el había perdido... 

Edward tomó a Bella por el brazo y la retiró hasta la biblioteca. Bella lo seguía en silencio mirándolocon curiosidad; no tenía ni idea si aquella retirada podía suponer un encuentro romántico, o si por el contrario había cometido algún error. 

Edward abrió la puerta y se introdujo en el despacho con prisas junto a ella, cerró la puerta con el pie, casi de una patada. Bella se asustó. La giró hacia él y sin previo aviso, como el agua cuando inunda, como un huracán cuando asola, unió su boca a la de Bella. Fue arrasador. Una parte de Bella disfrutó del impacto... todo estaba bien...la otra se quejó... demandando ternura... Pero Ewdard no respondió. Como un guerrero sin rival, un ganador mordió sus labios notando la carne suave y fresca contra la suya, introdujo la lengua sin miramientos, sin permiso en la boca de Bella, dominando. Un hombre reclamando lo que era suyo. Demasiado tiempo sin probarla, sin saborear ese elixir que le hacia sentirse vivo. 

Notó como Bella con las manos empujaba suavemente contra su pecho, sintió su deseo pero también comprendió que sus ansias podían amedrentarla. Retiró lentamente su lengua, controló su necesidad y sin despegar los labios de los suyos le hizo saber lo que sentía... 



Edward: Nena, toda la noche he estado deseando ésto, un momento a solas contigo. Demostrarte lo que haces en mi, tocarte hacer que me sientas. 


Bella temblaba, ahora sí, de placer, y como una gatita en celo remoloneando, meciendose en sus brazos, perdido el equilibrio, la estabilidad, subió sus manos al rostro de Edward, acariciando su mandíbula, recorriendo sus pómulos, abrazando su cara con las palmas de sus manos, arrastrando una de ellas hasta el lóbulo de su oreja y pellizcándola tiernamente. 

Edward gimió en sus labios, y en ese momento si pidió permiso, pasó su lengua por la boca de Bella, y como quien relame un néctar tan dulce como una ambrosía, mordió suavemente la unión de su boca y su carita; unió su pecho al de Bella, queriendo así que sus corazones se sintieran, que latieran al mismo ritmo, que se reconocieran. 

Bella abrió su boca, esta vez sin reserva, sin miedo a nada, hacieédose paso despacio, lamiendo cada rincón, sintiendo su sabor, notó la lengua de Edward buscando la suya, envolviéndola, apretándola, masajeandola, derritiéndola, acariciando su paladar, recorriendo sus dientes, deteniéndose para sentirla denuevo. 

Notó como Bella dejaba su cuerpo en total apoyo contra el suyo y la abrazó queriendo separarla del resto del mundo. Solo sus brazos, solo su cuerpo, solo su calor. 

Y entre medio de ese placer, dolor, su polla dolía haciéndole comprender donde quería estar.... dentro muy dentro de ella. 

Empujó secamente su cadera a la de Bella, quería que ella sintiera que su urgencia, que su dureza, que todos sus deseos nacían en ella, siempre en ella. 

Bella se ajustó a su cuerpo como una pieza de relojería perfecta, y si los minutos pasaban en ese reloj sin medida, ellos no lo notaron. 

Las manos de Edward subieron por la espalda de Bella como aire que acaricia espigas de trigo, sus dedos como leves brisas tocaban con sus yemas cada centímetro de su piel. Llegó hasta el centro de la espalda, notando el relieve de su sujetador y como un acto reflejo, sin pensarlo dos veces, hizo ademán de abrirlo y entonces Bella sonrió en su boca. 



Bella: Aparta despacito esas cinco armas letales de mi espalda. 

Lo dijo divertida, irónica, traviesa y atrevida, pero segura de lo que decía. Edward se retiró unos centímetros para mirarla a la cara. La vio sonreír. Gentil y cariñoso, con voz ronca casi como una suplica le habló.. 



Edward: Princesa, esta mañana me pedías más, y yo puedo darte lo que quieras, todo lo que me pidas. Necesito dártelo. Deseo dártelo. 

Bella: Edward, y yo deseo recibirlo pero no aquí, no ahora, no todavía. Creo que deberíamos hablar sobre ti y sobre mi.

9 comentarios:

  1. querida bella esas cinco armas letales como tu dices te abriran las puertas del paraiso jajjajaaj besines ani

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  2. suspirando me dejassssssss que beso le dio ese edward cuando entran a la bibliotecaaa... esos son los que me gustan a miii!! jaja
    Aniii ahra sabremos un poco de elos dosss que lindooo... por dios lo que sera esa primera vezz.. genial genial anisss.. besotesss AGUSLOP

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  3. wow!! madre mia!! no me importaria nada recibir un beso de edward asi!! estoy deseando saber cosas de los dos!! siguela!!! un besooo

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  4. Ummmm saboreo ese besooo ! y me dan ganas de comer muchoo dulcee!
    jajajjajaj
    Besos ani !

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  5. jajjajajajaja esas 5 armas letales me matas jajjajaja

    otra frase que me encanto "Las señoritas limón y pomelo no creo que lo tengan del todo claro, y me imagino que repartidas por todo el mundo, habrá un montón de frutas ácidas y agrías que se encuentren en las mismas circunstancias"por dios que no les hagan dano estas frutas hacidadas

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  6. vasco en serio cómprate un diccionario, for fuck's sake!

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  7. madre de dios ahí en la biblioteca si Bella no le para, se lo montan totalmente ahí con alegría. Y sí deben de hablar antes de pasar a mayores.

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  8. cuanta pasion ani, sin duda me encanta esta pareja y la arpia mayor muriendose de envidia, pero sera posible que los separe, yo creo que si, aun no se conocen del todo y para que ese amor siga hay que abonarlo y que mejor que conociendose, pero no me hago ideas y mejor sigo leyendo que quiero llegar a lo de la depilada jajajajaja, genial guapa besos tq

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  9. Bueno Bella a echado el freno,la primera vez deberia ser especial.Aunque pase lo que pase y como pase sus corazones ya estan unidos.

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