lunes, 23 de julio de 2012

CAPITULO 57


Capítulo 57
... a escondidas...


       La inestabilidad de las emociones del ser humano resulta confundiblemente hermosa en su imperfección.
            Me gustan las sorpresas, los llamados cambios, esos que tan generosamente se dice, nos hacen renovarnos.
         Sin embargo también viviría junto a la rutina, esa que me proporciona las cosas pequeñas de cada día, las que hacen que el aire que no veo me haga respirar, que la lluvia me cale o el sol me caliente, que los amigos estén para escucharme y que el trabajo sea de 8 a 3.
       Si me escucho atentamente puedo oír a mis dudas tan insistentemente como al latido de mi corazón.
          ... La espera de entenderla es inquietante...
A mí me ha demostrado que tiene dos vertientes.
Al paciente le enseña a moderar su quietud, al insistente le muestra una nueva dimensión más relajada de vivir.
De cualquier forma éstas se suceden simultáneamente sobre nosotros sin que seamos capaces tan siquiera cuando se suceden una tras otra, de percibirlas más que a través de las sensaciones.
... sentirlas una vez más, estar vivo....



_ Necesitaba estar a solas con vosotras.
_ Oírte decir eso Bella es esperar una bomba y estoy deseando escucharla.
_ Yo por el contrario creo que taparé mis oídos.
_ Lara por favor.
_ Bella nos conocemos lo suficiente para saber que algo estás tramando y que Edward no sabe nada de ello.
_ Eso lo hace aún más interesante. Soy toda oídos.
_ Sintiéndolo mucho estás en lo cierto.
_ Y llegados a este punto yo debería levantarme y no seguir escuchando.
_ Vamos Lara no seas cobarde. Si te gusta lo que escuchas formarás parte de ello, sino estás de acuerdo, solo tienes que guardar silencio.
_ ¿Y la lealtad Alice?, ¿dónde la dejas?.
_ No te estoy diciendo que no seas leal Lara, sólo que la aparques. Bella y Edward forman un equipo. Ninguno de los dos haría algo que pudiera perjudicar al otro, ni juntos ni separados.
_ Entonces no lo entiendo.
_ Lara escúchame, quizá a lo que no estés dispuesta es a enfrentarte a la decepción de Edward cuando se de cuenta que tú apoyabas mi plan, pero te advierto que la que más lo hará seré yo y estoy convencida de que todo acabará mucho antes si lo hacemos a mi manera.
_ Yo estoy contigo ya lo sabes, sea lo que sea que tengas en mente.
_ Pero es imprescindible la ayuda de Lara, sin ella no podríamos hacerlo. 
_ Bien Bella voy a escucharte, de momento solo eso. Si no veo viabilidad posible y segura no cuentes conmigo, es todo lo que puedo prometerte.
_ ¿Guardarás silencio sino obtenemos tu colaboración?
_ Si Edward no llega a sospechar nada lo haré pero....
_ Vamos ahórrate el resto ya lo sabemos.
_ Alice tu hermano es la persona más honesta que conozco.
_ No vamos a engañarle Lara, solo a ocultarle la verdad.
_ ¿Acaso no es lo mismo?
_ Vamos vamos chicas, el tiempo se nos escapa. Creo que es el momento de conocer lo que estás pensando. Dispara Bella.

 En mi cabeza lo tenía todo perfectamente organizado, sin embargo expresarlo con palabras nunca fue mi fuerte. La decisión de Lara sí como saber que cuando conociera todos los detalles, se negaría a ayudarnos me hacía titubear tanto que incluso antes de comenzar estaba dispuesta a renunciar. Mis manos se estrujaban una contra otra intentando poner algo de orden y calma al caos que se imponía en mi cerebro, sobre todo porque la imagen de Edward aparecía persistentemente delante de mí, como si su espíritu intentara decirme... abandona la idea....no lo hagas.... No sé como pero gemí. Un suspiro salió de mi vientre como si quisiera romper la incertidumbre de esos instantes. Y fue entonces cuando comencé a hablar sin detenerme.

_ El próximo martes tengo cita en el ginecólogo. La he adelantado unos días por lo que Edward no sabe nada aún. Será antes del mediodía, lo que significa que estará trabajando. Haremos que Alice ya tenga el alta, y será quien me acompañe. Mediante James Marlena sabrá que iremos las dos solas y la seguridad tendrá que hacer el mejor de sus trabajos, porque nada debe resultar sospechoso. Necesito encontrarme con ella, saber exactamente que pretende y con qué estaría dispuesta a negociar. Creo que para ella todo tiene un precio y estoy dispuesta a pagar lo que sea necesario.

_ Ya puedes olvidarlo. No cuentes conmigo.
_ Magnífica idea.
_ ¿Estás loca?
_ No pero me volveré eso es seguro si todo ésto no acaba pronto.
_ Si Edward llega a sospechar, óyeme bien, solo sospechar que quieres acercarte a Marlena, conocerás exactamente a ese ogro que lleva dentro.
_ Lara por favor cálmate.
_ ¿Calmarme?. Bella durante años muchos años he visto a Edward crecer, hacerse un hombre, ocupar el lugar de su madre, dar estabilidad al hogar, pensar, recapacitar y vivir una vida en gris, porque fue lo que heredó en su niñez. Llegaste Bella y su vida se llenó de colores. Se suavizó su carácter, calmaste a la bestia y le diste la esperanza de vivir una vida plena. Si algo te sucediera, si Marlena te...
_ Nada de eso ocurrirá, estaré vigilada Lara.
_ ¿Vigilada?, con ella decir eso es no conocerla. ¿Ya lo olvidaste?, cientos de invitados en una fiesta y casi consigue eliminarte.
_ No se atreverá a atacarla directamente.
_ ¿Crees que no lo hará?. Bella es todo lo que ella desea. Es la mujer de tu hermano, su esposa. Si pudiera la destruiría sin pensar si quiera en las consecuencias.
_ No creo que fuese tan valiente para eso.
_ Alice eso  es precisamente cobardía, si fuese valiente asumiría la verdad que tiene delante de sus ojos. Durante años he visto a esa mujer acosar literalmente a Edward, acorralarlo con miles de estrategias, solo para llamar su atención. El no era ni consciente de ello, es que a veces ni se daba cuenta de su presencia. Para Edward Marlena era la hija de su socio.
_ Vale para Edward era invisible.
_ Al principio si Bella hasta que ella ya no tenía reparos y su forma de hacerse presente era más que evidente para él y para todo el mundo. Edward intentaba alejarse de ella todo lo que podía y cuando le era imposible, solo se limitaba a tratarla como un caballero.
_ ¿Y entonces cual es el problema?
_ No hay mayor desprecio para una mujer Alice que sentirse rechazada una y otra vez.
_ Lara solo te pido que lo pienses.
_ ¿Piensas que no lo hago?. Es precisamente por eso Bella, porque lo pienso, porque me gustaría poder ayudarte, porque cada vez que imagino como Edward pueda reaccionar si nos descubre, solo con eso la negativa es inmediata.
_ Lara nosotras también sentimos por Edward amor y respeto, quizá el vínculo sea diferente, pero no olvides que Bella es la que más unida está a él, son un matrimonio, uno solo y aún así ella está dispuesta a arriesgarse precisamente para que esta situación acabe cuanto antes. Mi hermano ha supuesto para mí un apoyo, ha sido la madre que no pude tener, de la que ella misma me privó.Cuando era una niña era mi cuentacuentos, la persona que hacía que no sintiera miedo y en la que me refugiaba cuando los truenos no me dejaban dormir. Fue mi confesor, la persona a quien contaba todo aquello que no era capaz de contar a nadie más. Contestó a mil preguntas que otros no fueron capaces de contestar y esclareció todas mis dudas. Fue el ogro y el ángel, el hermano el padre el amigo. ¿Cómo crees que puedo sentirme si él no conoce lo que estamos hablando aquí?. No me siento orgullosa de mentirle, pero sí satisfecha porque esta vez no conozca la verdad, porque todo saldrá bien y todo acabará antes de lo que espera. Intento verlo como una forma de devolverle de agradecerle todo lo que ha hecho siempre por mí.

Alice no era una inconsciente aunque a veces diera la imagen de parecerlo. Aquella chica risueña, alocada, de aspecto feliz era muy inteligente y tenía una capacidad para expresar sus sentimientos que siempre me conmovía. Cada gesto de su cara de muñeca, cada palabra que había pronunciado eran salidas de ese corazón enorme que la había llevado a ser quien era. Yo sí que me sentía orgullosa de estar a su lado, de tenerla como cuñada, deseando compartir con ella todo como si de mi hermana se tratara. No tenía dudas en cuales habían sido los motivos por los que Emmet se había enamorado de ella. Su aspecto frágil, de mujer coqueta y sensual envolvían una mente prodigiosa y un corazón a prueba de toda maldad. Ella también conocía las consecuencias de ocultar aquella verdad y se enfrentaba a ellas sin temor. Valiente, Alice era una valiente, intuitiva, instintiva, con el coraje suficiente de afrontar la respuesta a sus decisiones.

_ Perfecta tu declaración de principios Alice, pero mi vínculo a Edward no es de sangre. Yo no tendré el privilegio si algo no sale como lo planeamos de salir viva de ésto, mi responsabilidad es bien distinta a la tuya. Vengo de cometer un error que marcó mi vida. Me entregó su confianza, me extendió la mano, me permitió demostrar un valor que había perdido. Lo he visto niño recuperarse de una pérdida y hacer de todo lo que has dicho. Vivir interiormente en un infierno que no demostraba, crecer y hacerse un hombre. Ser capaz de hacer frente a situaciones que ni Petter llegaba a entender invadido de aquellas sombras del pasado que no le dejaban ser quien era. Se ha curtido a base de decepciones. Ha buscado y esperado unas veces pacientemente y otras con una desesperación sangrante que alguien llegara a su vida para clamar su angustia, sus carencia, su vacío. ¡Mírala Alice!, la tiene frente a tí. Bella es tu aire, su luz, su calor, su esperanza, su futuro y su continuación. No creo que puedas entender lo que siento al pensar que pueda vivir privado de todo lo que ella significa. No estoy pensando en mi futuro si eso ocurriera, lo que me asusta, lo que me paraliza es pensar que Edward subsistiera si Bella no estuviera junto a él.
_ Lara nadie va a separarme de Edward.
_ ¿Estás segura?, dime que estás segura al cien por cien, dime que no existen riesgos lo suficientemente peligrosos para que algo pueda no salir como presientes.
_ Quisiera hacerlo, pero no puedo. Es cierto que todo no depende de nosotros y perdóname si en algún momento he sido tan irresponsable que solo he pensado en resolver una situación sin tener en cuenta cuales son vuestros sentimientos.
_ Entiendo, comprendo los deseos que tienes porque acabe todo, por tener la vida que te mereces junto a Edward, junto a la familia y humildemente incluso que yo pueda verla aunque sea desde fuera, pero no puedo Bella, no puedo dejar que llegues tan lejos sin que Edward lo sepa.
_ Si tú no estás conforme no daré ni un solo paso.
_ Si tú no lo das, solo puedo prometerte que no repetiré esta conversación, que Edward no sabrá por mí nada de lo que hemos hablado.

Aunque veía frustrados mis planes, podía entenderla. Admiraba su lealtad e incluso me hacía sentir que era yo quien fallaba a la confianza de Edward. Nadie mejor que ella para luchar a nuestro lado. Estaba convencida, que por mucho que buscara no hubiera encontrado a nadie que llevara tan lejos su confianza, y sobre todo alguien que sin ser de la familia luchara por ella como Lara lo hacía. 
Nos miramos las tres y el silencio se instaló entre nosotras como si nada de lo que hubiéramos hablado permaneciera en nuestra memoria, como si aquella situación hubiera sido solo un pensamiento que no se hubiera llegado a pronunciar, Respeto, era exactamente lo que sentíamos en esos momentos.
Tendría que esperar y era exactamente lo que me producía angustia. Edward tenía razón, mi fuerte no era la paciencia.


_ Te estoy escuchando y me cuesta dar crédito a tus palabras.
_ No son mías Emmet, son de Bella.
_ Nunca hubiera llegado a pensar que mi pequeña se convirtiera en una genia de esta magnitud.
_ Emmet pareces no entender nada. No es mi intención hacer realidad lo que Bella ha expuesto, al menos no exactamente.
_ Pues ahora si que me dejas fuera de juego Edward. ¿Qué problema existe para que nosotros obtengamos esas acciones?, creía que tu confianza en nosotros era igual a la nuestra. No encontrarías un lugar mejor donde depositarlas.
_ Emmet, las acciones, mi futuro, la empresa y mi vida ya están en manos de tu hermana. Todo lo que poseo, lo que pueda perder y obtener, lo que soy y lo que seré ya es suyo. No lo entiendes. No quiero que vuestro capital se pierda se vea mezclado con las intenciones de una mujer que no tiene ningún tipo de escrúpulos y llego aún más lejos. La idea es perfecta pero....
_ Ahora aún lo tengo menos claro. Dices que no pero es que sí, hablas de no llevarla a cabo pero en el camino cambias de opinión.
_ Esme solo quiere dinero, siempre fue así. Manejarlo a su antojo sin imposiciones, gastarlo en ocasiones incluso para dejar en jake a nuestra familia. Es y ha sido siempre igual de absurda y créeme si te digo que me costó tiempo entenderlo. Durante muchos años pensé desde el punto de vista de hijo, sin atender a las razones obvias de su descontrol. Luego entendí que no hay sentimientos responsables ni de valor dentro de ella. Vivir de las rentas le ha sido válido siempre, pero el afán de Marlena ahora por destruirnos ha sido para ella el trampolín que necesitaba, la excusa perfecta para conseguir lo que en realidad ambicionaba. Creer que puede competir en igualdad de condiciones con nosotros, ser parte en la misma medida que lo somos. Obtener la mitad de todo.
_ Pero sabe que no lo conseguirá.
_ Y es por ello que creo firmemente que Bella no se equivoca y que una vez que sea la esposa de Ruffus negociará con nosotros.
_ ¿Dónde falla Bella entonces?
_ Ella no falla, soy yo el que llega más lejos. Esme no obtendrá ni una sola libra. Su avaricia morirá con ella. Pienso utilizar su urgencia en la venta en su contra. Vuestro dinero comprará las acciones, pero ella no querrá ingresarlo en ninguna cuenta, no si el régimen de gananciales la ata de por vida a Ruffus. Nos pedirá una transacción en metálico.
_ ¿Piensas pintar el dinero?
_ Te asombrarías de lo que Lara y su equipo pueden hacer.
_ ¿Y cuando lo descubra?, ¿no temes las represalias?.
_ Sinceramente no. Ella no podrá nada contra nosotros una vez que no posea nada y si reclama legalmente como nula la venta, se presenta ante Ruffus habiendo firmado un documento sin autorización. Legalmente se condenaría 
_ Y a nosotros nos acusaría de estafa.
_ Nosotros podríamos alegar que no pagamos con ese dinero, ¿quién podría ponerlo en duda cuando viera su firma estampada en un documento legal?. Estoy convencido de que huirá lo más lejos posible de las garras de los Brenan y comenzará una nueva captura, alguien que le permita vivir como ella desea. Y esta vez te aseguro que lo deseo con todas mis fuerzas. Alguien que le haga olvidar para siempre que existimos, que alguna vez formamos parte de su vida.
_ Es muy arriesgado Edward. ¿Lo has comentado ya con Lara?
_ Lara pondrá todas las pegas que existan y alguna más. Buscará hacerme difícil la operación de forma que todos los contratiempos que puedan surgir estén más que estudiados. Su personal vigilará a la perfección todos los movimientos de Esme e incluso te diré más, se encargaran de preparar la situación de tal forma que ella no tenga tiempo que perder, aceleraremos de alguna forma la entrega, no le daremos ni un segundo para que pueda pensar, incluso le facilitaré sin que sepa que lo hago, su huída.
_ ¿Qué piensa Bella de todo ésto?
_ No tengo intención de decirle nada, no quiero que altere el transcurso de su tranquilidad más aún de lo que ya lo está. Apenas si se da cuenta de que no vive como debería.
_ ¿Sabes lo que eso significa?
_ Significa que usará toda su fuerza contra mí y que me veré obligado a pedir disculpas por actuar a sus espaldas. Tendré que aceptar todas y cada una de las explicaciones que quiera darme porque serán ciertas. Es contundente con su manera de hacerte ver las cosas y también sé que tendrá razón, por lo que tengo que confiar ciegamente en el amor que compartimos porque sino estaría perdido.
_ Es algo que no voy a discutir ya que lo tienes tan claro. Haré lo que me pidas.
_ Contaba con ello. Ahora iremos a ver a Lara y nos enfrentaremos juntos a todos los obstáculos que ella crea oportunos hasta tener completamente segura la operación.




No podía creer lo que estaba ocurriendo, lo que Edward acababa de plantearme. No era por el plan en sí, hasta me pareció la jugada perfecta para Esme. Lo que verdaderamente me extrañaba era que no quisiera confiárselo a Bella.
Acababa de negarle a ella la ayuda que me estaba solicitando precisamente por la misma razón, el que Edward no conociera la verdad, y ahí delante tenía a otro conspirador magnífico cometiendo el mismo error.
Mi mente reaccionó todo lo deprisa que pudo. No me detendría en cuestionarme sus órdenes, Edward era mi jefe, le allanaría el camino para que todos los objetivos se cumplieran, pero no dejaría de exponerle mi rechazo ante el hecho de que Bella no conociera los planes.
Intenté que mi voz no me delatara.


_ ¿Qué opina Bella?, ¿está de acuerdo?
_ Bella quedará al margen Lara. No quiero que sepa, que sospeche lo más mínimo de lo que hemos hablado aquí.Personalmente me encargaré de darle las explicaciones necesarias cuando lo crea conveniente. No quiero que nada altere su estado más de lo que ya está ocurriendo.
... y las siguientes palabras me hicieron ver que estaban hechos de la misma pasta, que amaban con la misma pasión...
_ Lara no se trata de mentirle, solo de ocultarle la verdad, ¿podrás hacerlo?.


-Mi afirmación fue momentánea, pero también la aceptación del plan de Bella. Ambos luchaban en el mismo bando y ambos lo hacían con las mismas armas. No pensaba decepcionarla por aceptar una jugada del mismo calibre en Edward. No perdería ni un segundo. Cuando acabase la reunión le comunicaría a Bella que había cambiado de opinión y que estaría más que dispuesta a ayudarla. No pensaba darle ninguna explicación, solo ofrecerle mi total disposición. Siempre había pensado que las mujeres debíamos mantenernos unidas.


_ No tenemos demasiado tiempo Lara.-Su voz me interrumpió- Debemos actuar todo lo deprisa que podamos para estar preparados. Emmet le llevará los documentos del divorcio con la firma y el consentimiento de Petter y no creo que deje transcurrir demasiado tiempo para su próxima boda, y cuando te digo demasiado tiempo, estoy refiriéndome a mucho un par de semanas. Esme es rápida y no confía en nadie, no creo que se exponga durante más tiempo a los antojos de Marlena.
_ Procuraré que estemos preparados.
_ Lo dejó como siempre en tus manos, pero quiero estar informado permanentemente. Cualquier cambio, cada nuevo movimiento que tengamos que improvisar sobre la marcha, sin excusas y sin intermediarios.
_ Sabrás todo lo relacionado a este asunto. (- Y no mentía, todo lo relacionado a este asunto, aunque no conociera la verdad al completo. Dos movimientos en un solo tablero de ajedrez iban a producirse y esperaba que ciertamente Emmet no estuviera equivocado respecto a Bella, esperaba con todas mis fuerzas  que Bella fuera la mejor estratega del mundo.-)




Estar al lado de Bella cuando sabía que no conocía mis nuevos planes, no era nada fácil. Ella sabía mirar a través de mis ojos, descifraba todas y cada una de mis emociones, mis preocupaciones, mi felicidad, mi placer. No podía negar que una parte de mí se sentía tremendamente culpable por negarle incluso el derecho de conocer lo que intentábamos llevar a cabo, sobre todo cuando había sido ella la que me ofreció la posibilidad de dar el golpe de gracia a mi madre.
Dicho de esa forma me hacía sentir como ella, pero no se trataba de venganza. No me consideraba apto para darle ninguna lección, pero tenía todo el derecho del mundo a alejarla de nuestras vidas para hacer que jamás pudiera volver, para proteger a Bella, a mi princesita, para conseguir que mi padre encontrara la paz que todo hombre necesita y si más tarde el cielo, mi cielo, mi Bella tenía que juzgarme, que lo hiciera.
Había aprendido desde muy joven que cada uno tiene que hacer frente a las consecuencias de sus actos. Confiaba plenamente en nuestro amor, en todo lo que compartíamos y tendría que empezar a confiar incluso en lo que no.
Cogí el teléfono para llamarla, necesitaba oír su voz. Era la primera mañana desde hacía mucho tiempo que no estaba junto a ella durante tantas horas. Sabía que estaba vigilada en todo momento y eso aligeraba algo mi necesidad de protegerla pero no la de cuidarla como yo quería. Nos estábamos perdiendo ambos una parte muy importante de nuestra relación, la posibilidad de disfrutar como cualquier pareja de un inicio como matrimonio con situaciones tan sencillas como la intimidad de un hogar para nosotros, el perdernos del resto del mundo, una luna de miel, la maravillosa sensación de ser dos personas libres para amarse. Todo lo que quería para ambos se posponía una y otra vez por diferentes motivos y esto estaba ocasionando que cada día estuviera más ansioso, más angustiado algo que sin pretender terminaba afectando mi estado de ánimo. Intuía que Bella podía percibirlo y además de ello le exigía que no estuviera nerviosa y que se cuidara.
Sabía que tenía que aflojar, necesitaba tiempo con ella a solas fuera de todo lo que rodeaba, un lugar para los dos lejos de todos los acontecimientos en los que nuestra vida se había visto envuelta. Pero por si fuera poco, no era momento para huir a ese ninguna parte, donde no pudiéramos discretamente ser protegidos.- Fue su voz, solo su voz la que me alejó de todo-


_ No he sentido tus besos al marcharte esta mañana temprano.
_ Pues los ha habido nena y muchos, pero no quería despertarte.
_ Sé que te hará feliz saber que he dormido hasta muy tarde y que Alice en la clínica ha hecho que mi desayuno durara casi una hora.
_ Le recompensaré por ello. ¿Cómo estás?, ¿te hice daño anoche?.
_ Tanto que quisiera repetir.  (- Me sentí avergonzada por decirlo con tanta facilidad. Edward estaba consiguiendo que le diera vía libre a mi sexualidad de una forma tan liviana, tan ligera, que cada día pusiera de manifiesto aún más esa pequeña zorra que llevaba dentro y con la que poco a poco tenía más afinidad.Sus risas atravesaron la línea telefónica haciendo que vibrara toda por dentro.)
_ Jajajajajaja, repetiremos luego, cuando tú quieras no lo dudes. No podré ir a almorzar contigo. Me espera una reunión con Lara y terminaré tarde.
_ ¿No comerás hoy?
_ Tomaré algo en el despacho nena. Acabaré pronto te lo prometo y cenaremos juntos en casa.
_ ¿Tú y yo solos como ayer?
_ Jajajaja, me alegra que no lo hayas olvidado, pero había pensado en algo incluso más íntimo. Sorprendeme princesa.


Lo haría, por supuesto que lo haría, no sabía aún cómo. Se amontonaban mis ideas cuando Edward se mostraba relajado y canalla pidiéndome que diera todo de mí. No sabía a qué estaba dispuesta. Cada día más.
No había hecho más que colgar cuando otra llamada irrumpió en mi teléfono y ésta si que me extrañó.


_ Lara acabo de hablar con Edward y se que tienes una reunión con él, ¿qué ocurre?
_ Solo quería que supieras que he cambiado de opinión Bella,que he estado pensando detenidamente tu plan y que puedes contar conmigo.
_ ¿Puedo saber qué te ha hecho cambiar?, tenías muy claro esta mañana que no era viable, hablabas de lealtad.
_ Puedes preguntar lo que quieras Bella. Solo te diré que somos mujeres y que debemos permanecer unidas y apoyarnos. ¿Quién lo hará si no es así? Supongo que también me ha hecho cambiar saber que tú serás la máxima responsable de la reacción de Edward y que Alice no te ha fallado nunca. Digamos que no me habéis dejado otra alternativa.
_ No sé si algún día podré agradecerte lo suficiente todo lo que haces por nosotros.
_ Será suficiente el hecho de que no fallemos ¿no crees?.Quedará en un secreto nuestro, en algo que decidimos y ejecutamos porque nuestro sexto sentido nos decía que no podíamos actuar solo esperando de brazos cruzados.
_ Gracias Lara, pensaré en ello detenidamente y veremos como podemos solucionarlo todo sin que ocurra ningún desastre.
_ Más aún Bella, sin que tengamos que arrepentirnos.




Mi intuición me decía que algo importante, algo que afectaba realmente a nuestra situación había hecho dar la vuelta a la postura de Lara. Algo que presentía, Edward no me contaría. En esos momentos no me encontraba en situación de reprochar nada. De alguna forma yo misma estaba organizando algo a sus espaldas, y era consciente de que no lo hacía sola. Prestaría mucha atención y esperaría, quizá estuviera adelantando acontecimientos y Edward me comunicase lo que yo creía ignorar, lo que estaba comenzando a imaginar.
De momento centraría todo mi esfuerzo en sorprenderlo. Prepararía la cena solo para dos y nuestro dormitorio se convertiría en ese lugar inexistente para los demás. Arreglada para él, pero no depilaría esa zona tan afecta, tan propiedad de Edward. Tenía tiempo y lo emplearía, por dios que lo emplearía en pensar todos esos momentos que hacían nuestros encuentros únicos, especiales, solo nuestros.


Horas más tarde había terminado de ducharme, repartido algo de crema sobre mi cuerpo y mi pelo se secaba al aire,no podía perder ni un minuto de tiempo más en mis cuidados ya que pretendía preparar algo de cena y cuanto más lo pensaba, en peor disposición me encontraba.
Había acomodado sobre el pequeño baúl a los pies de la cama un mantel blanco y sobre éste una velas que encendería llegado el momento. En el resto de la habitación había esparcido velas redondas de diferentes tamaños, todas con olor a vainilla, canela y azahar y las había encendido hacía escasamente unos minutos.
Sobre la cama había dejado un camisón corto, demasiado corto, al menos eso me parecía, totalmente transparente  y de color de mi piel, que me pondría cuando lo que quiera que fuera lo que preparara para cenas estuviera listo.
Edward se estaba retrasando. Me había enviado un mensaje para hacerme saber que llegaría tarde, pero que aún así lo esperase y afortunadamente eso me había proporcionado algo más de tiempo, porque pensaba llevar a cabo una seducción en toda regla. Y como siempre en mi cabeza se agolpaban todas las ideas sin saber poner orden sobre ellas, hasta el punto en el que decidí que sería mejor sumergirme en la improvisación. De todas formas cuando Edward estuviera delante de mí, las sensaciones tomarían forma propia.
Estaba en la cocina sin ropa interior y con una camisa blanca de Edwarrd sin terminar de abotonar y sin haber escuchado sus pisadas, Pude percibir su olor.


_Esa camisa me resulta familiar nena, pero te aseguro que sobre ti queda mucho mejor.


Su voz era envolvente y todos mis sentidos lo absorvieron para vibrar por él. El bello de mi cuerpo se escalpó ante sus palabras para volver pausadamente a posarse sobre mi piel. Era una caricia y estábamos separados aún más de dos metros. Enderecé los hombros y me dispuse a girarme cuando sus dedos largos recorrieron mi garganta, para terminar acorralándola sin ejercer demasiado presión.


_ Llevo horas pensando en estar a solas contigo. No sabes la agonía que supone desear besarte, tocarte, comerte y esperar y esperar.


Dejó resbalar una de sus manos bajo el escote abierto de la camisa hasta mi pecho y a su tacto mis rodillas cedieron teniendo que usar su torso como soporte, ¿y yo iba a sorprender?. Tuve que depositar despacio la pequeña bandeja sobre el mármol de la cocina y abrazarme a mí misma. Pequeños estremecimientos de placer sorprendían a mi cuerpo una y otra vez, mientras que mi corazón no encontraba un sonido al que unirse para latir pausadamente.
Sus dedos estiraban mi pezón hasta el punto justo del placer y del comienzo de un dolor que quedaba extinguido en sus manos, mientas su boca no dejaba de hablar a mi oído para que cada palabra fuera parte de mi sangre.


_ Nunca dejas de sorprenderme, da igual lo que hagas, como lo hagas. Toda tú estás dentro de mí. Tu olor me incendia quemando mis sentidos... su mano bajaba sinuosa hacia mi coño... el roce de tu piel eriza y levanta mi carne... su polla presionaba mi culo al que sin enviar ninguna orden se contrajo al igual que mi vientre... tu pulso retumba de tal forma en mis dedos que puedo sentir como el mío galopa hacia él para perderse contigo. Nunca habrá nada que me pidas que no me muera por darte, y aunque tu boca no lo pronuncie, yo sabré adivinarlo. Eres el misterio que siempre querré redescubrir.


Ahora eran las dos manos las que se sucedían en caricias sobre mi vientre, abultado muy ligeramente, pero presente, recordándonos una y otra vez que un precioso milagro crecía dentro en señal de nuestro amor.
No podía pronunciar ni una sola palabra, pero mi cuerpo contestaba inteligentemente dejando hacer al instinto, a la necesidad  darle todas las que él quisiera escuchar . Mis piernas se abrieron dejando mi coño expuesto, y su mano jugueteó con algunos bellos que nacían incipientes  y que deseaba el podara como mi fiel jardinero. Subí mis brazos para aún de espaldas a él enredarlos sobre su cuello y dejar que mis dedos tocaran su pelo. Muy lentamente fue desabrochando los pocos botones que aún no lo estaban y pasó como una ráfaga de viento su aliento desde mi escote hasta mi ombligo. Me sentí temblar como una espiga en el campo y él mi aire que conseguía que me bamboleara a su antojo. Mordió el centro de mi cuello y me volteó lentamente, de frente a sus ojos, tomándome por las caderas y subiéndome muy cerca de los fregaderos. Comenzó a desnudarse tan pausadamente que reconocía mi impaciencia, pero esta vez estaba dispuesta a esperar todo lo que él deseara, todo lo que me pidiera. Sus zapatos fueron alejados y sacados del escenario, sus pantalones cayeron al suelo y los botones de su camisa corrieron peor suerte, creo que ninguno sobrevivió. ¿Quién era el impaciente ahora?. Mordí mis labios de la misma forma que hubiera mordido los suyos en ese instante, de forma golosa, envalentonada por lo que mi hombre me estaba regalando. Acerqué mis manos para enmarcar su cara y la acerqué para besarlo mientras aquel precioso espectáculo me era brindado. Perdida en sus ojos sentí como su miembro entraba en su casa como a mí me gustaba, sin prisa, pero con tal intensidad que podía sentir como era separada en dos. Y allí con todo Edward dentro de mí, con mis talones buscando sus nalgas para estrecharnos aún más, con mis brazos rodeándolo y sus manos apretando mi culo, comenzó un sueño de amor.
No pude contener el fuego devastador que ardía por todo mi cuerpo, quemando cualquier vestigio de frío, vacío o desolación. Nada era igual a sentirlo dentro, como si yo misma creciera, como si fuera una prolongación de mis sentidos, de mis emociones, de mis sentimientos, como si el amor pudiera multiplicarse.
No sé si alguna vez habéis sentido la sensación de la embriaguez, yo solo equivocadamente cuando consumía algún alimento que sin ser consciente llevaba algo de alcohol, pero la primera sensación de estar en otra dimensión de sentir y palpar con mis manos sedientas de tocar de descubrir, como si al cerrar los ojos, los colores se volvieran más brillantes, las voces ecos, las sombras luz. Así era como yo me sentía... borracha de amor, borracha de Edward...
Sus manos en todas partes, mi cintura, mi espalda, sediento de mi cuerpo, demostrándome con cada uno de sus toques su necesidad de mí. Sus manos firmes ahora en mis nalgas concediéndole espacio a nuestros cuerpos para encontrarnos en el impacto nuevamente en cada estocada. Su amor al mando, todo su amor, haciéndome sentir como el sol que puede iluminar su mundo, calentarlo todo.
Mi sangre un volcán.
Mi piel una fogata desprendiendo sudor y calor por todas partes.
Una de sus manos tomó el grifo para dejar caer el agua y vaciarla sobre mis pechos de donde bebió para calmar su sed. Agua sobre mi rostro, sobre mi pelo, sobre mi vientre, consumiéndose al mismo tiempo que crecía nuestra pasión.
Apreté todo lo que pude mi vagina, no estaba segura muy bien si para retener mi orgasmo o acelerar el suyo, mi cuerpo iba como siempre por delante de mis pensamientos.


_ Eso es cielo, eso es. Es  tuya. Hazlo otra vez, otra vez y otra, hasta que no me quede nada.


Solo pude contestar... amor mío...
Sus ojos me miraron entonces y una de esas preciosas sonrisas suyas me atravesó. Sus manos subieron a mi rostro, a ambos lados de mis mejillas y sus pulgares dibujaban a trazos mis cejas, mis ojos, mi nariz y mi boca.


_ Soy tuyo nena, ahora y siempre, todo en cualquier lugar. Estoy ciego de amor por tí, tanto que podría pintarte sin verte, podría reconocer tu olor en cualquier parte.


No pude evitar gemir y entonces se abrazó a mí y me comió la boca como si en aquellos besos encontrara la única razón para vivir.


_ Nena no lo resisto más, vente en mí ahoraaaaaaa.


Grandiosa la petición, hermoso su rostro, bendita esa boca que suplicaba por algo que yo deseaba darle por encima de todo. Solo pude decir tímidamente... gracias...., porque así era.
Gracias por lo que me daba, por lo que me regalaba, por cómo me hacia sentir, por existir, por elegirme, por querer hacerme su esposa, por llenarme de él y hacerme madre, por explicarme su pasado, querer compartir su presente y contar conmigo para su futuro. Pero sobre todo, por encima de todo por hacerme ver que yo era capaz de hacerlo feliz. Era el único regalo que yo esperaría siempre, hacerlo feliz.
Y si el alma estaba preparada para transportarnos a otro mundo, atravesar el firmamento y tocar el más allá, los cuerpos no fueron menos y juntos emprendieron el maravilloso viaje de volar sin dejar de mirarse por dentro, entendiendo ambos que había que ir despacio, muy despacio para prolongarlo aún más.
Nos quedamos abrazados adorando aquel silencio que solo nos pertenecía a ambos, aquel que le habíamos ganado a nuestra locura, aquel que siempre precedía a los mimos y los te quieros, el que surgía como una caricia, como el descanso de los guerreros.
Permaneció dentro no se alejó como si aún tuviera ganas de mí. Le alcé la cara y de forma curiosa con una ceja levantada le interrogué con la mirada. Expulsó aire de sus pulmones y me dedicó nuevamente una sonrisa suavemente sonora.


_ Abrázame con tus piernas nena, no quiero salir de tí.


No había nada que pudiera negarle, lo amaba con toda mi alma.Y mis piernas lo atenazaron a mi cuerpo y mi boca como siempre fue más rápida.


_ No tenemos remedio. Había preparado una noche romántica. Hay montones de velas encendidas en el dormitorio... Y mientras le hablaba notaba su sonrisa sobre mi pelo...
Un precioso camisón se ha quedado acostado en nuestra cama y la cena ya era fría pero estará helada y tiesa. Una cuchilla perfectamente colocada en el baño esperaba ser utilizada ahí, ya sabes, en ese lugar del que no quieres salir, y....


_ Después nena después. Aún no hemos acabado. Demasiadas horas esperando estar dentro de tí. Esta noche seré el culpable absoluto de que no duermas.


Y con un beso suave en mis labios, sintiendo como lentamente se retiraba de mí y me tomaba en brazos, continuamos aquella noche cargada como siempre de más y más promesas.      

martes, 10 de julio de 2012

CAPITULO 56

Capítulo 56




“de principio a fin”

...Son mágicos. ..
Porque a veces muestran el camino, nos enseñan, motivan, emocionan o entusiasman;
porque se rebelan, enardecen, hacen pequeño o agigantan; también los hay que hieren.
Qué fácil es dañar a un corazón o complacerlo sólo con vivirlos.
Entretejerlos con amor o enredarlos.
A veces incluso disfrazados y más que reales nos matan.
… guardo mejor silencio...
Es entonces y sólo entonces cuando cierro los ojos y me olvido, inmersa en un universo que sólo me pertenece a mí, donde el todo es muy pequeño y la nada no tiene principio ni fin, donde sin aromas puedo percibir olores, donde soy capaz de hacer música o volar, donde la oscuridad se oculta para dar paso a la luz blanca más hermosa, donde no existen abismos, donde no puedo caer, flotar, simplemente flotar, resguardada de una perfecta red.
… un lugar llamado sueño...
Quisiera agradecer a Clarisse sus preciosos comentarios.
Gracias de corazón, no tengo palabras suficientes
para agradecer lo que me haces sentir.
Anitina





_ Marlena, he intentado localizarte durante horas.
_ Sigo sin moverme de casa de James, pero creo que me quedé dormida. ¿Has estado allí?, ¿Cómo ha ido todo?.
_ De momento sigue ingresada y no han comenzado con las pruebas aún. James hace su trabajo de doctor entregado.
_ ¿Has visto a Edward y a Bella?.
_ No, pero supongo que no tardarán en llegar. Toda la familia se concentrará en torno a Alice.
_ Interesante.
_ ¿Por qué lo dices?.
_ Jajajaja, esta vez te llevo ventaja.
_ No lo creo, pero podrías explicarme que estás pensando.
_ Si toda la atención recae sobre Alice, más vulnerable será Bella. Ella es el primer objetivo en mi lista.
_ No voy a intervenir en tu orden de preferencias, ni tampoco te regalaré un consejo, creo que eres lo suficientemente adulta para saber lo que haces, pero querida, no centres todo el foco de atención en algo o en alguien. De esa forma el resto no lo verás venir. Mantén los ojos abiertos y la mente despejada, es la única forma de no sufrir un ataque sorpresa.
_ Al igual que tú Esme tengo un colaborador que tampoco conoce completamente mis planes. James ahora es mis ojos y mis oídos. Sin esforzarme demasiado lograré estar informada. Dentro de un momento le llamaré para que almorcemos juntos. Volveré a pedirle que localice a aquel individuo que colaboró con nosotros.
_ ¿Crees que lo hará?.
_ Ahora más que nunca es un títere que puedo mover a mi antojo. No se negará.
_ Nos vendría bien algo de ayuda externa.
_ Pienso rematar lo que no pudo ser. Si acabo con Bella destruiré a Edward sin mover una sola pieza más.
_ Es mi hijo Marlena.
_ Ohhh vamos, ¿maternalismos ahora?. Obtendrás todo lo que siempre has soñado Esme, manejar a tu antojo la empresa y acabar definitivamente con Petter. No podrá ver a su hijo sumido en el caos. Cada una de nosotras debe saber lo que quiere ¿no te parece?
_ Estoy de acuerdo contigo, pero no te ciegues, no te dejes piezas atrás que puedan ser fundamentales.
_ ¿A qué te refieres?
_ Dorothy, ¿sabes dónde está?.
_ James solo me ha dicho que después de intentar retenerla a su lado, ella se marcho, lo abandonó, así de simple. ¿Quién me iba a decir que esa mosquita muerta jugaría con un hombre de esa forma?.
_ Creo que deberías contarle a tu padre lo que sabes sobre ella. Ahora más que nunca te conviene que se posicione de tu lado, ganarte su confianza, que busque tu apoyo.
_ Siempre ha sido así, pero sé lo que intentas decirme y ya había pensado en ello.
_ Solo espero que no empañes mis días venideros. De momento podías comunicarle que ella se ha marchado con una amiga de viaje. Cuando contraiga matrimonio con tu padre, te ayudaré a darle la noticia. Juntas y a nuestro antojo crearemos una historia.
_ No quiero que James aparezca como el culpable.
_ No querida, jajajajajajajaja, haremos que sea el héroe que intentó retenerla sin éxito.
_ Me parece perfecto.
_ Querida tengo que colgar. Tengo millones de cosas pendientes por hacer.
_ Espera un segundo. ¿Cómo te ha ido con Petter?, ¿lo has visto?
-La sorpresa ante tal pregunta me hizo pensar en silencio. Petter no había reaccionado como esperaba. Su indiferencia inmensa y fría sobre mí por primera vez me había hecho daño, aunque no era exactamente herida como me sentía, sino decepcionada conmigo misma, con rabia. Siempre lo había dominado, había conseguido doblegar su voluntad hasta el punto de conseguir mis fines y dejarlo sin valor alguno. No había nada más importante además del dinero, que verlo rendido. Era mi venganza por todos aquellos meses que me tuvo presa a su lado hasta que Alice nació. Tendría que utilizar nuevas estrategias con él. Ahora era un zorro y su mirada sobre mí me decía que la lucha sería implacable-
_ ¿Sigues ahí?. Tu silencio me dice que algo no anda bien.
_ Sigo aquí, pero solo se trata de modificar la forma de juego. Parece que Petter lucha constantemente por hacerse inmune a mí, pero es algo que jamás ha conseguido.
_ Los hombres son así, tan increíblemente volátiles. James hace unos días parecía odiarme y de repente todo vuelve a estar en su lugar. Las cosas cambian Esme y a nosotras nos sonríe la fortuna.
- Colgué el teléfono. No tenía ganas de escuchar palabras que no me conducían a nada.
Ella no podría imaginar ni en un millón de años el fin de mis planes y eso es lo que me hacía más fuerte. Nadie conocía aún mis verdaderas intenciones. Las acciones de Ruffus, el objetivo; la venganza de Marlena, el escenario perfecto para cubrir mis movimientos; mi único fin, desaparecer después de destrozar la empresa y arruinar a Petter -

Habíamos llegado por fin a casa, no sin antes haber almorzado con Emmet. En realidad yo solo había jugado un poco con mi ensalada por evitar que Edward se saliera fuera de sí. Entendía su preocupación pero no podía evitar querer estar en todas partes, como un general mantenerme al frente de todas mis tropas.
Mi madre me enseñó que nadie es imprescindible, pero también me dejó muy claro que hay que estar atenta, que la vida puede cambiar en un segundo.
Y llegados a este punto, le pedía a todos los dioses del Olimpo que Edward no sospechara lo que estaba planeando, que por supuesto no compartiría con él. Tenía a Alice y a Lara, ellas serían mis cómplices. Durante siglos las mujeres hemos hecho mucho más que soportar las inmundicias de la guerra, el dolor y la pérdida de los que más amamos. Somos las más fuertes guerreras, aunque nos mantengamos en segunda línea.
Oía la respiración de Edward alterada, no era exactamente furiosa sino desquiciada, como intentando mantener las formas para no perder el control. Parecía que otra batalla se avecinaba y sinceramente para ésta, para luchar con él nunca estaba preparada. Sabía que vencería, siempre lo hacía. Esperaba suavizar las cosas, él era paciente conmigo. Me volví esperando ver algún gesto que me indicara su verdadero estado.
Edward estaba enfadado.
Creía conocer los motivos. Era más que evidente que no le había pasado desapercibido mi falta de apetito. Otra cuestión era el descanso. No podía engañarle cuando en las noches me abrazaba siendo consciente de que no dormía, aunque intentaba controlar mi respiración y no hablar, me conocía demasiado. Pero no sólo se trataba de eso.
Conociéndolo, sabía que mi decisión, llegado el caso si se presentaba, de entregar mi patrimonio a Esme, le había parecido una decisión descabellada.
Era cierto que yo aún no conocía el verdadero sentido del mundo de las finanzas, pero tampoco había necesitado jamás vivir con lujos o excesos. Me era indiferente moverme entre cifras con muchos ceros, porque vivir para mí era tener lo suficiente y era poseedora de mucho más teniendo a Edward a mi lado.
Tenía que encontrar la forma de hacerle entender que no estaba equivocada.
Esme obtendría lo que siempre buscó. Vivir de una forma indecente, gastando un dinero indecente y manchando su corazón de fines indecentes.
En cuanto a Marlena no conseguiría nada. Al conocer la situación en la que los había dejado, su interés se centraría en la búsqueda de paliar su ruína.
La vuelta de Dorothy junto a James, darían un respiro a Ruffus y más al conocer que permanecería al lado de la única persona que podría seguir ligado a la Empresa.
Edward, Emmet y yo habíamos hablado y sus acciones le serían devueltas una vez que todo el peligro hubiera desaparecido.
Mis pensamientos no me dejaron ver la cercanía de Edward que se encontraba a escasos centímetros de mí.
_ Eso que haces es precisamente lo que me tiene enfadado nena.
_ Por favor, no puedo entenderte.
_ Pensar nena, pensar. Podrías dejar de hacerlo por una horas. Comer bien, descansar, dormir. ¿Crees que no me doy cuenta de lo que haces?
_ ¡Edward!
-mi voz sonó melosa, intentando explicarle que en ocasiones no dormíamos demasiado, agotando las horas, exprimiéndolas, amándonos y que eso era precisamente lo que me proporcionaba las fuerzas necesarias para luchar contra todo, pero no sólo no lo conseguí, sino que su respuesta fue aún mucho menos esperada.
_ ¿Intentas decirme que hacer el amor durante toda la noche supone un quebradero de cabeza para tí?, ¿qué te quita el hambre?, ¿qué el cansancio que te produce es igual al que estás sintiendo por todos los acontecimientos que hay a nuestro alrededor?
- Había caído en mi propia trampa.Su estdo de ánimo no le dejaba ver, que era precisamente ese cansancio, esas miles de sensaciones que él y sólo él me proporcionaba las que conseguían evadirme del resto del mundo.
Miré hacia el suelo y volvía a ver mis pies descalzos. Tocando el suelo, esa era la forma en la que yo podía pensar y más vale que me diera prisa porque Edward parecía enojarse más con cada segundo que transcurría.
Las mujeres somos diferentes, sentimos de forma diferente y poseemos un radar especial para detectar cuándo y cómo debemos actuar.-
_ No has entendido nada cariño.
_ Eso estoy esperando Bella, que me expliques que más puedo darte, que más necesitas de mí. Por mucho que intento demostrarte que te protegeré con mi vida, no parece ser suficiente.
-Mi hombre había sustituido a nena, a princesa por mi nombre, y nunca me supo más amargo.
No había comido nada era cierto, pero también estaba deseando llegar a casa, a nuestro dormitorio y estar a solas. Deseaba que sus brazos acariciaran por completo mi cuerpo, que sus brazos me sujetaran diciéndome sin palabras que no me dejaría caer, que sus labios besaran los míos hasta dejarme sin aliento y que me hiciera el amor hasta olvidarme de todo.
Cualquier palabra dicha en ese momento no hubiera tenido el significado correcto, excepto aquellas que construímos juntos. … Ahora y siempre, todo en cualquier lugar...- y las pronuncié bajito, casi ahogándome en ellas.
_ Siempre te lo doy todo nena siempre.
-Ahí estaba...nena... Su enfado iba remitiendo como lo hace la tormenta después de hacer que una noche se vuelva una locura, como la galerna desaparece después de haber destruído todo a su paso. Un poquito más y conseguiría que Edward volviera a ser el hombre amante y amoroso que siempre era conmigo. Algo me decía que él también necesitaba de mí aunque no me lo pidiera.
Tomé su mano, me calcé sus zapatos grandes muy grandes para mis pies y comencé a andar como un pequeño pato separando las piernas y arrastrandolos por el suelo para no
caer. Eso hizo que una sonrisa se dibujara en sus labios. Dios como lo amaba. Sin decir nada seguía mis pasos. Salí del cuarto y bajamos las escaleras. Entramos en la cocina, busqué en uno de los cajones una vela y alargué mi mano para entregársela.
_¿Puedes encenderla?, prometo comer todo lo que tú me des.
- Tiró de mi mano para acercarme a su cuerpo y yo me dejé llevar deseando ese contacto-
_ ¿Me lo prometes princesa?
_ Sólo si tú me prometes no volver a utilizar mi nombre para mostrarme tu enfado.
- Su cuerpo estaba caliente y a través de su camisa despedía toda la calidez del mundo.
Su corazón calmado y sonando fuerte junto a mi pecho. Bajó su boca hasta la mía para depositar un beso lento y suave mojando mis labios con su lengua.
_ ¿Qué quieres comer?
_ A tí, sólo a ti.
_ Después nena. Y su boca invadió la mía consciente de que aquello no había hecho más que empezar, que lo mejor vendría después, pero antes tenía que demostrarle que estaba dispuesta a cuidarme.
Se separó de mí dejándome con los ojos cerrados y el sabor de su boca deliciosa. No había en el mundo nada mejor que comer. Una risa sonora hizo que abriera los párpados para contemplar su cara.
_ Eres una bruja canalla, pero esta vez tus artes no podrán convencerme.
- Se dirigió a la nevera con una pequeña fuente y comenzó a colocar sobre ella pequeñas cantidades de comida preparada, muy surtida, variada. Carnes frías, queso, zanahorias, algunas fresas, chocolate. Me apoyé en su espalda para mirar por encima de su hombro y volvió su cara-
_ ¿Qué más?.
- señalé unas uvas y un trozo de tarta de crema que me volvía loca.
_ ¿Qué me darías si me comiera todo eso?
- dejó la bandeja sobre la mesa y envolvió sus brazos en mi cintura. Retiró unos mechones de cabello de mi cara, dibujó mis labios con sus dedos y me besó en la frente.
_ Lo que me pidas, todo lo que me pidas.
_ Pues prepárate amor, tienes mucho trabajo por hacer.
_ Cualquier cosa que te haga feliz.
- Sinceramente, no me había dado cuenta del hambre que tenía a esas horas.
Me descalcé nuevamente y subí una de mis piernas en la silla mientras la otra colgaba sin tocar el suelo y comencé a comer despacio, saboreando pequeñas porciones de todo lo que Edward había dispuesto para mí. Lo ví encender la vela y tomar un frasco de miel de una repisa de la cocina. Se sentó frente a mí y volcó una pequeña cantidad sobre un trozo diminuto de queso y lo acompañó con una uva. Abrí mi boca despacio y sus dedos penetraron en ella. Su cara prometía muchas cosas, las mismas que mi lengua adelantaba chupando, lamiendo sus dedos. Sus ojos sobre los míos, como si su cuerpo que cubriera por completo envolviéndome suavemente. La luz de la vela tintineó con el aire de su aliento, y sus ojos seguían en mí. Hubiera llorado de emoción solo por sentir como podíamos conectar sin palabras, como éramos capaces de ser uno, de entendernos, de comunicarnos.
Sacó los dedos de mi boca y juraría que por una fracción de segundo Edward tembló y mi corazón dio saltos de alegría porque ese estremecimiento era por mí.
Ahora fueron las fresas llevándolas a mi boca una a una, esperando a que mis dientes las mordiesen, que mi lengua saboreara su jugo. Tomó una entre sus labios y se acercó hasta
mí. Comer así me estaba gustando mucho más de lo que pensaba-
_ No volveremos a ir a ningún restaurante princesa, comes mucho mejor en casa.
- Su voz sonaba profunda al igual que su mirada se hacía cada mes más intensa y sus palabras un elixir para mí.
_ Cada día te daré de comer, lo que tú quieras, lo que desees. Siento el mismo placer que cuando hacemos el amor nena.
-mis ojos dos lagunas perdidas en los suyos- juro que si hubiera depositado un veneno en mi boca, lo hubiera tomado con completa felicidad.
_ Llegaré a casa, te besaré en la boca, te degustaré, te abrazaré para que sientas lo que te amo, te sujetaré corazón, te alimentaré y te dormirás entre mis brazos. Te cubriré con mi cuerpo, no dejaré que pases frío, haré de tu temblor el mío, vigilaré tu sueño, alejaré tus pesadillas, me tragaré tus fantasmas y cuando despiertes, cuando abras tus ojos, allí estaré
yo para seguir haciéndote el amor.
-no pude controlar mis lágrimas, no se puede controlar al mar, y eso eran mis ojos, puro mar perdido en una tempestad de amor que solo Edward era capaz de darme. Una de sus manos tomaba una de las mías y acariciaba lánguidamente mi pulso, me sentía hipnotizada, como si un sueño llamado para la ocasión se apoderara de mi cuerpo. No esperó. Me tomó en brazos y subió las escaleras para llevarme hasta el dormitorio y dejarme reposar sobre la cama. Se recostó a mi lado, a mi espalda sin dejar de hablarme.
_ Duerme ahora tesoro, no me moveré de aquí. Nadie interrumpirá tu sueño, excepto mis caricias.
- Y aunque las deseaba con todas mis fuerzas, aunque mi cuerpo pedía y pedía sus manos por todas partes, su voz era aún más poderosa-
_ Shhhhhh, todo lo que deseas, todo lo que necesitas y más vendrá después nena, después.
- Edward cumplía todas sus promesas, así que mis ojos se cerraron sin miedo, sabiendo que más tarde, algo más tarde lo sentiría dentro de mí.
La había visto llegar y mi primer impulso había sido levantarme para desaparecer sin ser visto, pero la responsabilidad, el compromiso, la confianza que habían depositado en mí no me lo permitía.
Sin lugar a dudas había acudido para que le informara de la situación de Alice, pero sobre todo para que no quedara la menor duda de que yo le pertenecía. El término posesión para Marlena adquiría un significado exagerado, como todo lo era en su vida.
_ ¿Cómo va todo querido?, ¿Algún resultado ya?
_ Aún no. Hemos hecho los análisis hace muy poco.
_ Imagino que no estaría bien visto hacerle una visita.
_ Creo que no sería una buena idea.
_ ¿Quién está con ella?
_ Emmet y Petter no se despegan de su lado.
_ ¿Y Edward?
_ Con Bella, se marcharon hace unas horas.
_ Pensé que ella estaría con Alice gran parte del tiempo.
_ Por mucho que así lo deseara Edward no sería partidario de que estuviera demasiado tiempo aquí en su estado.
_ Está de pocas semanas aún, no creo que fuese un impedimento.
_ Marlena, una clínica no es un lugar recomendable para una embarazada a no ser que ella sea la paciente.
- Sabía que estaba siendo demasiado frío, pero era impensable actuar de otra forma-
_ Pensé que te alegraría verme.
- tenía que ser rápido en contestar. Marlena no era inteligente, pero sí intuitiva.
_ ¿Crees que no me alegra?. No se trata de eso, lo que ocurre es que trabajando no puedo atenderte como me gustaría, como quisiera.
_ Pobre James. No te sientas culpable querido, en realidad solo quería pedirte algo.
_ Lo que quieras.
- Comenzaba el espectáculo y tenía que mantenerla contenta.
_ ¿Crees que podrías volver a localizar a tu contacto?, me sería de gran ayuda saber que podemos contar con él.
_ Puedo intentarlo. Lo llamaré a los números que me indicó, seguro que a estas alturas vuelve a estar escaso de liquidez.
_ Algo más James. Esta vez las órdenes las daré yo directamente, no quiero más equivocaciones.
_ Como quieras, esta vez no te llevaré la contraria, sabes que he vuelto para quedarme.
- Su sonrisa me dijo que mi respuesta había sido acertada, que era todo lo que deseaba en esos momentos de mí. No dejaba de ser otro esclavo más a su servicio, o al menos eso era lo que ella pensaba.-
_ Ohhhhh se me olvidaba. He vuelto a recuperar mi vieja llave, espero que no te moleste.
_ En absoluto, nunca debió dejar de estar en tus manos.
-Su sonrisa fue amplia entonces. Sabía lo que significaba. Volvía a sentirse la dueña, la puta dominante de mi vida, la única mujer capaz de dirigir el mundo.
Se acercó a mí de forma insinuante y besó mis labios. Nunca pensé que la conocía tan a fondo. Se separó rápidamente de mí poniendo en sus ojos esas palabras que querían decir... no te emociones cariño, luego calentaras mi cama...
_ Te esperaré despierta, procura no tardar demasiado.
-tomé su mano y la besé de forma correcta como un perfecto caballero que contempla la posibilidad de esa cita como el regalo más esperado-
_ No tardaré.
-pero lo que venía a continuación a esa frase no era lo que ella imaginaba. No tardaría en informar a Lara, que el nuevo miembro no podría tardar demasiado en hacer acto de presencia, que comenzaba a ser necesaria su aparición y que al mismo tiempo le rogaría desesperadamente que idearan algún plan para no tener que acudir aquella noche a su lado. Habían prometido no abandonarme y yo esperaba que esas promesas fueran ciertas.-
Como un hilo de seda la humedad de su lengua recorría mi muñeca y el interior de mi brazo. Con una lentitud exquisita y desesperante sus besos despertaban a mi cuerpo que había permanecido dormido durante no sabía cuánto tiempo.
Su pierna cubría las mías abrigándolas y su boca soplaba sobre mi nuca proporcionándome unos escalofríos más que agradables.
Era el despertar en diferentes dimensiones.
La parte superior de mi cuerpo temblaba,mientras que la inferior permanecía cálida y mi pulso latía para bombear sangre a todo mi cuerpo.
Gemí inconscientemente muy bajito. Aquel gemido sustituía a cualquier palabra que pudiera pronunciar.
Refugio de deseo, ese era mi estado.
_ ¿Estás bien?
-me moví para acercarme aún más a su cuerpo y sentí su boca en mi cuello mientras su barba incipiente rascaba mi hombro. Su mano ahora acarició mi vientre.
_ No hables demasiado fuerte, no quisiera despertarla. Es una sesión para adultos y pretendo que sea muy golfa.
-no pude contener la risa. Edward me daba todo y me dejaba con ganas de más. Era un don particular que ejercía a la perfección sobre mí.-
_ ¿Por dónde quieres que empiece?
-no sentí ningún pudor y tan siquiera creo que llegara a pensarlo. Mi mano tomó la suya y la bajó descaradamente hasta mi entrepierna que ya comenzaba a palpitar.
Su mano abierta hizo un recorrido completo sin hacer paradas demasiado prolongadas que solo aumentaron mis ganas-
_ Edward por favor.
_ No tengo ninguna prisa princesa, tú has elegido dónde, creo que me toca elegir cómo.
- la próxima vez sería más inteligente, le dejaría elegir dónde pero yo diría cómo-
_ Edward no me gusta esperar.
_ Eres demasiado impaciente y la mayoría de las veces no me dejas disfrutar de tí. Princesa relájate, no pienses en el fin, dejate llevar por mis caricias, haz solo eso.
-besó mi boca para dejar como ese siempre ese sabor que me volvía loca, que me recordaba lo que quería, lo que necesitaba, lo que deseaba. Bajó a mi entrepierna arañando suavemente con su barba mi vientre, besándolo y pasó su barbilla ligeramente por el monte de venus sin dejar que sus ojos se escaparan de los míos. Su lengua comenzó a recorrer mi clítoris sin prisa y sus labios chupaban los de mi coño sin piedad. Mis caderas comenzaron a moverse buscando ese ritmo establecido de antemano por mi cuerpo que me permitía perderme en esas caricias. Sus manos se posicionaron sobre mis pechos jugando con mis pezones, para luego ordeñarlos con una delicadeza infernal. Su lengua entro en mi coño de forma súbita y mis caderas se elevaron buscando aún más su profundidad.
Edward pretendía que me relajara pero él no contribuía en que lo consiguiera, más bien se esforzaba por hacerme perder la cabeza. Subió hasta mí y besó mi boca, introduciendo su lengua y dándome a probar mi sabor. Sus brazos sostenían la mayor parte de su cuerpo, pero dejaba lo justo para que el roce de su pecho violara de una forma deliciosa mis senos, que a esas alturas buscaban alocadamente otras cotas mucho más altas de placer.
_ Cuando te dejas hacer eres una locura.
_ ¿Y cuando no lo hago?
_ Un torbellino en el que me encanta perderme. Sigue así princesa, dejame llevarte despacito.
-se tumbó sobre la cama-
_ Ven aquí, sobre mí.
-me abrí de piernas apoyando mis rodillas a cada lado de sus caderas dejando caer mi pelvis sobre su polla, mientras mis manos acariciaban su torso, mordiendo mis labios
intentado disimular mis deseos de sentirlo dentro-
_ Sube y abre tus piernas sobre mi boca, quiero comer de tu coño.
- Oh dios, oh dios, ¿y él me pedía que me relajara?. Aún no había terminado de pronunciar la frase y mis piernas habían tomado la iniciativa de caminar directamente hacia su boca.
Sus manos se apoderaron directamente de mis nalgas para bajarme hasta su boca a su antojo. La calidez de sus labios sobre mi coño hizo que temblara entera. Y a continuación lo que sentí fue el estremecimiento de mi cuerpo cuando noté como mi coño era follado por su lengua sin piedad alguna. Tuve que agarrarme al cabezal de la cama, mis piernas incapaces de sostener mi propio peso se abrían más y más. Una de sus manos dejó mi culo y se dirigió a mi pecho, acariciando lánguidamente cada parte de mi cuerpo por donde iba transcurriendo. Mi torso se estiraba y se encogía, mi cabeza se ladeaba hacia ambos lados, notaba como mi cabello rozaba su vientre al echar la cabeza hacia atrás y luego tocaba su pecho al inclinarla hacia delante. Me sentía inmersa en sensaciones que provocaba su boca y mis movimientos, juntos, como si uno preguntara y el otro fuera capaz de dar la respuesta acertada.
Sentía mis brazos tensos y mis manos ejercer demasiado presión sobre la madera del cabezal, por lo que las baje hasta la almohada.
Y santo dios. Debía tener al mismo satán comiendome viva, porque en esa posición aún sentía su boca devorarme de tal forma, que pareciera que Edward no hubiese comido jamás.
Me repetía en mi cabeza para, para, tranquila, pero era imposible detenerme en aquella posición. Los latigazos de placer se sucedían sin que entre medias hubiera la más mínima
posibilidad de recuperación.
Solo sé que temblé enganchando una corriente con otra y chillé hasta que fue consciente y agaché la cabeza hasta la almohada para morderla y ahogar mis gritos.
Salió de debajo de mí para continuar chupandome, ahora la espalda los hombros, los brazos.
¿Qué pretendía?. Quizá no se fuera consciente de que yo me encontraba intentando buscar algo de oxígeno, algo con lo que seguir manteniéndome viva a ser posible, saborear un poco, durante unos segundos más aquel estado entre maravilloso y catatónico que me mantenía como idiotizada-
_ Eso es, descansa unos segundos y volvamos a empezar.
-no se como pude controlar la carcajada que se dibujó en mis labios. ¿volvamos a empezar?. Estaba más que claro que Edward tenía un concepto del principio y el final bien distinto al mío, por no pensar en que ordenar a mi cuerpo para que volviera a funcionar-
_ Voy a seguir lamiéndote nena.
- su cuerpo se rozaba con el mío, subiendo y bajando por mi espalda, dejando apoyada su polla sobre mi culo y bajando hasta mi coño escondido. Una y otra vez repitió la misma operación mientras sus dientes iban mordisqueando mi espalda y la punta de su lengua trazaba una línea perfecta sobre el centro de mi espalda hasta llegar a mi nuca. Mis pezones aprisionados contra la sábana comenzaron a despertarse nuevamente y justo en ese momento yo me pregunté si en el cielo habría un lugar donde pudiéramos hacer el amor de la misma forma. Definitivamente no y si nos dejaban hacerlo una vez nos echarían de allí a patadas.
Tomó mi cuerpo como si fuera de algodón entre sus manos y lo volteó para que lo mirara.
_ Ahora nena vamos a iniciar el mismo juego, pero yo comeré de tí y tú lo harás de mí.
-¿quién dijo que estaba cansada?, psssssssss, para cuando oí lo que tenía pensado fue como si todos mis miembros se hubieran puesto en marcha y me encontraba de rodillas en la cama frente a él-
_ Una recuperación inminente.
- su preciosa sonrisa conseguía someterme una y otra vez y su lengua degustando mi sabor en sus labios, era una serpiente que conseguía hechizarme cada vez que recorría su boca.
No se como pude contener el decirle, ¿vamos a qué esperas?, pero con Edward no podía disimular, ni esconder,siempre adivinaba mis deseos.
_ ¿Otra vez impaciente?
-allí los dos de rodillas uno frente a otro bajó su boca para morder mis pechos usando una técnica perfecta que hizo que mi cuerpo se arqueara hacia atrás sosteniendo el equilibrio apoyando mis manos sobre mis tobillos.-
_ Eres mía princesa, de nadie más.
-¿y de quién pretendía que fuese cuando mi cuerpo se derretía en sus manos?. No había órdenes verbales o tácitas que éste no aceptase. tomó mi cabeza y la alzó para estar a su altura y besó mi boca dejando que los ruidos de nuestros besos se oyeran sin reservas en toda la habitación. Nada de contenciones.-
_ Ven aquí golfa y volvamos a empezar. Date la vuelta y comeme la polla.
- ¡ya era hora! fue todo lo que mi mente me mostró en un letrero de tamaño indecente.
Esperaba poder devolverle con creces su dedicación y mi éxtasis. Quería y necesitaba verlo sometido a mis caricias, que me rogara por más, con la misma impaciencia que yo no conseguía ocultar.
Mis piernas se abrieron sobre su boca, al mismo tiempo que la mía hacía desaparecer su polla casi sin rozarla.
Pude oír su gemido antes de cerrar mis labios y saborear la piel suave de su verga inflamada de deseo.
Mi lengua lamía despacio pero insistente arriba y abajo para después de tragarla por entero y repetir este acto conocedora del placer que a Edward le proporcionaba y sintiendo como su lengua insistía en repetir movimientos parecidos sobre mi coño.
Dos personas que se aman dejando el privilegio de la inteligencia a merced del instinto, dos animales amándose sin pensamiento alguno que turbase el deseo de sentir de satisfacer de dar y alcanzar.
Edward no pude contener demasiado tiempo su orgasmo, sobre todo cuando mis manos acariciaron lentamente sus testículos y bajaron por la parte interna de sus muslos, enrollando las yemas de mis dedos en sus bellos.
Pude oírlo rugir sobre mi coño y morder mi clítoris al mismo tiempo que regaba mi boca con su semen.
No retiré mi boca de su polla, pero mis labios se volvieron parásitos de su palpitar solo soltando y aprisionandola, hasta conseguir tragarlo todo.
Sus piernas temblaron una, dos, tres veces bajo mis manos hasta dejarse caer irresistiblemente sobre el colchón. Y yo me abracé a ellas como si mi vida dependiera de ello mientras Edward continuaba follándome el coño con su lengua.
Todo el placer que me proporcionaba me hacía convertirme en una ¿degenerada?,¿ansiosa?, porque quería más. No lograba entenderlo pero si conseguía recordar la frase de Edward, … todo lo que quieras...-
_ ¡Edward!, Edwardddd....
-Estoy convencida que los amantes se entienden aunque una torre de Babel se interponga entre ellos y les modifique los lenguajes, porque Edward me volvió para seguir follandome con su lengua mientras una de sus manos acariciaba mi clítoris y su otra mano se preparaba para una incursión en mi culo.
Fue tan intenso y tan rápido que casi me fulminó por completo. Solo pude dejarme caer sobre él y cubrirlo con mis temblores.
Dicen que el universo se hizo de la nada, que antes al principio de todo no existía ningún elemento, que estaba carente de todo. Y así fue como me quedé yo, nada, en la nada,
carente de todo porque todo lo tenía él. El era mi principio y mi fin. Ahora era la noche y en pocas horas, muy pocas horas, sería mi luz y mi día.

lunes, 2 de julio de 2012

CAPITULO 55


Capítulo 55

“Tan solo amándote”


Es impensable como el curso de la vida puede cambiar.
En un instante, una sola fracción de segundo y toda una
vida puede morir para nacer de forma diferente.
Puede convertirse en un hermoso despertar, en un letargo
oscuro, en una muerte lenta, o simplemente en un dejarse
llevar.
A veces me repito que no es necesario pensar demasiado,
que todo no depende de nosotros, que junto a los
sentimientos, al amor, hay razones que mueven el mundo sin
que nos demos cuenta.
La fuerza de la naturaleza de cada uno de nosotros es una
de ellas.
Una sencilla mariposa vive ajena a su próxima a su cercana
muerte, a la levedad de su existencia. Se transforma y
nunca sabremos si en ese período alcanza un estado mayor
de evolución.
Doy mil vueltas y siempre llego a la misma conclusión.
Pienso que a quien vive el amor de una forma intensa
y sugerente, la vida le ofrece siempre una segunda
oportunidad, no solo de vivirla de nuevo, sino de
recrearla a su manera, como si en ese mismo instante
estuviera sucediendo.
Puede que solo sean palabras, pero mi punto fuerte en
estos momentos es mi fragilidad.
Una vez más, gracias por lo que me dais.
_ Papá creo que debes marcharte, es muy tarde y mañana
será necesario que vengas temprano, Emmet necesitará
descansar.
_ Yo no pienso moverme de aquí preciosa aunque tengas
compañía.
_ Eso es imposible, tendrás que dormir algún día.
_ Y lo haré junto a tí.
_ Emmet, Bella está preocupada, este lugar no puede ser
una suite de vacaciones.
_ No lo digas muy fuerte, porque eso es en lo que me dan
ganas de convertir este lugar.
_ No sabes lo que estás diciendo.
_ Sé que quieres hacer una extraordinaria actuación y me
parece genial, pero no te confundas. Puedes actuar cuando
aparezca James acompañado del equipo médico, o si Esme se
presenta inesperadamente, pero ¿no esperarás interpretar
tu papel constantemente?, no lo resistiría. Tendría que
esconderme para poder reírme a gusto.
_ ¿No puedes tomarte nada en serio?
_ Lo hago. Tanto como tú.
_ Vamos chicos, respetar un poco la opinión de cada uno,
pongamos algo de equilibrio entre los dos.
Alice, Emmet tiene algo de razón y tú deberías escucharlo.
_ Hombres, ¿qué podía esperar?. Hubiera sido perfecto
tener una mujer de compañera. Lara, ella es la que tenía
que estar aquí.
_ Ella ya tiene demasiado de lo que ocuparse.
_ Sí, sí ya lo se. Es la señora control, equipo,
desplazamientos, cámaras.
_ Eso es. Ella nos hace llegar las órdenes de Bella y
supervisa que todo salga como estaba previsto.
_ Uffff, es que estar aquí sin hacer nada. Presiento que
me estoy perdiendo lo mejor.
_ ¿Eso crees?
_ James, ¿qué susto me has dado?.
_ Bueno sinceramente es lo que pretendía. Quiero que
estéis alerta y que en ningún momento podáis relajaros.
_ Intenta explicárselo a estos dos.
_ Es importante que escuchéis atentamente. Lara ha
dispuesto vigilancia en todos los accesos a la clínica,
en cualquier momento estaríamos informados si intentan
acercarse a tí, sobre todo Esme, a fin de cuentas es tu
ma...
_ Lo se, aunque no será bien recibida.
_ Yo creo sin embargo Alice, que en esta situación
es mejor tenerla cerca y observar cuales son sus
pretensiones. Prohibirle la entrada y motivar aún más
su ira no serviría más que para empeorar la situación.
No puedo pedirte que actúes como una hija entregada y
necesitada de sus atenciones, de su afecto porque jamás
lo has tenido, pero si que de alguna forma consigas que
ella considere que la clínica es un lugar neutral para
conservar el vínculo que le interesa en estos momentos.
_ Te lo he dicho Emmet, mi papel es muy importante.
_ También me gustaría si me lo permites Petter decirte
algo. Aléjate todo lo que puedas de Esme, procura no
estar cerca cuando ella venga a visitar a Alice. No puedo
calibrar hasta donde llega su intención de lastimarte.
_ Creo que no se equivoca papá, ella no debe utilizarte de
blanco para herirte, para herirnos.
_ Esta vez sin embargo soy yo quien piensa que sois
vosotros quienes estáis confundidos. Esme ya no puede
hacerme daño. Hubo un momento en que destrozó mi vida,
pero como consecuencia de aquella masacre, conseguí
mantener a mis hijos a mi lado.Hoy mi familia está
creciendo y con ello mis sueños. Ella no tiene cabida
en mi corazón. Estaré aquí para enfrentarla, quiero que
comprenda que nada hará temblar mi pulso de nuevo.
_ Es tu elección Petter y tú deberás actuar como creas
conveniente.
_ Gracias James.
_ Quiero que sepáis de algo más. He asignado a una
enfermera que será la única que cumpla mis instrucciones
respecto a tí Alice. Te la presentaré en unos instantes.
Si en algún momento cualquier otra persona entrara en la
habitación para suministrar medicación o trasladarte a
otra sala en mi nombre, debéis llamarme personalmente.
_ De acuerdo.
_¿Esa enfermera es de tu confianza?.
_ En estos momentos Alice no existen personas de confianza
más que nosotros. Ella es la jefe de enfermeras de esta
planta, tiene más de 30 años de experiencia, cumple
correctamente con su trabajo, es honesta y jamás la he
visto sometida a presiones ni cotilleos con el personal.
Te diría que intentar sacarle alguna información que ella
no creyera conveniente, sería perder el tiempo.
_ Pues entonces es perfecta.
_ En este caso lo es. Ahora procura descansar. Mañana
temprano comenzaremos con las pruebas que ya te indiqué,
las haré personalmente. No obstante quiero que sepas que
eres mi excusa perfecta para estar de guardia esta noche.
_ Lo sé. Si necesitamos algo o notamos cualquier
movimiento extraño, solo tendré que llamarte.
_ Eso es, solo llamarme y estaré aquí antes de que os
déis cuenta.Y Emmet, bajo ningún concepto abandones esta
habitación a no ser que alguien de los nuestros ocupe tu
lugar.
_ No lo haré.
_ Hasta mañana.
Las predicciones no habían fallado y tal y como había
previsto Esme se había hecho presente en el hospital con
la excusa perfecta... ver a su hija...
Saber que cada pieza comenzaba a encajar me daba ventaja
pero al mismo tiempo estar informada sin ver, sin tener
ojos que me indicaran todas las reacciones de nuestros
adversarios me mantenía fuera de mí.
No dudaba de los sentimientos de Alice. Si alguien
permanecía al margen, era ella. No había conocido el amor
de su madre, por lo tanto no sufría por su carencia, sino
por lo que ésta suponía en los demás, en todos aquellos en
los que formaban parte de su vida.
Intenté relajarme pensando que Emmet no la dejaría ni un
segundo y que Petter había salido hacía más de de una hora
para estar junto a ambos.
Petter.... El si me preocupaba. Había en su mirada una
mezcla de superación y nostalgia que lo mantenía ausente.
Lejos de imaginar que pudiera traicionarnos, que en
cualquier momento no pudiera doblegar sus sentimientos,
me preocupaba su dolor, saber que aunque era consciente
de estar a nuestro lado, donde le correspondía, para él,
era enfrentarse una vez más a la única persona que había
amado, a la única persona que había desmembrado su vida.
Cerré los ojos y los apreté fuertemente, como si quisiera
alejar de mi cabeza una serie de imágenes que se dibujaban
en ella, haciéndome perder mi completa concentración.
El olor a limpio, a Edward hizo que volviera de algún
lugar donde no quería estar a solas.
_ Me gustaría saber que es lo que ahora mismo te angustia.
_ Petter..., tu padre no debería pasar por todo ésto.
No se hasta que punto no deberíamos haberle ahorrado un
sufrimiento innecesario. Quizá lo correcto hubiera sido
enviarlo lejos, apartarlo de ella.
_ ¿Eso crees?. Escúchame nena, soy un hombre y te aseguro
que si tuviera la oportunidad de demostrarle a la mujer
que rompió todos mis sueños, que ya no soy su lacayo, no
habría nadie capaz de impedirlo.
_ ¿Tú estás seguro que aún no la ama?. Por favor no me
malinterpretes, no estoy diciendo que tu padre vuelta a
sucumbir a los deseos de Esme, sólo te pregunto si estás
seguro que él dejó de amarla, o sólo deja dormir ese amor.
Cuando se ha amado como tu padre lo hizo, yo... yo... no
sé, si...
_ Es cierto que mi padre adoraba a Esme nena, quizá hubo
un tiempo en el que ella lo era todo, lo llenaba todo,
pero no olvides que también la dejó marchar por nosotros.
Fue capaz de comprarle su interés princesa ofreciéndole
acciones de su empresa, negoció con ella el embarazo,
para que Alice esté hoy junto a nosotros. Sabe qué clase
de mujer es y ha vivido de primera mano su locura, su
ambición. Creo que el amor que algún día sintió por ella,
se volvió obsesión y más tarde prefirió recordarla tal
y como la conoció para olvidar quién y qué era capaz de
hacer.
_ Espero que tengas razón y que ella no tenga la
oportunidad de hacerle daño nuevamente.
_ Aleja esos fantasmas nena, el futuro que se le presenta
a mi padre junto a su familia que lo quiere y lo respeta
no dejará que vuelva el pasado.
Pasó sus brazos por mi cintura y me pegó a su cuerpo
cálido, limpio, fuerte. Esta vez no ejerció fuerza alguna
para atraerme, sólo espero que fuese yo quien encontrara
el anclaje perfecto de mi cuerpo al suyo. Cuando ocurrió
fue como los brazos de una madre que envuelven el cuerpo
de su bebé protegiéndolo del resto del mundo.
Una lluvia de besos sobre mi cabeza, en mi pelo, lentos,
sentidos, hicieron que olvidara mis temores.
_ Me debes una.
_¿Una qué?
_ Jajajajajaja. Una noche de tus pensamientos. ¿Lo has
olvidado?.
No,no lo había olvidado, sólo que mis preocupaciones
habían alterado mi orden de preferencias. Muy
sigilosamente y dejándome llevar, Marlena y Esme habían
ganado la batalla esta vez, solo esta vez.
_ Lo siento Edward, te prometo que no dejaré que vuelva a
ocurrir.
_ Princesa, ¿crees que lo digo en serio?. No importa, no
se acabaran las noches contigo, no es una carrera, no
se trata de demostrar permanentemente que me deseas, lo
que hacemos ahora, también es amarnos. Ambos necesitamos
descansar y tu atrevida cabecita, la preciosa bruja que
llevas dentro de tí, también me pertenece. No habrá nunca
nadie que te ame mejor que yo mi vida.
A veces estar junto a Edward me parecía simplemente
soñar, darle vida a todas las fantasías, a todas las
espectativas que una mujer puede esperar, hacer de un
hombre un ser perfecto en determinados momentos, escuchar
las palabras justas en el instante indicado, sentir las
caricias exactamente donde quería y las necesitaba,
alguien imaginario que hacía realidad todo lo que deseaba
en el presente y lo que podía llegar en el futuro. Pero no
era así. Edward era real, un hombre a mi medida, simple y
sencillamente eso. Lo verdaderamente importante de todo
ésto es que nos habíamos encontrado.
Dicen que el destino lo hacemos cada uno de nosotros
desde que nacemos, que los pasos que vamos dando nos
llevan a encontrarla medida de lo que anhelamos. No se
que pasos pude dar yo para que algo tan poderoso como el
amor que sentía, me fuera mostrado, puesto en el camino
que tenía trazado, pero no perdería ni un segundo en
decidir si había sido obra mía, o si por el contrario, ese
destino del que hablan, en ocasiones estaba escrito en las
estrellas.
Me puse de puntillas y besé sus labios, esos que siempre
alimentaban mi alma y causaban estragos en mi cuerpo.
Dejé que esa corriente maravillosa que me azotaba siempre
que me besaba, me atravesara de la cabeza a los pies,
sacudiéndome y liberándome de todos aquellos pensamientos
que no quería.
Colocó sus manos abiertas sobre mi espalda baja, ahora sí
ejercían una leve presión sobre mi cuerpo, y todo éste
tembló al arrastre de sus palmas sobre mí.
Estremecerse, eso hacía mi carne cuando Edward me tocaba.
Sus labios sonrieron sobre mi boca, y yo amaba esa sonrisa
más que a mi propia vida.
Rodeó ahora con fuerza mi cintura y me levantó del suelo
donde mis pies yacían descalzos.
_ No deberías andar descalza.
_Me gusta sentir el suelo bajo mis pies.
_ Lo sé princesa, pero debes cuidarte ahora. Si enfermas
en tu estado podría haber complicaciones, sobre todo al
estar de tan pocas semanas.
_ Vaha, observo que tanta preocupación no es por mí.
_ Jajajajaja. No hay quien pueda contigo. Solo intento que
pienses en nuestra pequeña y de esa forma me hagas caso.
Me uní a su risa. Entendía a la perfección lo que
intentaba conseguir. Me gustaba sorprenderlo y emprender
ese juego de palabras que nos llevaba siempre a decirnos
todo lo que nos amábamos.
_ Nada de lo que poseo tendría valor sin tí. ¿Cómo has de
llamar a eso?
_ Creo que debes cuidarme mucho, jajajajaja.
_ Mucho nena, mucho.
_ Tú me diste la respuesta y lo haces cada día... “ahora y
siempre, todo en cualquier lugar”.
Ahora sí. Rodeé sus caderas con mis piernas y mi boca
buscó la suya sabiendo por descontado a quien pertenecía.
Un te amo, hizo eco dentro de mi boca, para llenarme por
fuera y sofocarme por dentro, para completarme, para
fundirse conmigo en un sentimiento que como cada pareja,
habíamos redefinido para nosotros, a nuestra medida.
_ Oh querida mía. No podía dar crédito a la noticia.
Marlena me ha informado esta misma mañana. No sabes lo
preocupada que he estado, pero ya estoy aquí para hacerte
compañía, para consolarte y ayudarte con lo que necesites.
Yo sí que no podía dar crédito,mientras que una mueca de
asombro y alerta se dibujaba en el rostro de Alice.
¿Cómo podría ejercer de madre amantisíma cuando no sabía
que significaba esa palabra?... madre...
Cubrí con una de mis manos mi cara y bajé mi cabeza hacia
el suelo, no quería que Alice viera mis risas y sin motivo
aparente, todo se fuera al traste.
No puede evitar pensar en una palabra cuando la ví
aparecer. Exhuberante. Esa era la palabra exactamente. Su
preocupación, al menos como ella decía, la había llevado
a vestirse a las 10 de la mañana para acudir hacia su
hija enferma de forma que no hubiera ninguna parte de su
cuerpo que quisiera pasar simplemente desapercibido. Solo
le faltaba una pancarta que dijera... “soy mujer adulta
dispuesta a una propuesta interesante”...
Muy en contra de lo que hasta hace muy poco sentía, mis
ojos no buscaron los suyos, mi alma a la que creía mendiga
no imploró ninguna migaja, y mi cuerpo no se impregnó de
un olor conocido y deseado. No había en mí ni reproche, ni
celos, ni deseo, ni lujuria, ni impotencia, ni rabia, tan
sólo indiferencia. Eso era todo lo que quedaba entre Esme
y yo. Nada.
_ Podéis salir si lo deseáis, yo no me moveré de aquí.
Tenemos las dos mucho de qué hablar, demasiado tiempo por
recuperar.
_ Pues tendrás que conformarte con recuperar todo ese
tiempo en mi presencia, porque no pienso separarme de
ella.
_ Emmet, admiro y aplaudo tus atenciones sobre mi hija,
pero no son necesarias.
_ Observo que no te das cuenta Esme. No son atenciones, es
mi propia necesidad, es amor, no sé si puedes entenderlo.
_ El amor no debe ser posesivo Emmet,sino ahoga.
No pude entonces contener mis carcajadas que salieron
impulsivamente.
Una Alice muy dentro de su papel no se tan siquiera como
pudo resistirlas.
Qué frase más hermosa si en ella hubiera sido cierta.
El amor no condiciona una forma de vida, ni debe exigir
libertad, porque por sí solo es completamente libre. La
libertad a la que Esme se refería era algo muy distinto.
Traición, infidelidad, libertinaje.
_ Querido... creí que te habías marchado, no te he
escuchado ni una sola palabra.
_ No tengo nada interesante que decir Esme, aunque no dejo
de reconocer que cada día resulta más divertido tenerte
cerca.
_ Antes no te lo parecía.
_ Las cosas cambian y las personas también y sin duda
estar alejado de tí me ha hecho ser ¿cómo debería
llamarlo?,... más libre, más hombre, más humano, y por
supuesto menos idiota.
_ Vaya, pensé que estando Alice ingresada tu estado de
ánimo no sería el que estás mostrando.
_ Sabes mejor que nadie que Alice siempre fue mi punto
débil, pero aún así este no es momento para dramatismos.
Está en buenas manos y no le faltará ningún tipo de
atención. Recurriremos donde sea necesario hasta averiguar
qué le sucede. No deberías adelantarte pensando en un
diagnóstico preocupante.
_ No por supuesto que no. Su aspecto es saludable, siempre
fue una niña muy fuerte. Nena ya verás como no es nada
importante.
_ Alice cariño, como te veo bien acompañada, mi presencia
es innecesaria durante unos minutos. Aprovecharé para
tomar un café con James y preguntarle cuando comenzará con
los análisis.
_ Antes de que te marches Petter, necesito algo de tí.
_ No sé por qué esa frase me resulta familiar.
_ No tiene nada que ver con lo que estás pensando.
_ Eso si que sería sorprendente.
_ Espero que no haya ningún inconveniente en que me
concedas el divorcio definitivamente.
¿Debería haberme sentido extrañado o dolido?
Ninguna de las dos, más bien fue liberado, como si un
instante cualquier vínculo, cualquier lazo que me uniera
aún a ella, estuviera a punto de desaparecer.
Fue Alice la que rompió el silencio.
_ ¿Puedo saber con qué finalidad precisamente ahora?.
Antes no ha sido un obstáculo para tí.
_ Bueno querida, como bien dice Petter las cosas cambian.
Ruffus me ha propuesto matrimonio y me resulta interesante
aceptar su propuesta. Creo que debo darme una oportunidad.
_ ¿Interesante?, ¿quieres decir que aceptas una propuesta
de matrimonio que te vincula a un sentimiento por interés?
_ Alice eres demasiado joven para comprender. A mi edad,
el amor es importante pero no como a tu edad lo sientes.
Entre Ruffus y yo existe un pasado y el presente hemos
decidido compartirlo juntos.
No se, sencillamente no sabría como definir lo que me hizo
sentir aquella declaración de los labios de Esme. Lo único
que me mantuvo firme fue la sensación de sentirme libre
por completo de una atadura que durante mucha parte de mi
vida, me había hecho prisionero.
Y como el reo que ve la luz después de una ceguera que
pareciera interminable, o un naúfrago que encuentra tierra
firme, mis palabras brotaron como la esperanza de ser
nuevamente alguien con una entidad diferente.
- No habrá ningún problema. Le diré a Edward que lo
prepare todo para en 24 horas seamos los dos libres
definitivamente. No pensé jamás que llegaría a decirte
algo así. Gracias Esme.
Me acerqué a la cama para besar a mi hija, no sin antes
sonreírle y ver como su cara se contraía, se transformaba
en una máscara mezcla entre ira y asombro.
Pequeñas arrugas se perfilaron alrededor de su boca,
esa boca que en otros tiempos había sido mi perdición,
mi ambición, mi anhelo y mi locura y que ahora sólo
despertaban en mí lástima.
_ Vuelvo enseguida reina. Te dejo en buenas compañía, la
mejor.
Lo dije mirando a Emmet, quien también me miraba
sorprendido. Estoy seguro de que ambos pensaban que mi
actuación había sido digna al menos de una mención, sin
embargo, nada había sido preparado, todo había concluído y
me sentía tremendamente feliz.
No tuve que andar demasiado para encontrarme de frente a
Edward y Bella, quienes desde hacía unas semanas se habían
convertido en las esperanzas de una vida diferente.
Verlos felices, unidos, convertidos en uno solo cada
vez que se miraban, era sentir que todo estaba bien. El
pensar en lo que pronto vendría a nuestra casa, una nueva
vida, el renacer , savia nueva de nuestra propia sangre,
recuperar parte de lo no vivido, me hacía estar fuerte,
pensar y sentir como un hombre diferente.
Bella era energía, simplicidad, una línea recta en la vida
de Edward, la paz y al mismo tiempo el huracán dueño de
todo.
_ Buenos días Petter.
(Sus labios besaron mi mejilla con esa peculiar frescura
que ella derrochaba sin darse cuenta).
_ Supongo que vas a tomar café.
_ Antes pensaba buscar a James Edward. Si vais
directamente a la habitación os llevaréis una
extraordinaria sorpresa.
_ Esa sorpresa tiene un tinte extraño.
_ Se trata de Esme ¿verdad?.
_¿cómo lo has adivinado?.
_ Petter Marlena es impulsiva y lo sabe, en cualquier
momento podría perder el control y eso hace que prefiera
ser invisible. Cree tener a James a su lado, por lo
tanto confía en que su aparición no es necesaria. Por el
contrario Esme ha sido expulsada de lo que consideraba su
hogar, parte de su orgullo ha sido herido de muerte. Este
es para ella un terreno neutral, aquí bien puede ejercer
sus derechos, aunque se haya dedicado a perderlos durante
toda su vida.
_ ¿Cómo estás?
_ Francamente hijo, creo que hace mucho tiempo que no me
sentía mejor. Tu madre me ha pedido el divorcio. Ruffus se
ha convertido en su nuevo objetivo.
_ Ha sido muy rápida.
_ Y por eso nos está dejando ver claramente sus
intenciones.
_ ¿Eso crees?
_ Completamente.Es más, yo diría que sus planes han
cambiado y que ya no desea navegar en el mismo barco que
Marlena. Solo la está utilizando.
_ ¿Qué estás pensando?.
_ Si mi instinto no me falla, no tardará demasiado en
contraer matrimonio. Bajo cualquier pretexto conseguriá
que Ruffus acepte sus condiciones. No tolerará que éste
opte por redactar un contrato que la mantenga fuera de
sus bienes, al menos en los que a liquidez se refiere. Tu
madre Edward ha vuelto con una sola intención.
_ ¿Quieres decir que intenta quedarse con todo?.
_ Quizá en un primer momento vosotros eráis su objetivo,
pero sabe que no podrá luchar contra nosotros. Esta
familia le ha dejado claro que no somos un enemigo fácil,
sino un obstáculo para sus fines. Es astuta ¿quién podría
proporcionarle lo que constantemente le negamos?. Ha
llegado hasta aquí y no para nada, por lo que elegirá
quedarse con algo más de lo que tiene antes de arriesgarse
a perderlo todo. En cuanto a Marlena solo la está
utilizando como a un peón. Le ha dado las sobras, algo
de confianza mientras James no estaba a su lado, le ha
servido de puente para que crea que la ayudara a cumplir
su venganza, pero no esperará. Volará Edward, alzará el
vuelo cuando crea que nadie está pendiente de ella.
_ Por favor Bella, explícamelo despacio, no puedo
seguirte.
_ Petter no estoy completamente segura, pero ella pretende
algo que puede ser definitivo pero arriesgado.
_ Si tiene algún peligro descártalo nena.
_ Edward, quien no arriesga alguna ez no gana y no tengo
por qué ser yo quien le haga la propuesta.
_ No pienso tratar con ella, no pienso regalarle nada.
_ No eres tú el indicado y además no se trataría de un
regalo, más bien de una compra.
Sus rostros cambiaron.Ambos estaban intentando descifrar
la finalidad de mis retorcidas maquinaciones. Fue Edward
el primero que buscó mis ojos, empeñeciéndolos, agudizando
su mirada dentro de la mía, pensando a la vez que yo lo
hacía.
_Princesa serías un lince en los negocios.
_No lo creo, solo que a veces determinadas jugadas pueden
dar un buen resultado.
_ ¿Podrías explicar a este viejo lento de reflejos
que estáis manteniendo entre los dos sin que pueda
descifrarlo?
_ Petter es bien sencillo. Pueden ocurrir dos cosas y
una de ellas es poco probable que suceda. Esme es una
jugadora solitaria, no deposita su confianza en nadie,
no tiene escrúpulos y eso la hace peligrosa. Tendría que
pagar mucho dinero para conseguir un igual. Esto hace que
mantener buena relación con Marlena la haga copartir el
triunfo y es demasiado prepotente. Por lo que me inclino
a pensar que se une a Ruffus aparentemente haciéndole
creer que es mejor poseer el 30% de las acciones que
lo que ahora tienen por separado. Sin embargo será su
muerte financiera. Si advertimos a Ruffus corremos el
riesgo de que ella cambie nuevamente su estrategia. Nos
conviene mantener la calma, esperar que ella actúe, tener
controladas las cuentas de ambos y cuando Esme de el toque
de gracia, hacerle una oferta generosa por el total de las
acciones.
_ ¿Estás segura de que es lo que se propone?.
_ No al 100%, pero ¿qué ha sido lo que ha movido siempre
a Esme?. Nunca hasta este momento ha mostrado interés
por otra cosa que no sea liquidez. Ha mantenido contacto
contigo solo y exclusivamente por llevar una vida muy por
encima de sus posibilidades, manteniendo intocable su
parte de control sobre la empresa. De esa forma sabía que
llegado el momento éstas serían su pasaporte. Estaríamos
hablando no de incrementar notoriamente su patrimonio
sino de doblarlo. Si estoy en lo cierto, no tendremos la
necesidad de indagar, será ella quien venga hasta nosotros
para ponernos en bandeja lo que es nuestro.
_ Nena, no tendríamos aval suficiente para soportar un
crédito de ese tipo.
_ Vosotros no, Emmet y yo sí. Podríamos hacernos cargo de
esa compra sin ningún problema. Todo absolutamente todo
volvería a sus dueños. Nunca debió ser de nadie más.
_ Bella, ¿estarías dispuesta a hacer eso por esta familia?
_ Petter, esta es mi familia, soy una Cullem.
Cuatro ojos se volcaron sobre los míos y no sabría decir
donde se encontraba más orgullo y más fuerza. Tomé las
manos de Petter entre las mías y acerqué mi cuerpo al de
Edward, buscando darle todo mi calor.
Hubiera jurado que los ojos de Petter controlaban unas
lágrimas emotivas que me hicieron sentir que más que parte
de esta familia, mi llegada había sido esperada mucho
tiempo.
Pero también conocía los pensamientos de Edward.
Necesitaba urgentemente la ayuda que le estaba ofreciendo,
pero... con Edward siempre había un pero cuando se trataba
de involucrarme en sus problemas... no le convencía
demasiado el hecho de que nuestro patrimonio, se viera
involucrado cuando no existía ningún tipo de estabilidad
en sus inversores.
Petter pareció intuir mis pensamientos y quiso aligerar el
silencio.
_ Recuerdame algo Bella.
_ ¿Qué cosa?
_ No me dejas otra opción. Creo que me convertiré en tu
sombra hasta conseguir que termines la carrera y serás
asesora financiera de la Empresa. Nadie mejor podría
ocupar ese lugar.
_ Creo que voy a estar muy ocupada en los próximos meses.
¿No crees?.
Toqué mi vientre quise dejar bien claro que tenía
necesidad de no separarme de mi bebe. Era mi único
objetivo en esos momentos, aunque tuviera mi mente ocupada
en otros problemas, no dejaba ni un segundo de imaginar mi
vida junto a él.
_ Si me lo pones muy difícil instalaremos en el edificio
una guardería para tenerlo cerca, muy cerca.
_ No adelantemos acontecimientos, vas demasiado deprisa
Petter. No sé si podría soportar todo el día el hecho de
trabajar junto a Edward.
_ Bella, jajajajaja, estás hecha a su medida.
Pero en aquellos momentos no estaba tan segura.
Edward no había reaccionado como yo esperaba. Estaba
segura que exponer mi capital y el negociar con su madre,
no le proporcionaban ninguna satisfacción.
James acudía a nosotros con pasos firmes y dispuesto a
formar parte de nuestra pequeña reunión. Sin darnos cuenta
habíamos ocupado un pequeño espacio al final del pasillo y
el tiempo había transcurrido sin apenas darnos cuenta.
_ Acaba de informarme Lara.Marlena viene hacia el
hospital. Comenzaremos las pruebas inmediatamente.
_ Esme está con Alice en su habitación.
_ ¿A solas?.
_ Emmet no se ha movido de su lado.
_ No quiero darle más importancia de la debida, pero sin
duda conocer la verdadera naturaleza de Marlena ha hecho
que tome medidas extremas.
_ James está bien, pero no pienses ahora demasiado.
Su rostro me decía muchas cosas.El que hasta hace
poco tiempo había sido mi enemigo, un servidor de mi
contrincante, de mi adversario, un observador de nuestras
vidas, un informador, e incluso un conspirador de una
trama contra mi vida, ahora ante mis ojos se mostraba
desnudo, vestido únicamente con los sentimientos que
asaltaban su corazón de forma nueva y por lo tanto
temerosa.