domingo, 21 de agosto de 2011

CAPITULO 14°



Para Dani-Meneses, la niña de las admiraciones en los renglones, la efusiva y feliz...nena no cambies nunca 



Y llegó el primer mensaje

Edward para Bella



En 30 minutos estoy contigo.
¿Qué cenamos hoy?



Bella lo leyó y se incorporó como un rayo

_ Bueno chicas en media hora está aquí. Tengo que arreglarme un poco; os dejo al mando de la situación. Hay que recoger y recibir la cocina china. Poner la mesa. Haced que esto parezca un lugar decente.

Subió las escaleras a toda prisa.Había pensado sorprenderlo, ponerse algo un poco atrevido, pero claro las cosas habían cambiado. Al estar las niñas con ella, era demasiado evidente si aparecía con ropa provocativa, hoy las chicas estaban …. ¿cómo llamarlo? de más, como cirios, no la mejor manera era como intrusas, se habían invitado por sorpresa. Ya en la ducha pensaría que ponerse. Dejó caer el agua y se enjabonó rápidamente, las duchas de ese día habían sido todas igual, a la carrera, nada relajantes. Se enjuagó y se secó como si de una competición se tratara y miró sus piernas, hacía falta un retoque; cogió una cuchilla de afeitar y crema de cuerpo, y comenzó la tarea. Apoyó la pierna en el borde de la bañera y de abajo arriba, de abajo arriba, mientras en su cabeza repetía...vamos Bella no hay tiempo que perder......¡Auch!, primera baja, un herido. Bueno no era nada solo tenía un corte.

Para cuando terminó de depilarse sus piernas habían pasado por una guerra y deberían ser asistidas en urgencias o de lo contrario necesitaíia muy pronto una transfusión de sangre.

Maldiciendo cogió una caja de tiritas y empezó a colocarlas sobre cada una de las heridas. Como en un cuartel su mente procesó …. NOVEDADES: CUATRO BAJAS EN LA PIERNA IZQUIERDA, OCHO EN LA DERECHA. Eduardo manos tijeras lo hubiera hecho sin conflictos.... ¿Eduardo? oh madre mía ¡Edward!, cuando viera ese desastre prensaría algo más que apuntar a la lista de sus torpezas. Ya no había nada que pensar. Pantalones, indiscutiblemente serían pantalones.

Secó su pelo, se lo dejaría suelto, así al menos no le quitaría la gomilla nada más llegar. Lo cepilló y alisó, luego se lo echaría a un lado. Se colocó unas braguitas negras muy pequeñas a juego con un sujetador sin tirantes.

¡par lo que le duraría puesto!,Dios Bella estas hecha una pervertida, se dijo a sí misma.

Pantalón vaquero ceñido y oscuro y ¿blusa o jersey?, otro dilema. Jersey, decidido, azul intenso, escote en V grande demasiado grande el escote, muy estrecho,manga francesa. ¿y los zapatos?, tacón no, con Edward tenía que estar bien apoyada en el suelo. Bien zapatillas de deportes blancas y azules, sin calcetines, esa prenda siempre discutía con ella.

Oyó el timbre, Edward estaba allí, corrió escaleras abajo, la casa estaba en silencio, ¿y las niñas?. En ese momento asomaron tres cabezas en la puerta del salon.

_ Todo listo, …....se oyó decir a Thelma.

_ Recíbelo en condiciones, …...reclamó Alice.

_ Pero date prisa , tengo hambre, …..oyó a Dana.

¿Cómo iba a recibirlo en condiciones si tenía que darse prisa porque tenía hambre?,mejor no pensar. Se dirigió a la puerta, controlando la respiración

y la abrió.... Y allí estaba el nuevo Edward, pantalón vaquero, camiseta negra, naúticos en los pies, ¿sin calcetines?, definitivamente ese era su hombre ¡y menudo hombre!.

Se dedicaron una sonrisa de cuento, la de Edward de oreja a oreja, la de Bella con hipo, ya estaba otra vez ese fenómeno nervioso en su boca.

Edward se acercó a ella y cerró la puerta con el pié.

_ Nena tu hipo es mi aliado, te hace abrir la boca para mí.

Y sin pensar nada más apretó su boca a la de Bella. Todo el día esperando ese momento. Como un soldado atacó su boca, mientras que sus manos repasaban su espalda, su cadera, hasta la mitad de sus muslos y luego subían buscando sus manos, manos que tomó el mismo y las enredó en su cuello. Ahora eran besos cortos, húmedos, pausados, escuchando como el hipo de Bella moría y emergía su respiración entrelazándose a la suya. Esa boca siempre lo llevaba directamente a los cielos, la comida no importaba, había hambre de otras cosas. Bajó la boca hacia su cuello, justo a su pulso, quería sentirlo latir en sus labios y alzó los ojos.

_ Princesa tres cabezas, seis ojos y tres bocas en forma de O, nos miran sin respirar. Bella soltó una risa cortada en su oído.

_ Preciosa no sabía que tendríamos a la corte pretoriana con nosotros espiando.

_ Se han invitado ellas solas.

_ Las otras dos chicas no sé, pero Alice me las va a pagar.

_ No seas cruel, ha encargado comida para que no tengas que cocinar para todas.

_ Eso solo aminorará su castigo.

Se separaron mirándose a los ojos, cómplices, amigos, espejos el uno del otro.

_ Bien Alice, en tu caso las presentaciones no son necesarias. Thelma, Dana, este es Edward Cullem.... es hermano de Alice

¿Qué más podía decir? amigo, novio, amante,su hombre.

Edward se separó levemente de ella para estrechar las manos que se estiraban hacia él y luego besó a Alice, a quien aprovechó para decirle al oído.

_¿Estabas aburrida?, ¿no tenías nada mejor que hacer? Estalló como la pólvora.

_ Hermanito, Bella no es propiedad privada tuya aunque eso sea lo que desees. Tiene amigas ¿nos estas viendo? tres y siempre vamos a estar a su lado. Además, debo informarte que Thelma y Dana son estupendas y que debes acostumbrarte a irnos viendo juntas.

_ Tú siempre tan discreta.

_ La discreción es una palabra de la que no entiendo muy bien su significado. Y ahora a cenar tengo hambre.

Los cinco comenzaron a reírse a la vez, la sargento había dado la orden. ¿De qué podía extrañarse en relación al carácter de Bella, si su hermana era del mismo regimiento?

La cena transcurrió en un ambiente relajado, divertido y exquisito, hubo bromas y recuerdos de la infancia, Edward no se sintió en ningún momento atropellado por charla demasiado femenina. Pero probablemente fue porque a su lado tenía a una mujer preciosa que llenaba todo su mundo, que cumplía todas sus espectativas, con quién cruzó miradas que hablaban de estar a solas, de seguir conociéndose, de preguntas íntimas, de respuestas aún más íntimas, de secretos, de magia, esa que ellos estaban conociendo poco a poco.

Se sintió felíz, nunca ni tan siquiera cuando era adolescente la sensualidad le había parecido tan especial. Su primera experiencia había sido con 16 años y su compañera de entonces, una chica mayor que él seis años. En los encuentros que tuvieron en aquel verano lo había puesto al corriente de la estrategia del sexo demasiado deprisa, solo tuvo tiempo de aprender,como si fueran lecciones que usaría el resto de su vida.

Más adelante en la universidad, sólo había estado con una compañera de estudios, la cual se dedicó al día siguente a contar con pelos y señales las intimidades que habían compartido, lo que hizo que sus siguientes encuentros fueran citas externas, incluso en algunos caso programadas e incluso pagando por ellas.

Cuando comenzó a trabajar con su padre era un hombre de 26 años que venía de vuelta de muchas cosas, pero que no había amado jamás a ninguna mujer. Todas con las que había estado hasta este momento solo había buscado en él un estatus, una manera de lucir a un hombre como un trofeo; mujeres con las lecciones demasiado aprendidas, con estrategias bien planeadas queriendo manipular, su vida y su dinero, y de paso obtener la seguridad de un esclavo a su lado.

Sonrió para sus adentros, por una vez él había elegido, ¿o sería al contrario?

Mientras pensaba todo ésto Bella sirvió café, ese que aún no había probado, y con malicia erótica y provocadora, tiró despacio del brazo de Bella.....

_ Por fin voy a probarlo, ayer se quedó esperando.

Bella agachó la vista y su cara se encendió como una amapola

Thelma, Dana y Alice se miraron, aunque tuvieran que quemarse la lengua, se tomarían el café a toda prisa. El aire estaba cargado de mensajes, frases que suplicaban ¿podeis marcharos ya?, por favor largaos queremos estar un rato a solas.Alice fue la primera en hablar.

_ Bueno chicas hagamos honor al café y tomemoslo como indican sus letras, CALIENTE, AMARGO, FUERTE Y ESPESO, y lo de rápido lo añado yo.

He traíido el coche y puedo llevaros donde me digais, o mejor aún, podemos ir a cualquier sitio a tomar una copa.

Thelma se levantó con intención de ayudar a recoger y una Dana más intuitiva, le indicó con la mirada que dejara las cosas como estaban.

Esta vez Edward al despedirse besó a las chicas, no sin antes expresarles que había sido un placer y que le gustaría volver a repetirlo.

Guiñó un ojo a su hermana, si al principio la hubiera castigado por estar alli, le dió a entender con ese gesto, que su reacción rápida para levantar vuelo, había sido suficiente para perdonarla.

La puerta se cerró y al fin solos.

_ Hubiera querido que esto fuera de otra manera, incluso había pensado en preparar algo que se hubiera convertido en comida quemada para tí, pero las chicas llamaron sin darme opción si quiera a posponer esta cena para otro día.

Si la oyó o no Bella no lo supo porque Edward se acercó a ella, empezaba el juego. Tomó su mano y la notó fría, Bella estaba nerviosa. Habría que jugar antes de empezar con el plato fuerte.

_ No pasa de esta noche que pruebe ese estupendo cafe.

Bella suspiró aliviada, le horrorizaba pensar en sus piernas, ¿cómo estarían sus heridas de guerra?.

Edward se sentó en el sillón con su taza y se palmeó la pierna para que Bella se sentara en su regazo. Ella no tomó café, demasiado alterada estaba ya, para tomarse una sobredosis de cafeína.

Edward saboreó el café lentamente, dejándolo reposar en su lengua. Bella lo vió bajar por su garganta y mordió sus labios. Llevó las yemas de los dedos al cuello de Edward y notó bajar el líquido en su recorrido, el mismo que hicieron sus manos, tan sutilmente que fue una caricia.

_ Si pretendes excitarme, lo haces bastante mejor que el café.

_ ¿No te gusta como lo preparo?

_ Está estupendo, pero prefiero a la cocinera.

Fue Bella esta vez la que inició el enfrentamiento, quitó la taza de sus manos y la apoyó en el suelo. Comenzó un lento recorrido por su cara, deslizando sus manos en suaves caricias por su frente, deteniéndose en sus sienes, masajeando suave y lento, perfiló su cara, su nariz, su boca,su barbilla, como quien pretende aprender un rostro para no olvidarlo jamás. Lo oyó suspirar despacio al ritmo de sus caricias, mientras sentía como Edward llevaba las manos a su cintura e introducía una de ellas en la parte trasera de su pantalón.

_ No me gustan los pantalones, son demasiado complicados para mí.

Bella bajó su boca a la de Edward, mordió sus labios despacio, rozó su lengua en ellos....

_ Puedo ayudarte si prometes no reirte de lo que vas a encontrar debajo.

_ Te aseguro nena que recuerdo muy bien lo que hay, y lo último que me causa es risa

Bella tomó su mano y la llevó hasta la cremallera de sus pantalones.

Edward retiró la mano y la pasó por debajo de sus muslos, la cogió en brazos y la levantó sin ningún esfuerzo.

_ Más que un halcón eres un gorrión. Me gusta mucho tu salón, tu sofá y este sillón, pero aún no conozco tu cama, solo hicimos las presentaciones anoche.

La besó en la boca como un loco, como quien sabe el placer y la tortura que le esperan. Los juegos había terminado.

_ Hoy serán una niña buena , si quieres dormirás a las 12, pero no pienso marcharme nena. Me quedaré a dormir a tu lado, vigilando tu sueño. Dejame ser tu ángel de la guarda.

Bella asintió sabiendo que en ese consentimiento iban implícitas muchas cosas. La depositó sobre la cama, y se quitó la camiseta. Los ojos de Bella lo miraron con curiosidad, luego con admiración. Era tan grande, en Edward todo era hermoso.

_ Este momento princesa consiste en estar vestidos con la misma ropa.

Se sentó en la cama la incorporó hasta dejarla sentada y tiró de su camiseta hacia arriba. Magnífico el espectáculo. Una piel suave, un sujetador sin tirantes negro, trago saliva.

Se acercó mirándola a los ojos, besó sus hombros, su cuello, detrás de sus pequeñas orejas, las chupó suavemente y con su lengua trazó un camino de fuego hasta llegar al centro de su pecho.

_ Preciosas vistas y mucho mejor sabor que el café aunque te ofenda.

Vio su sonrisa, esa que Bella dedicaba cuando le gustaban las cosas, pero que a la vez era tierna y tímida. Era increíble como iba conociendo sus gestos.

Miró el sujetador nuevamente y vió su cierre frontal, lo examinó detenidamente y con un movimiento de sus dientes lo desabrochó. El día anterior, solo había probado, no pudo ver nada, todo lo que se exhibía ante sus ojos., Sus pechos medianos, perfectos, duros, redondos, firmes, si seguía poniendole calificativos no podría probarlos esta noche.

Le agarró la nuca y la fue inclinando para recostarla sin dejar de mirar sus ojos, besó su frente, su nariz, se paro ante su boca, se lamió los labios, besó su cara y no esperó más. Introdujo uno de sus pezones en su boca, tierno, pequeño, notando como éste crecía ante su dedicación. Su lengua lo lamió como un niño hace con un helado antes de derretirse, Acariciaba en otro con sus dedos, no quería pérdidas, no pensaba más que en Bella en darle todo a la vez.

La oyó gemir, la sintió moverse,mecerse contra las sábanas, hundirse y elevarse buscando más contacto con su boca.

Su lengua desatendió un pezón ahora duro, por sus caricias, para bajar por su torax, su vientre, su ombligo, introduciendo la lengua en él. Notó en ese momento a Bella contraer su estómago, y sus gemidos se volvieron continuos. La vio mirarlo con ojos oscurecidos. Se mordía los labios una y otra vez intentando no hacer ruído. Llevó sus manos hasta el botón de sus pantalones, lo desabrochó en un solo gesto y bajó su cremallera de un tirón; colocó sus manos en los laterales y comenzó a bajarlos, indicando con la mano a Bella que levantara sus nalgas. No hubo palabras, solo el movimiento de Bella incorporándose para que el cumpliera su cometido. Los bajó como unas medias, sin dejar de mirarla y los sacó por sus pies arrastrando a su paso con las zapatillas.

Miró sus piernas y una sonrisa tan tierna como la de un niño se dibujó en su cara.....Su princesa tampoco dominaba las armas blancas....... Había cometido un precioso desastre. No se reiría de ella, tenía trabajo por hacer.

Bella hizo intención de hablar y él calló su boca con la suya metiendo esta vez su lengua hasta el fondo, uniendola a su lengua en una danza rítmica y acordada.

Sus manos tanteando los pequeños desastres.

Volvió a bajar hasta sus piernas y fue humedeciendo cada de las tiritas, quitándolas con su boca, curándolas con su lengua, lamiendolas como un loco.

El ritual se volvió pasional, las piernas de Bella brillaban con su saliva y las manos de Edward viajaron hasta masajear su vientre, indicandole que Bella estaba tan excitada como el.

Su respiración era rápida, su ritmo desacompasado. Bella llevó una mano a su boca, queriendo tapar sus sonidos y Edward se la quitó y lamió cada una de sus dedos...

_ Esos ruíditos de tu boca me hacen sentir poderoso, me repiten que soy tu hombre, que ahora y siempre desearás lo que te doy. No los calles nena, gime para mi, gime por mí.

Bella soltó un gemido que fué casi un grito, de socorro.

Edward se levantó y se quitó los pantalones. Bella tembló ante aquel espectáculo. Detrás de sus boxer había un animalque sin sonar, rugía por salir. Estupendo pues ella estaba preparada para enfrentarse a él, por muy fiero que fuese. Podría hacerlo, claro que podría.

Edward estiró su brazo en señal de aviso para que se levantara de la cama y tiró de ella, colocándola en el suelo delante de él a escasa distancia.

Bajó sus manos hacia sus braguitas las notó húmedas. Ahí entre sus piernas su alimento, su paraíso, tiró de ambos lados y de un tirón las arrancó haciendo que Bella se tambalease y se callera contra él. Así apretada contra su cuerpo, apoyó su frente contra la suya mientras sus manos acariciaban sus nalgas, pellizcaban de forma delicada, amasaban sus cachetes, dibujaban sus curvas.

_ Ahora quiero que me digas si debo continuar o si estas asustada.

Bella lo miró a los ojos y vio el mismo desea que había en ella, un deseo reprimido por respuesta. Si ella decía que no lo estaba, Edward pararía, ¿había mayor entrega en un hombre que por complacer a su mujer renunciar a sus propios deseos?.

No contestó, bajó sus manos por los costados de Edward hasta rozar sus boxers y los bajó despacio, muy despaccio, quizás así no despertaría a la bestia. Fue arrodillándose hasta llevarlos al suelo y sacarlos de los pies de Edward, primero uno, luego el otro y los dejó en el suelo junto a sus braguitas muertas.



Edward la tomó por los hombros y la subió rozando su cuerpo contra el suyo, un roce de chispas, de escándalo, de miedo por no saber hasta donde podría continuar. Sus miradas volvieron a encontrarse, Edward tan profundamente que veía su imagen, su necesidad, su recelo, su ansia, su inquietud. Ella viendo su anhelo, su seguridad, su hambre, su protección.

Introdujo su mano en su entrepierna y sus dedos se introdujeron en lava ardiendo, quemandolo vivo; sin espera, uno de sus dedos buscó su entrada enterrandose en ella. Su boca conquistando la de Bella, rendida a sus caricias, un cuerpo dispuesto a sus asaltos.

Bella bajó sus manos por sus brazos fuertes,musculosos, esos que siempre la sostenías, esos que jamás la dejarían caer y metió una de ellas entre sus cuerpos. Era hora de tocar, de palpar de conocer esa parte de Edward desconocida para ella. Ella sería inexperta pero era curiosa, muy curiosa. Su mano como un guante de terciopelo acarició su polla,, no sabía si podía hacerlo más fuerte, no quería hacer daño. La sostuvo con los cinco dedos, meciéndola en su puño, abrazándola en su mano. Suavidad, era todo suavidad y dureza; su tamaño la sorprendió y más cuando Edward rugió en su boca y le llegó hasta su vientre.

Estaba frente a dos animales hambrientos, la mente de uno queriendo conquistar, la fuerza del otro deseando atacar. Comenzó a deslizar su mano haciendo los mismos movimientos que Edward le hacía a ella, arriba luego abajo, arriba luego abajo, lentos muy lentos, rozando con uno de sus dedos la punta de la polla que ahora se encontraba lubricada.

_ Nena, no intentes acelerar los movimientos ni un poquito o seré un reo en tus manos. Te deseo tanto, que podría terminar con todo ésto antes de empezar.

La separó de su cuerpo y vio la mano pequeña de Bella sostener su polla,.... ¡grandiosa la imagen!, más que todo lo que había imaginado.

Quitó la mano, la acercó y la sentó en la cama, empujó su cuerpo hacía atras, separó sus piernas, y bajó la cabeza hasta su coño para enterrarse en él. Bella gritó su nombre, una, dos veces, para luego seguir con el intento de respirar.

Dio mordiscos leves en los labios de su coño, lamió su clítoris, sin dejar de mover su dedo en su interior, uno más, un dedo más y Bella comenzó a convulsionar. Pequeños temblores recorrían su cuerpo, un cuerpo que parecía no ser suyo. La lengua de Edward no descansaba un solo segundo y su mundo se volvía cada vez más oscuro.

_ Edward por favor, dejame acariciarte, dejame tocarte por favor, por favor, no me hagas ésto, no quiero lanzarme sola.

Edward subió su cara por su vientre, dejando restos de su placer a su paso hasta llegar a su boca y sintió la mano de Bella asir nuevamente su polla, esta vez más fuerte,más segura. Retiró su mano de su miembro, la miró, Bella parecía confusa, pasó la mano de ella por su coño, la empapó de su licor y la volvió a su polla.

_ Así nena, tómala ahora como antes, eso es, un poco más fuerte, más rápido cielo, asi, así …...

Su voz se iba resquebrajando ante las caricias de Bella. Aumentó el ritmo en la invasión a Bella hasta que notó como su vagina se contraía de manera brusca, inequívoca, y ahí estaba, reconocería ese gesto en cualquier parte, su niña estaba a punto de tocar el cielo con las manos y él la había llevado hasta allí. Bella temblaba en sus brazos, suspirando sin compás, sudando contra su cuerpo y notó como seguía moviendo sus mano en su polla en un intento de hacerlo alcanzar la gloria. Unió su mano sobre la de Bella para ayudarla a alcanzar el ritmo que ya requería ese momento y a una velocidad y precisión que él y su cuerpo conocían, iniciando la carrera hacia el éxtasis juntos, así sería esta vez los dos juntos. Sintió como Bella mordía su hombro y elevaba su cuerpo, esta vez para concluir el gran viaje, y eso fue todo, su polla no aguantó más, las venas dilatadas y su semen se estrelló contra el vientre de Bella caliente y espeso como su ansia.

Levantó la cara de Bella y la vio aún más hermosa, sus ojos cerrados, sus mejillas sonrosadas, su boca en una media sonrisa, su sudor en la cara dándole un brillo perlado, un sueño, su princesa era un sueño hecho a su medida.

Bella abrió los ojos despacio, lento como sube un telón en el teatro, como sube el sol al amanecer escondiendo la noche. A través de sus pestañas Edward pudo ver su pudor. No podría respirar por dos razones, una el cansancio, la otra el amor que sentía por ella. nada en esta vida lo había preparado para algo tan grande.

¿Desde cuando se merecía él algo tan hermoso?

Los ojos de Bella llegaron hasta los suyos como un cielo cargado de estrellas, su brillo hubiera podido iluminar cualquier apagon. Ojos remolones, ojos curiosos, ojos que esperaban una aceptación.

_ Edward, ¿ésto será siempre así?.

_ Te prometo que será muchísimo mejor, princesa solo estamos entrenando.

Pues si esto era el entrenamiento no quería pensar en el día que fueran a las Olimpiadas ganarían la medalla de oro seguro.

_ Espera un momento, no te muevas de aquí.

Edward se levantó y fue al baño, había que limpiar todo el caos. Tomó una toalla en sus manos, la humedeció un poco y fue hacia Bella, se inclinó y limpió su vientre despacio, una y otra vez pasando la toalla por su pubis, por su entrepierna, su entrada, luego su ombligo. Dejó la toalla junto a las prendas esparcidas por el suelo y se recostó a su lado. Los dos de costado mirándose, muy juntos, los brazos de Edward envolviéndola. Una mano de él fue hasta la pierna de Bella, cargandola sobre su cadera. Era perfecto estar enredada en ella. Era hora de otras intimidades, de aprender, de conocerla, de saber que llevaba dentro.

_ ¿Por qué halcón?

Bella tragó saliva y sonrió.

_ Mi padre se llama Charli, tiene un pequeño taller de mecánica a las afueras, no está lejos de aquí. Cerca de nuestra casa, cuando era pequeña vivía, Paul Disart, un francés, capitán retirado de las fuerzas especiales. era un experto en cetrería. Desde su jubilación adiestraba halcones y me los enseñaba. Siendo muy niña iba todas las tardes a su casa, me dejó ponerle nombre a sus aves. Olimpia una hembra preciosa con un plumaje claro era la más mayor, Magno era el más grande, cuando volaba en el cielo con sus alas abiertas era inmenso, Azor, el más pequeño y también el más complicado. Costó mucho trabajo adiestrarlo, era revoltoso como yo. Enfermó y se arrancaba las plumas, no quería estar encerrado, así que tuve que dedicarles muchas horas de atención. Cada tarde cuando salía del colegio, llegaba a casa, cogía algo par merendar y unos pequeños trocitos de carne que Charli me dejaba preparados. Corría como una loca a casa de Paul, le pedía permiso, tomaba mi guante y sacaba con cuidado a Azor de su jaula. Mientras yo merendaba iba dándole a él los trozos de carne muy muy pequeñitos de esa forma podía ir acariciando su garganta, su cabecita. Fue un año muy largo. Aprendí sus silbidos, los imitaba casi a la perfección, establecimos un lenguaje y nos hicimos inseparables. Las tardes de invierno, Paul lo dejaba suelto, yo estudiaba en la mesa de su cocina, y mientras yo hacía las tareas, el se apoyaba sobre mi hombro mirando como corrigiéndome, parecía saber si estaba mal o bien.

Como premio a mi esfuerzo Paul me enseño a manejarlo, a lanzarlo a su primer vuelo, a ser su adiestradora. Me enseñó todo lo que debería saber. T llegó el gran día. Aunque no lo creas los halcones son muy intutitivos, muy perceptivos y Azor podía sentir mis ansias, mis nervios aquel día; pero nos enteniímos. Cuando alcé mi brazo al cielo y lo impulsé al vuelo, el salió como una estrella fugaz alzando sus alas, conquistando el cielo; no había visto hasta entonces nada más hermoso. Con una fuerza inmensa fue cogiendo altura, debetiendose en lo grande del azul, girando las alas, aprovechando las corrientes de aire. Era como tener una cometa gigante en las manos y no temer a que se caiga jamás, todo el mundo en sus alas; su cabeza gacha oteando la tierra, me gustaba pensar que desde ese trozo de cielo, del que era el dueño podía verme, quería verme y contarme como se sentía, porque mi corazón en esos momentos estaba allí arriba, con él, sintiéndome igual de libre. Hubo muchas tardes como aguella, y todas absolutamente todas podría jurarte que yo volé con Azor.

Edward no había visto nunca una cara tan expresiva en su vida. No sabía donde mirar, qué parte de sus ojos, de su boca, de su nariz, con sus aletitas abiertas, estaba adorándola entera, y entonces la escuchó decirle algo que lo hizo estremecerse....

_ Edward hace un momento también he volado contigo.

Si el alma está cerca del corazón y de la garganta, si tienen alguna conexión, si entre ellas se hablan y son capaces de comunicarse y explotar, ese fue el momento, porque la suya lo hizo contra su pecho en respuesta a una fiesta de alegría incontenible. Bella creía que no podía decir “te quiero”, y acababa de hacerlo de una forma grandiosa. La voz le tembló pero consiguió decirlo de una sola vez.

_ Te prometo princesa que volaremos tan alto que recorreremos el universo, tú y yo,solos tú y yo.

Selló su boca con la suya en un beso infinito, tan suave como las alas de Azor, tan poderoso como su vuelo, y el juego sensual comenzó denuevo en caricias que se volvieron ruegos, en peticiones urgentes, en momentos perdidos sin aire, su cansancio en sueño, algunas horas de sueño.......

9 comentarios:

  1. wow!! Me ha encantado!! Esto se esta poniendo calentito!! Que desastre es bella depilandose me recuerda a mi!! Siguela!!
    Un besitoo

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  2. madre mia!!!!!!!no se si bella sobrevivirá a esta maravilla lo que si es cierto es que este hombre acaba conmigo...ajajjajajaj, besos preciosa

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  3. amo a alice y a sus amigas ani eres super q capi mas hot omg ani con este calor moriiiiiiiiii pero ya quiero los proximos ani bye cuidate besos cari

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  4. no se que decir la declaracin de bellala final fue preciosa digna de un gran sentimiento que elle va revelando sin nisiquiera darse cuenta

    quiero saber mas de los alcones

    yo uso el papel higieno somos menos finos que ellos qiue usan toallas???

    es como el que usa clinez o panuelos de tela jajjaj

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  5. OMG OMG OMG
    anyy gracias por el capitulooo ! el mejor de todosss jajajajaja !
    :)
    no habia tenido tiempo de leer pero ya me estoy actualizandooo !
    ya te lo dijeee ? bueno no importa GRACIAS MIL GRACIAS !

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  6. Aunque se tomo un poco mal la invasión por parte de las amigas de Bella en su único momento del día para estar solos, luego se ha tomado muy bien que Alice sea rápida a la hora de pirarse. Las chicas son geniales.
    Y estos dos se va a acabar quemando, Bella cuando le suelta así será siempre y el otro no esto sólo es el entrenamiento, la cosa va a mejorar mucho mucho.
    Me ha gustado que le cuente cosas de su vida. y luego otra vez al tema.

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  7. oh por dios ani se lo dijo con el alma, le dijo que lo queria, amo este capitulo en serio, a que cosa tan mas bonita, este es uno de sus tantos momentos romanticos, pasionales e intensos que viviran juntos, pero como dice una frase es demasiado bello para ser real porque ahi va meter su cucharota la arpia mayor de eso no tengo duda, pero el amor es mas fuerte que todo y ellos deben luchar por el y estar juntos ahora y siempre como bien lo dicen, aaa ani ya quiero leer el de la depilada jajajaja seguro que estara tan intenso como este. besos ani guapa tq

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  8. Que momento intimo entre ellos tan bonito me encanta como se hablan,no necesitan decir te quieros ya lo hacen de la manera con que se expresan.

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