Bueno esta dedicatoria es para una chica de tierras muy lejanas, para alguien paciente, de la que siempre es un placer escuchar, “es un gusto hablar con vos”, la que me enseña el sentido musical de la quena y la pompoya, la que hizo que fuese posible que Dores llegara hasta nosotras, para entregarnos su confianza, es para tí Tazqui. Me gustaría que lo que ha nacido entre nosotras, no acabara nunca. Gracias por escucharme.
Sus brazos fuertes, convertidos en plácidas alas, la acomodaron en la cama de sábanas ahora frescas contra su cuerpo. Todo el calor del mundo en Bella.
Inició uno de esos besos lentos que comienzan y terminan ansiosos por volver a iniciarse. Besos en unos labios carnosos, hinchados de tantos otros. Humedad más humedad, deseo contra deseo, hambre para más hambre. Ojos semicerrados que permanecen en estado de somnolencia lunática para sentir más ampliamente las sensaciones. Besos que permiten libertad a las manos para acariciar buscando satisfacer y satisfacerse a sí mismo. Besos en un baile de guerras de amor, de conquista de la voluntad del otro. Besos que al final se convierten en lágrimas. Besos color perlado.
Muy pausadamente, recreandose en el acto de despojarla de ese camisón maldito que semicubría su cuerpo de diosa, deslizó sus manos dibujando por entero su silueta y la respuesta de Bella le dió el empuje suficiente para sentirse el hombre más afortunado del mundo.
Un regalo cada tacto de sus manos contra la piel de agua de Bella. Piel tersa, piel dibujada sobre su carne tensa, piel de pecado.
Bajó los tirantes por sus hombros casi sin tocarla dejando la mitad de su cuerpo al desnudo, ensimismado en su cara, en su cuello en sus pechos. Trazó una línea de fuego con su boca desde sus labios, dibujando un surco por su garganta hasta morder su clavícula dulce, muy dulcemente, succionando,lamiendo,bebiendosela. Bajó entre el valle de sus senos, para continuar en juego con las aureólas de ambos, sin rozar sus pezones. El cuerpo de Bella, un arco en movimiento ofreciendosele, pidiendole que culminara esa caricia de su lengua contra su pecho. Una sonrisa fue toda su respuesta. Adoraba verla deshacerse entre sus manos. Aprovechando la elevación de su cuerpo, retiró completamente el resto de las gasas. Ante sus ojos un hada de los sueños.
Cambió de posición para comenzar con caricias lentas desde el empeine de sus pies. Su boca besando, sus dedos delineando sus tobillos. En un viaje sin tiempo, masajeando en círculos, en curvas, en líneas rectas, sin dejar ningún movimiento en sus manos, fue tomando altura hasta la parte externa de sus muslos, para luego dibujar espirales y buscar la parte oculta de los mismos, tan calientes, con una urgente necesidad de ser sometidos al mismo tratamiento que el resto de sus piernas. Unió su boca al movimiento de sus manos, primero en una pierna... temblores..., luego en la otra...gemidos..., repitiendo una y otra vez hasta que su mente se volvió prisionera de las señales. Siguiendo todos los signos de ese cuerpo entregando, abriendo con sus manos y sus rodillas sus muslos, acercó su cara hasta el aroma de una llamada primitiva. Comió y bebió de su coño, como quien no lo ha hecho en siglos, su lengua arrasando un territorio fértil lleno de promesas.Sus manos posesivas sostuvieron sus nalgas para acercar más su cara a su monte de venus, para que su lengua no dejara nada al olvido. Los labios de su coño palpitando, llamando a gritos por ser besados, mordidos, pellizcados, en completa desesperación.
_ ¡Edward mi amor!, no más espera.
Pero Edward era un hambriento, un hombre perdido en una sirena con propósitos de no olvidar nada por entregarle.
Fueron las manos de Bella agresoras y salvajes, enrolladas en su pelo, acercandolo aún más a su entrepierna y elevando sus caderas, las que lo despertaron de sus provocadoras caricias. Ella estaba al límite, y para él, éstos se habían desdibujado hacía mucho tiempo. Levantó su cara buscando sus ojos.Dos llamaradas de fuego entregandose para exigir.
_ Me tienes perdido vida mía.
Sus manos unidas desde su coño, formando ahora un dibujo en uve, ascendían hasta cada uno de sus senos, donde sus pezones clamaban por sus atenciones. Sintió la mano de Bella sobre su polla, sostenerla, abrazarla con sus dedos y comenzar movimientos demasiado peligrosos para ambos en esos momentos.
Colocó su propia mano sobre la de Bella para frenar sus caricias, pero fue aún más el sometimiento, seguir el ritmo de sus toques, sintiendo como ella lo tocaba, fue un golpe de placer que no esperaba.
_ No seas mala princesa, no sigas acariciandome de esa forma.
_ Frename tú, (lo dijo en su oído mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja).
Ni frenos,ni paradas, ni obstáculos para unos cuerpos que lanzaban los mismos gritos. Gritos de victorias, de encuentros, gritos de dos cuerpos convertidos solo en uno.
Se incorporó quedando de rodillas en la cama, tomó las piernas de Bella subiendola hasta sus hombros anclando con sus manos en sus caderas.
Una preciosa sonrisa por respuesta, sus dientes mordiendo su labio inferior, su lengua lamiendo el superior, párpados que se cierran y una nariz que perfila un precioso gesto. Todo ello mostrando una imágen de placer incontrolado y deseoso que impulsó a Edward a no esperar para entrar en ella de un solo estoque certero, magistral.
_ ¡¡Edward!!
_ Shssss, Shssss. Deseaba hacerlo lento, muy lento. No quería que acabara nunca, pero me haces perder todo el control.
Quieto, parado dentro de ella, sintiendo las paredes de su coño estrecharse, moverse para buscar movimientos para llegar a la cúspide, a la cumbre.
_ Búscalo princesa.
Gemido.
_ Vamos, estrechame.
Grito ahogado.
_ No te detengas.
Un aire suelto de sus pulmones.
_ Así cariño, más, más.
Otro grito, ahora más fuerte.
_ Nadie nena, solo yo dentro de tí.
Ahora el grito desgarrador y junto a él los movimientos de Edward unidos a los de Bella. Uno,...fuerte..., dos,...desesperado...,tres,... y ambos emprendiendo un vuelo único.
Y quietud, completa calma y quietud. Edward buscando su mirada. Cada acto una promesa de continuidad, de un tendremos más, mucho más, de no dejaré de amarte. Un final de cansancio donde comienza la recuperación hasta la próxima entrega. El deseo siempre vivo como las olas en el mar.
Y por fin el cruce de miradas que no mienten, desnudas, desprovistas de normas, de reglas. Miradas sin miedo, sin temor a su reflejo.Miradas que besan sin labios, que hablan sin voz, que prometen sin palabras, que sueñan despiertas.
Un beso tierno sobre su nariz, en su frente.
Cualquier palabra escrita o inventada no es suficiente.
Calor y abrazo de dos cuerpos en silencio, buscando aún más silencio.
Vértigos de vuelta.
Dos cuerpos sumergidos en la laxitud, que se niegan a volver de un alto cielo.
… Y el sueño como el gran regalo.
…
Se levantó para recibirla al verla atravesando la puerta de la pequeña cafetería.
_ Es un placer que hayas decidido venir.
La besó en la mejilla, y observó un ligero rubor.
_ Aún me pregunto como me he atrevido, pero ya es tarde para eso.
_ Solo vamos a hablar Dorothy, nada más, ¿qué de malo hay en eso?
_ James no tengo la menor duda, y cuando te refieres a malo, espero que entiendas que de quien hablamos es mi sangre, para mí es como una traición, no suelo hacer nada semejante.
_ Al menos deja de preocuparte, no hay traición cuando tus intenciones son alejar a Marlena de esta locura.
_ No tengo por costumbre hablar de mi familia con terceras personas.
_ Como quieras, pensemos entonces que somos amigos.
_ Aunque eso llegara a ser posible, no elegiría jamás a un amigo para hablar de mi hermana. No lo entiendes James, todo lo que está ocurriendo no es más que un terrible dolor que no se ha marchado. Me niego a pensar que Marlena es una mujer sin escrúpulos. Puedes pensar lo que quieras, quizás nadie se haya preguntado nunca como yo lo he hecho, el por qué de lo que me mueva actuar así, pero en ella existen muchas cosas por olvidar aún.
_ Admiro tu capacidad para comprenderla o disculparla, pero no estoy de acuerdo contigo. Marlena no es quien tú crees que es. Su vida está perfectamente planeada en función a unos fines, y hará lo que esté en su mano, oyeme bien sola o con ayuda, gratuitamente o costeandolo a cualquier precio, por conseguirlos.
Vio un gesto agudo en su mirada, sus ojos se hicieron perfiles, sus dudas mostrandose en un rostro perfecto. Sus labios mordiendose el uno al otro nerviosos.
_ ¿Qué pretendes decirme James?
_ No sabes nada aún pequeña, nada. Edward y Bella son el objetivo de tu hermana, por encima de cualquier cosa. Ellos estan enamorados, pero no solo viven juntos. Dorothy, se han casado,son un matrimonio legal y emocionalmente vinculado por un amor que les ha llevado a prometerse un amor para siempre. Ya se no se trata de un juego, ni de provocar una reacción de temor en ellos, una separación. Marlena está buscando la forma de separarlos, de acabar con promesas de toda una vida, de perjudicarlos a ambos. Cree firmemente que el patrimonio de Edward y de Alice es solo suyo. Pretende conseguirlo a toda costa, incluso con ayuda externa. La ayudé una vez Dorothy quiero que lo sepas, entré en ese juego de poder y venganza que ella ha planificado, no soy ningún santo, pero no estoy dispuesto a continuar. Ella lo sabe, se ha dado cuenta por mis advertencias que no quiero seguir en algo tan peligroso, que el odio no conlleva a nada, pero no voy a conseguir apartarla de su meta.
La miró observando como se estremecía abranzadose así misma, ocultando su mirada en su regazo.
_ No eres tú Dorothy, ella no eres tú. Por mucho que sea tu familia, por mucho que intentes persuadirla, intentar mostrarle que se equivoca, no dará marcha atrás. No solo es el pasado, ella no conoce otra forma de vivir que no esté unida al interés, al poder, y al patrimonio.
_¡James!.
_ ¿Te duele?, ¿crees que no lo sé?, solo intento hacerte ver que sois diferentes, que no tenemos armas suficientes para hacer que cambie de idea. Ni un ejército de ángeles podría hacerlo. Tú eres un ángel perfecto, pero solo uno Dothy.
Sonrió al escuchar ese diminutivo, hacía mucho tiempo que nadie la llamaba así. Solo su madre cuando era pequeña lo utilizaba y ella se sentía feliz, como si fuera algo solo de las dos.
_ Tú podrías ayudarme.
_ No pequeña. Todo lo que sé es porque he estado unido a ese demonio durante años. He perseguido el mismo sueño que tú. La he amado tanto, que me engañaba pensando que tenía amor para los dos. Nada ¿me oyes?, nada ha conseguido ese amor, excepto su falta de respeto y su desprecio por mi vulnerabilidad. Llevo intentando con tantas fuerzas que vea lo que no debe hacer, he luchado por abrirle los ojos, he hecho el amor con ella entregandole todo lo que soy, para no recibir más que minuto de pagos por mis servicios prestados. Estoy agotado, demasiado cansado para seguir combatiendo. Solo he aprendido algo, no mejor dicho, no he aprendido, he descubierto que quizás mi amor tampoco era incondicional. No quiero algo así para recorrer un camino en común con una compañera.
_Por favor James no sigas.
_ ¿Y tú? dime ¿qué has dejado tu en el camino?. Ya sé que no me dirás demasiado pequeña, demasiado perfecta para escupirlo, para soltarlo sin control, incluso para hablar con terceros como piensas, de tu querida hermana. ¿Quieres un consejo?, ¡alejate de ella todo lo que puedas!, corre como si de tu peor enemigo se tratara, no dejes que te contamine, no a tí.
Esta vez vio el cambio en su rostro, la observó levantarse, no para marcharse. Se dirigió hacia la terraza interior del restaurante con lágrimas en los ojos, huyendo sí, pero de mostrar sus sentimientos. La siguió sin pensarlo. Demasiado brusco, demasiado violento para ser extremadamente frágil. Se detuvo detrás de ella cuando oyó sus palabras.
_ Ni tú ni nadie sabrá nunca cuanto silencio hay en mí o como se mide el vacio de años. ¿Crees saber quien soy o cómo soy?. Lo que todos véis no es mas que el reflejo de la ausencia. Es preferible en ocasiones no ser vista, ni sentida, ni escuchada, cuando todo lo que muestras, todo lo que sientes, o todo lo que dices, no sirve de nada. Llevo años, muchos años, tantos que no recuerdo cuando fue la primera vez que lloré amargamente después de que Marlena inventara alguna historia de las suyas, para hacerme culpable de sus conflictos. Desde niña he sido la estúpida que nunca tenía las soluciones que ella consideraba perfectas. Cualquiera de sus conocidos ha tenido el privilegio de ser más importante en su vida que Rufus o yo misma. Lucha en nombre de una venganza que no le corresponde porque no la vivió. Jamás escuchó llorar a mi madre, aunque te repita una y otra vez que fueron muchas sus lágrimas. Simplemente ella nunca estaba en casa cundo las cosas no eran de su agrado. Y sin embargo puede ser la chica perfecta, la maestra de ceremonias indicada, puede tener convencido a mi padre de que será una maravillosa gestora de sus acciones, porque es increíblemente manipuladora y utiliza técnicas que yo jamás usaría.
_ Ya es suficiente Dothy, no te castigues más.
Se volvió en movimientos lentos, ocultando sus ojos tras sus pestañas bajas, con sus manos unidad una contra otra.
_ No me estoy castigando a mi misma James, ya no duele, no siento dolor por mí, es por ella, solo por ella.
La atrajo hacia su cuerpo abriendo sus brazos para estrecharla. Aquella mujer que estaba descubriendo olía a niña perdida. Los pequeños temblores fueron calmados con delicadas caricias sobre su espalda, despertando en alguien como él una ternura que no recordaba desde hacia mucho tiempo. Quizás hubiera una nueva oportunidad para volver a ser diferente, para borrar lo vivido junto a Marlena y hacerlo como el resto de las personas, con ilusiones de futuro, con sueños más allá de los que había mantenido hasta ese instante.
Levantó su barbilla con sus dedos, era tan nuevo para él ese sentimiento, que sus movimientos eran precavidos, intensamente moderados, pero cargados de necesidad. La miró a los ojos, unos ojos llenos de lágrimas de rendición absoluta, de desnudez por sus secretos contados, y la besó.
La besó en los labios sin esperar todo lo que encontró. El reconocimiento de una boca tierna y miedosa, que sin dar nada, solo recibiendo, era capaz de ofrecerle todo lo que él llevaba años buscando erradamente.
…
_ ¿Crees que nos escucharon anoche?
_ Creo que te escucharon a tí varias manzanas a la redonda.
Abrazado a su espalda, soplando ligeramente sobre su cuello para airear aún más el perfume de su pelo, Edward sonreía por la pregunta.
_ Edward, por favor, no me ayudas nada diciendo esas cosas. No saldré de esta habitación en siglos.
_ Estaría bien, si es lo que deseas, por mi parte ningún incoveniente.
_ No te rías de mí, siento verguenza.
_ Jajajajaja, te lo recordaré la próxima vez.
La volteó con mucho cuidado.
_ No sé cuantos habrán podido escuchar tus gemidos, ni me importa lo que habrán podido pensar. Eres mi mujer,mi esposa y te aseguro que nadie será capaz de mirarte de manera incorrecta.
Quiso hacer que aquella conversación fuera irónica, divertida, que alejara su preocupación, su pudor.
_ Pero lo que sí me estoy pensando seriamente, es viajar contigo a algún lugar desierto y hacerte el amor hasta que te oigan en el infierno. Nena, me vuelvo un ciego loco cuando te oigo gritar de esa manera.
Bella palmeó su brazo.
_ Loco ya estás.
_ Sí es cierto, por tí, por lo que me das, por lo que puedo tomar como mío, por como gritas, por tu aroma de mujer que baña mis sentidos, por quien eres, por ser la mujer de mis sueños y la mujer de mi vida real, por ser mi aire, (tocó su vientre), y su aire.
Una lágrima, nacida de la plenitud, de ese lugar donde todo está completo, donde se podría vivir sin oxigeno y tocar lo que no existe, brotó de sus ojos sobre su rostro con la más hermosa de las transparencias.
_ Sé que está ahí, (volvió a tocar su vientre), puedo sentirlo, puedo soñar con él cobijado aquí dentro, dentro de tí, pero no puedo amaros más, de lo que ya lo hago.
….
Retiró lentamente los labios de los de ella, aturdido, embriagado, marcado y emocionado. Solo quería mirarla, saber que había sentido aquella mujer que estaba cambiando su vida.
Unos ojos brillantes se abrieron ante él iluminando su interior. Ojos que habían aceptado, y que temían las consecuencias de no haber sido suficientes. Ojos de descubrimiento a una sensación diferente, ojos tímidos, ojos que sin decir nada, hablaban de “no digas nada”.
Pero James no pudo evitarlo, su corazón latía fuerte, como nunca, deseando otra oportunidad de probar su boca.
_ Dime que has sentido lo mismo que yo. Dime que me permitirás más besos, que no hablaremos de éste como el último, porque es tu boca de la única que quiero beber sin envenenarme.
Silencio. Cerró sus ojos en señal de querer sentir todas aquellas palabras. Tragó saliva, quería sentir que estaba viva, que no era un sueño, que lo que estaba ocurriendo no era fruto de su imaginación. Años de observar, de mirar desde lejos, de ver como cualquier otra mujer se convertía en deseos para él, y ahora era ella quien estaba en sus brazos. Años de soportar ser la otra, la segunda siempre ante los ojos de su hermana. Temor, la llenaba el temor de ser algo pasajero, un momento en la vida de alguien a quien siempre había observado en silencio.
_ Dime algo pequeña, necesito saber que estás bien, al menos que no te he ofendido.
Volvió a abrir los ojos, no sabía a lo que estaba dispuesta, si a seguir teniendo miedo, y ocultar por más tiempo que era capaz de sentir, que podría aprender a amar, o a lanzarse para iniciar algo que podía acabar antes de probarlo.
_ Ten.. Tengo miedo James.
_ ¿De mí?
_ De lo que este beso puede suponer para cada uno de nosotros. Puede que tú estés acostumbrado, yo no, puede que no signifique nada o puede ser el comienzo de algo importante, pero no quiero participar en juegos de los que no sé nada para salir herida.
_ Solo necesito saber algo.
La miró con ansias, necesitaba la respuesta que esperaba en esos momentos, lo demás llegaría cuando ella quisiera, cuando estuviera preparada.
_ No sé tú, pero yo necesito volver a beber de tu boca, como si la vida estuviera en ella. ¿me entiendes?, solo quiero saber si tú sientes la misma necesidad. Olvidate de todo lo demás, solo contestame.
_ Sí.
Fue una afirmación sincera nacida de las entrañas y los miedos, de los deseos y las esperanzas, de la necesidad de un derecho por llegar a sentirse amada alguna vez.
Colocó sus manos enmarcando su cara, sin dejar de mirar aquella afirmación dentro de sus ojos. Había mucho por andar, mucho camino que recorrer para llegar hasta ella, muros que derribar, miedos que olvidar, afecto que entregar. Pero sobre todo para él, había una vida que cambiar para ofrecerle todo lo que se merecía.
_ No sé que podré ofrecerte, ni tan siquiera si será digno de lo que te mereces, pero te aseguro que cada día intentaré ser mejor persona a tu lado.
Una pequeña sonrisa y la inclinación de su rostro lo dijeron todo. James volvió a inclinarse sobre esa boca, que en esta ocasión no solo recibió, sino que esperaba con anhelo poder dar un poco de su agonía. Un encuentro lento y perfecto, suave con sabor a delicia, a exquisitez, un beso marcado por ambos como el inicio de algo hermoso. Un beso no de promesas, sino de esperanza. Para ella la cura de su vacio, para él la oportunidad de su salvación. Cortos, espaciados, con los ojos abiertos, sintiendolos en todas partes, aislados del mundo, besos sin culpas aunque secretos. No hubo ninguna lengua invandiendo su boca, no hubo prisas, solo un abrazo tierno mientras no encontraba el momento de dejar su boca. Sin duda alguna esos besos le darían mucho que pensar, muchas noches de recapacitar, de tener derecho a soñar.
…
_ No esperaba que nos pusieramos en contacto en tan corto espacio de tiempo.
_ Bueno ya sabes, no me gusta esperar demasiado.
_ Tu impaciencia te pierde.
_ No podemos perder demasiado tiempo.
_ He estado pensando y aún necesito verlo todo con más claridad.
_ ¿Qué no entiendes?, ¿cual es el problema?.
_ Las cosas no son fáciles, todo debe estar atado a la perfección. Estamos demasiado implicadas y expuestas las dos.
_ ¿Tienes miedo?, mi padre es fácil de satisfacer, nunca fue demasiado exigente, tú misma lo pudiste comprobar.
_ Quiero que entiendas algo, y que lo tengas siempre presente. Si decido estar a tu lado, no consentiré jamás que me faltes al respeto. No soy uno de tus títeres. Me necesitas para llegar hasta el final. No lo olvides. Eres tú quien me necesita.
_ Puedes verlo como quieras, no intento cambiar eso. Pero ¿qué tal si piensas en los beneficios que obtendrás?.
_ Jajajajajaja. Por ese camino no querida. Vivo como no llegué a soñar que lo haría, tengo solvencia económica y libertad. No tengo a ningún hombre permanente al que rendir cuenta de mis actos. Yo elijo siempre con quien, donde, cómo y hasta cuando. Llegas y me pides, más bien me suplicas que me una a tu juego, que me amarre a un hombre, que sea un modelo de mujer, compañera y esposa en el peor de los casos, para que tú puedas obtener un triunfo total sobre un plan que llamas perfecto. Chssss, Chsss, Marlena, Marlena, creo que me merezco otro trato, ¿no crees?. De igual a igual. Eres demasiado joven, has disparado tiros errados que yo tendré que redirigir. No intentes de ninguna de las maneras, ni ordenar, ni presionar, ni acelerar mis decisiones. Espero que lo entiendas, que comprendas, que en ningún caso voy a aceptar tus órdenes, será todo lo contrario. Esa es la primera regla. Lo tomas o lo dejas....
Me fascino adoro cada vez mas esta historia ,eres un sol....Besos nena sigue asi....
ResponderEliminarGenial, me gusta como te ha quedado este capitúlo, el amor que nace entre James y Dorothy, ojala se unan a Edward y le informen de la aparición de la malvada Esme, esa parte de Esme y Marlena te quedo genial, ubicaron a la Marlena. Y ese amor de Edward y Bella, lo amo como describes, waooo, quiero más de eso, quiero saber si va tener un bebé. Nena, escribes súper genial, me encanta tu historia, la espero todo los domingo, ya estaba triste por el retraso, pero, entiendo que Han, había estado ocupada.
ResponderEliminarBesos,
Estupenda evolución de la historia... el capítulo está muy bueno, me gusta mucho. Bordaste tres historias y en todas una quiere seguir mirando lo que vendrá...Muy sensual y poético, muy tierno e intrigante a la vez. La relación entre E&B está creciendo con fuerza, no está claro que pasará con J/D pero pinta bien y la escena de las malas malucas está buenísima... esas se van a comer entre ellas! M consiguió el molde de su zapato. Mucho, muy bueno... Aquí seguimos!!!
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