lunes, 6 de febrero de 2012

Capítulo 40 “ Tu dolor es mi dolor”




Bueno Chica, tú sabes quien eres y porque te denomino así. No se tan siquiera si tengo derecho a dedicarte un capítulo, a fin de cuentas tu llevas escribiendo más tiempo que yo, es por ello que espero que lo aceptes y que tengas en cuenta que solo soy una aprendiz. Gracias por tus sonrisas y por aceptarme tal y como soy. 



… 



La miró mientras se tomaba un pequeño trozo de croisant. Era un placer ver su boca, gesticulando para masticas despacio, pasar su lengua por los labios, siempre rojos por sus besos. No podía dejar de recordar todo lo sucedido la noche anterior, la aceptación de Bella ante su posible embarazo, la forma en que la hizo suya, y los deseos de seguir dentro de ella. 

Las palabras de Bella lo sacaron de sus pensamientos. 

_ Pensar tanto no es bueno. Estoy segura de que te pierdes muchas cosas cada vez que tu mente viaja sin permiso. 

_ ¿Eso crees?. Siempre eres tú la que me lleva a esos lugares. 

_ ¿Qué he hecho ahora?. Solo estaba desayunando. 

_ Lo haces de una forma muy provocadora. 

_ Jajajajaja, por favor Edward no me hagas reír. Estoy comiendo, llevo ropa normal y mi cuerpo está completamente cubierto. 

_ ¿Eso es lo que tú ves?. ¿Quieres saber como te veo yo?. No pierdas detalle de lo que voy a decirte. Desde tus tobillos a tus caderas hay un pantalon estrecho que ciñe cada parte de tus piernas y tu precioso culo, que se permite el lujo de calentar tu entrepierna y que descaradamente te acaricia cada vez que unes tus piernas. Has cubierto tu cuerpo con un maldito jersey negro tan ajustado que sostiene cada uno de tus pechos mostrandome insinuante sus formas, esas que conozco a la perfección, que solo con mirar puedo degustar y saborear, y tus pezones me tientan buscando mi boca y mis dedos. Tu cuello, ese en el que reposo y escondo mi cara para olerte, está cubierto por ese mismo jersey tan subido que lo único en lo que pienso es en bajartelo y morderte hasta marcarte como mía por todas partes. 



Los ojos de Bella iban encendiendose de fuego, de un brillo que a través de la distancia que los separaba se iba apoderando del espacio. Solos en el despacho, y el silencio se hizo eco de ambos. La boca de Edward mordiendo sus labios, el cuello de Bella sintiendo sus movimientos como si los estuviera recibiendo. 

Se levantó sin dejar de mirarla, sin apartar sus ojos de ella. Con una mano temblorosa pero decidida retiró parte del tejido de su garganta para a continuación depositar sus labios en ella. La piel de Bella se revolvió provocando pequeños temblores por todo su cuerpo. Sin premeditación, la reacción de Bella era siempre de la misma forma.Cuando Edward acercaba su boca a su cuerpo la dejaba sin pensamientos, en blanco, al aire, volando, sin sentir sus pies en el suelo. 



_ Podría devorarte con la ropa puesta. Podría hacerte el amor aquí, ahora, sobre la mesa, saciarte y saciarme de tal manera que durante el resto del día no pensara en darme un banquete contigo a cualquier hora. ¿Te gustaría princesa?, solo con pensarlo mi cuerpo reacciona por completo. ¿Quieres saber que me haces?. Tocame nena. 



La mano de Bella se arrastró suavemente por su pantalón subiendo a través de su pierna hasta llegar a su polla impetuosa, fuerte y dura, más que preparada deseosa de entablar contienda. 



_Eso que tocas nena es solo deseo, mi rendición física ante tí, pero hay mucho más que no puedes tocar, solo sentir, y ese amor es el que me hace estar siempre preparado, siempre ardiendo por y para tí. 



Sobre el tejido del jersey lamió un pezón para luego abrir su boca y recogerlo con los dientes tirando suavemente, estirando y soltandolo para ver como Bella comenzaba a entrar en aquel juego hermoso. Lo repitió sobre el otro pezón esta vez dejando que su saliva lo empapase. Sus labios ligeramente apoyados ahora sobre el canal de sus senos subía y bajaban al compás que Bella marcaba con cada una de sus respiraciones. 



_ Pideme que pare ahora o calla y dejame seguir hasta que el cuerpo resista. 



Sintió en su polla una nueva caricia de Bella. No hizo falta ninguna palabra para entender, ninguna respuesta. La aceptación del deseo ambos era más que suficiente para entender que ya no habría paradas. 

Con una mano apartó plato, taza, cubiertos, servilleta, con un esfuerzo desmedido de no arrasar con todo y volcarlo al suelo. Ruído, no hacer ruído, en su mente se repetía permanentemente. Ninguna interrupción, no las habría. 

La tomó por las caderas levantandola de la silla y la colocó con cuidado sobre la mesa, presionando cuando la tenía sentada sobre la orilla de ésta con su mano abierta sobre su pecho y recostandola sobre la misma. 



_ Ahora vas a ser una niña muy buena, 

... (sus palabras se sucedían al mismo tiempo que sus manos desataban su corbata). 

_Voy a tapar esa boquita tuya que despierta con sus gemidos a los muertos y les hace desear estar nuevamente vivos para hacer el amor como lo hacemos tu y yo. 



Antes de tapar su boca la besó salvajemente para a continuación pasar la seda sobre su boca, dando dos vueltas a la misma y anudandola sobre su nuca. 



_No muevas ni un músculo nena. 



Se dirigió a la puerta del despacho y lo cerró con llave. Volvió solo el rostro para mirarla desde esa perspectiva, lejos o cerca la llamada de Bella siempre era desmedida. 



_Empiezo a pensar que es un peligro estar a solas contigo. 



Mientras le hablaba iba dirigiendose hacia ese cuerpo entregado y sin pensar,sin avisar, desabrochó el botón del pantalón de Bella y con ambas manos lo quitó de sus piernas. Unas diminutas braguitas color rojo cubrían su entrepierna. Perfiló con las puntas de sus dedos la orilla de la misma rozando delicadamente la piel de Bella. Los introdujo en su coño y el calor hizo que su polla se manifestara con un tirón profundo removiendo sus entrañas. El cuerpo de Bella una ola buscando unirse al movimiento de sus dedos. Con la otra mano desabrocho su pantalón, en su mente una consecuencia permanente, faltaba tiempo para sentir, siempre era del mismo modo. 



_ Agarrate fuerte nena. Entró en ella sin espera. 



Y de la misma forma que sus palabras sonaron rudas, su polla entró en ella en cuanto la vió asirse a los laterales de la mesa con su mano. En un instinto agarró su mano débil aún, y la llevó sobre su cabeza, volcando el peso de su cuerpo sobre el de Bella. Su boca muy cerca de su oído, gimiendo sobre ella sin apenas haber comenzado a moverse en su interior. 



_ Rodea mi cuerpo con tus piernas, no deje que nada nos separe. 



Sintió sobre sus caderas el roce de la piel de sueño de Bella, así como la presión de sus talones sobre sus nalgas. Volvió a incorporarse agarrandose a la cintura de Bella con ambas manos. Y el baile comenzó. No hubo inicios lentos, tampoco prisas, solo movimientos contundentes, repetidos, expertos, mientras su preciosa hada mordía su corbata sin control alguno. Su polla repitiendo una y otra vez el baile dentro y fuera sin cansancio alguno. La búsqueda del placer para ambos no estaba lejos, ni retención ni control, tampoco prisas, persiguiendo no perder el ritmo para alcanzar el fin. 

La cabeza de Bella meciendose de un lado a otro, como en una tormenta su corazón. Sus pechos bailando al ritmo de sus empujes. Todo un delirio para los sentidos. Miró la unión de ambos, el estar fuera de ella y luego empujar nuevamente. Su cuerpo estremeciendose. 



_ Quiero ser tu esclavo y tu dueño, quiero amarte y que me ames, quiero poseerte y que me poseas, quiero estar dentro y fuera y dentro y repetirlo tantas veces, que jamás exista vuelta atrás, quiero quemarte y que me quemes, volverte loca y enredarme en tu locura, pero siempre contigo. ¿Lo entiendes?, ¿llegas a comprender lo que te quiero cariño?. 



Asintió moviendo marcadamente su cabeza y mirandolo a los ojos tan profundamente que lo atravesó. Sus talones en ese mismo momento presionaban con fuerza las nalgas de Edward no dejando espacio entre ambos. Arqueo su cuerpo ofreciendole sus senos pidiendo sin palabras que sus pezones fueran atendidos. 

La boca de Edward fue a comer de esa miel de entrega asaltandolos. Colocó una mano sobre su culo acercandola aún más, ya no habría más compases al unísono. Desquiciado y loco, subiendo una de sus rodillas a la mesa, comenzó la guerra sin treguas, persiguiendo un fin esta vez, vencer. 



… 



_ Estás muy callada preciosa. 

_ Tengo miedo Emmet, no me gusta la idea de que Bella esté frente a frente con ese individuo. 

_ Vamos Alice, no ofendas a tu hermano ni con tus miedos, ¿Crees que Edward no estatá más que pendiente de cualquier detalle?. No dejará siquiera que la mire de forma extraña o que se refiera ella directamente. Sinceramente no me gustaría estar en su lugar. 

_ No es eso Emmet, considero a Bella una persona inteligente, pero tambièn muy atrevida, es valiente y no le asusta nada. Cuando lo tenga delante se lo comerá vivo, y es lo que me da miedo, la reacción contraria. 

_ Muñeca cálmate, Edward estará rodeado de su personal, y Bella no estará en su radar de eso estoy completamente seguro. 

_ Necesito dejar de pensar en ello, si algo le ocurriera a Bella Edward dejaría simplemente de existir. Todo lo que ha ocurrido en su vida desde que la conoció, desde que se encontraron, ha sido a la vez maravilloso y demasiado peligroso. Necesitan llevar una vida corriente, normal, una vida del día a día, sin amenazas, sin miedos, sin temores. Son una pareja de recien casados que han tenido que sufrir una enfermedad no esperada, la recuperación de una memoria que aún no está completa. 

_ La que necesita dejar de pensar en ellos eres tú. Edward ha demostrado con creces que por encima de cualquier cosa, es capaz de hacer feliz a Bella. Todos formamos una familia y todos nos protegemos, cuidaremos de lo que nos importa, y no pasará nada de lo que esa cabeza no para de rondar. 

La abrazó, sabía lo que Alice estaba pasando. Por una vez conocía la verdad de su vida, sin reproches pero con enorme curiosidad se enfrentaba a la nueva situación de ser hermana de Marlena y Dorothy, sabiendo que compartía su sangre y además eran sus enemigas. Sus brazos se hicieron abrigo para un cuerpo que se estremecía de frío por dentro. Subió su cara hasta verla frente a la suya. 

_ Te prometo que cuanto antes tomaremos unas vacaciones largas, no solo para apartarte de todos los problemas sino para conocernos mucho más. Nuestra relación es muy importante para mí y hace muchos días que estás como ausente. 

_ Es cierto y lo siento Emmet, de veras que lo siento. ¿Podrás perdonarme? 

_ Creo que podrías animarme a hacerlo, ¿qué se te ocurre?. 

Sonrió dulce y de forma infantil. A veces había comprobado que siendo un hombre tremendamente duro, fuerte, grande y hasta tosco, su tratamiento hacia ella siempre había sido extremadamente delicado. Sabía que solo con un beso, uno de esos que a Emmet le volvían loco, estaría rendido. 

_ Si te beso ahora, ¿crees que ganaré algunos puntos? 

_ Si me besas como sabes hacerlo, creo que los ganarias todos, pero... pero puede que después quisiera algo más. 

_ ¿Y si yo también lo deseara con todas mis fuerzas? 

Una sonrisa preciosa y dibujada en sus labios, amplia, sincera, como la de un hombre que acaba de ganar la partida a su rival hermosa. La tomó de la mano y con un gesto de su cabeza le señaló el dormitorio. 

_ Cada día estoy más convencido que fue un acierto venir a vivir a casa de Bella. 

_ Yo no estoy tan segura. 

Lo dijo con una sonrisa burlona. 

_Intentaré convencerte ahora. 



… 



_Pequeña me gustaría verte. 

_James,no me llames a cada por favor, no me gusta mentir y Marlena está demasiado atenta a todo. 

_ ¿Y qué debo hacer?, si quieres puedo llegarme y recogerte en casa. 

_ No por favor eso sería aún peor. 

_ Elije un lugar donde podamos vernos. 

_James, no sé si será una buena idea. 

_Dothy tú y yo hemos decidido darnos una oportunidad, ¿cierto?. 

_Y no dudes que pienso en ello, quisiera creer que no vamos a hacernos daño James, que las cosas pueden salir bien. 

_Perfecto porque ese es el primer paso. Ahora solo tenemos que hacer cierta esa oportunidad, vernos, conocernos lejos de todo lo que a los dos no nos deja ser quienes somos. No sabes pequeña lo diferente que me veo cuando estoy a tu lado, los deseos sinceros que siento de poder cambiar mi vida. Necesito oir lo que piensas, tu risa o tus lágrimas, observar tu pudor, tu reacción cuando te beso, todo es tan nuevo para mí, que me hace sentir como un niño, ¿sabes de lo que te estoy hablando? 

_James lo sé y te entiendo, mis silencios no son falta de sentimientos. No sabes como te agradezco que muestres ese interés por mí, nadie lo había hecho nunca desde que murió mi madre. 

_Pues tendrás que empezar a acostumbrarte. Ahora dime ¿cuando podremos vernos de nuevo?. 

_Dame algo de tiempo, unas horas quizá y yo te avisaré. Siento de verás que al principio tenga que ser así, pero no quiero que Marlena maneje lo nuestro James. 

_Eso no sucederá te lo aseguro, no dejaré que lo haga. 

_Prométemelo. 

_Voy a darte mi palabra pero lo haré frente a tí, cuando me mires a los ojos, cuando no solo te creas mis palabras, sino también algo que has hecho que empiece a latir de forma diferente. 

No la estaba viendo, y sin embargo pudo imaginar su rostro en ese momento, su delicada sonrisa, sus ojos bajos y el rubor de su rostro. Deseaba con todas sus fuerzas tenerla junto a él en esos momentos, volver a abrazarla, besarla y sentir otra pequeñísima porción de lo que había entregado. Oyó un suspiro suave a través de la línea telefónica que confirmó aún más sus pensamientos, y algo hermoso invadió su corazón, como una brisa fresca y suave que le bañaba la cara de luz y calidez. 

_No te entretengo más, piensa donde y cuando nos podremos encontrar. 

_Lo haré no te quepa la menor duda. 

Colgó el teléfono le hubiera gustado decirle algo, ser más despierta, no parecer siempre la controlada, la mustia y aburrida que su hermana le repetía sin cesar era. ¿Pero qué decir?, ¿qué hacer?, ¿cómo comportarse?. Se asustaba solo con la idea de querer estar con James y no saber ser mujer. Su rostro volvió a teñirse ahora de un rojo más intenso. Llevó sus manos a su rostro refrencandolo. Mejor dejaba de pensar en todo lo que su cabeza le mostraba con imágenes o no podría esconder su secreto. 



… 



_No pienso salir ahí fuera con estas pintas. 

_Pues estás preciosa. 

_Por supuesto para tí y con un letrero en mi frente que dice “mi marido me ha hecho el amor durante dos horas”. 

_El mío seguro que dice “seguiría dentro de mi esposa”. 

Su risa fue incontrolada, y para Edward el mundo parecía diferente cuando la veía feliz. 

_Voy al dormitorio a darme una ducha y prepararme para el maravilloso encuentro. 

_¿maravilloso? 

_Por supuesto sera esclarecedor, ten confianza. 

_Espera que no desobedezcas ninguna orden de las que te he dado. Son órdenes cariño no lo olvides. Lo que hemos hablado no es negociable. 

_No lo haré te lo prometo. 

_Más te vale, porque caso de que no cumplas tus promesas te aseguro que me verás enfadado y no habrá camisón alguno que haga que me rinda. 

_¿Estás seguro? 

Posesiva, fuerte, fiera e incontrolable, con el aspecto de una felina capaz de dominar en ese momento a su hombre, soltó la pregunta en espera de una respuesta que creía conocer. Pero no fué así. El hombre que vió frente a ella le mostraba una imágen que ella no había conocido hasta ese momento. Su rostro duro, sus facciones en tensión, sus dientes prietos, el color de sus ojos oscuro. Fue a tocarle el rostro intentando aliviar su estado, pero el detuvo su brazo. Sin dejar de mirarse en sus ojos, sin dejar de trasmitirle su fuerza, hasta donde podía llegar a competir por ella, contra ella. 

_Puedes detener mi corazón solo con decirme que no me amas, hacerme arder entre tus piernas, volverme loco con tus besos y hacer que mi mundo camine del revés solo con tu sonrisa. Mi vida sin tí no tiene sentido nena, ni la tendrá nunca, pero no juegues con tu seguridad, no pongas en peligro nada de lo que tenemos, nada de lo que podríamos tener, (miró su vientre), porque me matarías. 

Sin darle tiempo a reaccionar se dio la vuelta diciendo... 

_Tengo que hacer unas llamadas. Te estaré esperando en el despacho. 

De pié junto a la escalera de acceso al dormitorio, con su corazón en un puño. Una pena intensa por sentir el dolor de Edward ante sus palabras que se le habían clavado de una forma indescriptible en su corazón. El hombre fuerte, tierno y sincero, el amante devoto y fiel, su vida y su anhelo. Lo había herido, había herido a su propio corazón. ¿Cómo había sido tan absurda al no frenas su comportamiento?. Entendía que Edward estuviera preocupado, no solo eso, sino asustado, luchando a cada momento contra todo a lo que ella lo había llevado. Tenía que buscar la forma de rectificar su error, pero más tarde, ahora no era el momento. Subió las escaleras lentamente, dispuesta a prepararse para la salida junto a Edward. 

Se arregló rápida y sencilla, no quería seguir tentando su estado de ánimo. Había elegido un clásico de siempre, camisa blanca, falda negra estrecha y nada corta, y una chaqueta negra adornada con el único detalle de unos preciosos botones dorados; medias transparentes negras y unos altísimos tacones del mismo color. Su pelo cepillado, suelto y hacia un lado,un leve maquillaje con un pequeñísimo toque de perfil en sus ojos. Su preciosa estrella, la estrella de Edward brillaba en su escote. Siempre la sentía como parte de sí misma, pero en esos momentos necesitaba exponerla, necesitaba recordarle a Edward que seguía diendo la misma. Se miró al espejo y tembló. El reflejo le hizo sentir miedo. ¿Estaría Edward perdiendo interés?, ¿Tendría razón Marlena?, ¿Sería ella solo un capricho?, ¿Qué había llevado ella a la vida de Edward además de problemas y una enfermedad?. Cerró los ojos fuertemente y agitó levemente su cabeza. Esos pensamientos no conducían a nada, su inseguridad y su miedo le estaban jugando malas pasadas. La noche anterior...eso es... tenía que recordar la noche anterior, era suficiente para saber el alcance del amor de Edward. 

Bajó las escaleras con cuidado, aquellos tacones y la imposibilidad aún en su mano izquierda la hacían sentirse torpe. Oyó los pasos de Edward dirigirse hacia ella, tomar su mano y ayudarla. No hubo palabras. Un silencio que ella temía como el dolor que sentía en esos momentos en su encogido corazón. No era el momento idóneo para hablar, ni para dar explicaciones. Por el contrario si era necesario que cumpliese todas y cada una de las instrucciones que Edward le había repetido una y otra vez. No exponerse, no acercarse, mantenerse siempre a su lado, dejar a Lara y a él hacerse cargo de la situación y escuchar. Eso era todo lo que tenía que hacer, todo lo que haría. Le demostraría que había entendido su temor, que no se arriesgaría nada. 

Abrió la puerta del coche para acomodarla. La conocía demasiado bien. Ese silencio no respondía a rebeldía, sino a la aceptación de su imprudencia. La hubiera estrechado en ese mismo momento entre sus brazos reconfortandola, haciendola entender que entre ellos era imposible el distanciamiento, pero prefirió no sucumbir. Era demasiado importante que entendiera que sobre todas las cosas, ella era sin lugar a dudas imprescindible en su vida. Se sentó a su lado sin rozarla. Como siempre esperaría el primer paso. No se trataba de una rendición sino más bien de aceptación.Y no tardó en comprobarlo. 

Tímidamente se acercó a él hasta que sus hombros se tocaron y su pierna se acercó a la de Edward. Un gesto de triunfo y gloria incontenible se mostró en su rostro, el mismo que desvió mirando hacia la ventana para no ser descubierto. Esos pequeños detalles en Bella lo desarmaban. Nunca dejaría de ser la dueña de su corazón, siempre sería su niña, su preciosa esposa, la delicada y a la vez valiente mujer que conseguía vencerle con una mirada. 

Hubo más. 

A través del reflejo de la ventanilla pudo ver como ella ayudada por su mano derecha, colocaba la izquierda sobre su pierna, sin mirarlo, como una pequeña que espera hacer las cosas tan suavemente, que nadie observe su presencia. Ahora su sonrisa fue tierna, giró la cabeza mirando al frente al mismo tiempo que su mano cubrió la de Bella y comenzó un pequeño masaje. Sin palabras, los gestos decían mucho más de lo que pudieran decir éstas. Entrelazó sus dedos a los de Bella y llevó su mano hasta sus labios. Un beso suave, lento fue la respuesta a todos los intentos de Bella por llamar su atención. La reacción de ella no tardó, su cabeza la reclinó sobre su hombro en la única señal que él esperaba. Bella necesitaba de su apoyo, de su calor y él necesitaba ofrecerselo. 

Soltó su mano y levantó su brazo para rodearla con él.La estrechó contra sí y su princesa tembló como una pequeña gatita sintiendose reconfortada. El aire fresco volvió a sus pulmones...era cierto...por mucho que quisiera ser fuerte, Bella era su aire y siempre sería del mismo modo. 

Levantó su barbilla y la miró a los ojos. Emocionados y aguados, controlando sus lágrimas, tan brillantes como esa estrella que vió desde que bajaba las escaleras. Esa gatita sabía como ser una tigresa, su chica era muy lista. Le había mostrado todas las armas necesarias para hacerlo sucumbir. El traje discreto y perfecto delineando su cuerpo, su precioso rostro libre de pintura, su pelo cepillado y suelto, sus labios sin color, su olor, su estrella y esos putos tacones que conseguían un balanceo de caderas más que tentador. 

_Dime nena, ¿Quién te dió clases para postrar a un rey o a un mendigo? 

Lo dijo muy cerca de su boca, pero sin tocar sus labios. Y pudo ver como Bella cerraba sus ojos para sentir sus palabras. Algo invisible tiró de sus entrañas, hasta que su boca besó dulcemente la de Bella, en un beso tan esperado, tan preso, que sus labios quemaron. Un gemido, casi convertido en hipo, fue suficiente para que Edward comiera su boca. Su control desaparecido, su voluntad acorralada, y su amor, solo su amor invadiendolo todo. 

Fue ella la que separó sus labios. Dos frases sin voz. 

_ (Te amor), (Lo sient...) 

No la dejó acabar, esta vez si selló su boca de manera posesiva.La invadió con su lengua, buscando el placer al acariciar la de Bella, sintiendo su sabor. No sabría decir cuando sus manos comenzaron a acariciar su pecho y fue nuevamente un gemido de Bella quien lo hizo frenar. 

_¿Tienes idea de lo que significas para mí?. ¿Vés lo que me haces?. Estamos en el coche dando un espectáculo de adolescentes. 
Tienes todo el poder sobre mí, pero no puedo rendirme princesa, no puedo ceder en determinadas cosas, porque por encima de todo debo cuidarte. Si te pierdo, si algo te ocurre, nunca más me sentiré vivo. No quiero que vuelvas a pedirme perdon nunca más. Quizás sería mejor decir ¿lo siento?, pero ambos princesa. He sido demasiado brusco y sabes muy bien por qué. 

Asintió con la cabeza y volvió a buscar su boca. 

_ No sigas nena, no ahora. 

Y la mirada de Bella cambió. ¿Cómo podía conocerla hasta ese punto?. Se asombraba de poder leer en sus ojos. ¿Bella dudaba de que él la deseara?. No lo pensó ni un solo instante para hacer desaparecer esas sombras. 

_Sino me importaras lo que me importas, sino significaras en mi vida todo lo que significas, ten por seguro que no reprimiría mis ansias de hacerte el amor aquí y ahora, sin tener en cuenta que el chófer pudiera tener espectáculo gratis. ¡Mirame!, la increpó. Eres mi esposa, no pienso tratarte como una fulana públicamente, en la intimidad solo somos un hombre y una mujer, y si tienes la bendita paciencia de esperar que esta reunión acabe, quizá pueda demostrarte lo que te he deseado, lo que te deseo y te desearé el resto de mi vida. 

Vió su pecho levantarse y coger aire y soltarlo como si hubiera contenido la respiración mientras hablaba. 

_Nena, no hay nada en el mundo que desee más, te necesito para poder vivir, y te amo ahora y siempre, todo, en cualquier parte. 

Fue entonces hasta su oído. 

_ Pero ahora mismo tengo tanta hambre de tí que podríamos escandalizar al respetable público. 

Oyó bajito su risa y fue tan hermosa como el precioso beso que fundió en sus labios. Cariñosamente rozó su nariz y acarició su mejilla. Levantó la cabeza y observó que habían llegado. Apenas unos 200 metros lo separaban del primer acercamiento a su enemigo... 



… 



Oyó el timbre. La esperaba desde hacía varios minutos.Acudió rápido hacia la puerta, deseaba verla con todas sus fuerzas. Se había convertido en su principal pensamiento. Vió sus ojos abiertos y asustados y aún sintió más deseos de abrazarla. 

_Ven aquí. 

Abrió sus brazos para recibirla entre ellos. 

Dejó reposar su cuerpo en el de James, mientras tras ella oía cerrarse la puerta. 

_ Este no es el lugar más idóneo para encontrarnos. 

Besó sus labios antes de oirla decir lo que ya sabía. Tenía muy claro que su apartamento no era un lugar muy adecuado para estar con ella. Demasiadas historias frívolas, demasiadas mujeres y sobre todo Marlena, y una vida pasada que quería olvidar cuanto antes. 

Su boca sabía a miedo a inseguridad, pero también a deseo y eso era suficiente para un hombre que necesitaba, que gritaba ser deseado por sí mismo. 

_James, James, por favor escuchame. 

Abrió los ojos para mirarla. 

_No quiero estar aquí contigo. No importa cualquier otro lugar, una cafetería, un parque, o simplemente un paseo por donde elijas. 

Tragó saliva, quería estar con él en un espacio para los dos, sin público, solo para ellos. 

_Podríamos ir si tú también lo deseas a la habitación de cualquier hotel, alguno no muy conocido y si quieres más intimidad, otro apartamento alquilado, Allí podría preparar comida para ambos y pasar todo el tiempo que podamos juntos. 

Su risa apareció en su rostro, o era o pretendía ser muy valiente, pero nunca una mujer, le había ofrecido prepararle algo de comer. Tomó su rostro entre sus manos y levantó su carita. 

_¿Harías eso por mí? 

_No, lo haría por los dos, por tener algo de tiempo para conocernos sin nadie que nos observe todo el tiempo, por hablar de muchas cosas.No quiero tener que estar vigilando mi espalda sintiendome espiada. Pero también lo haría por no tener necesidad de interrumpir los besos que me das. 

Agachó ahora su rostro, que pareció cubrirse de un rojo amapola. 

_Una sola vez será suficiente para mí. Demuestrame cuanto deseas mis besos. 

Y esa mujer tímida, herida por el tiempo, por la soledad, por ser ignorada, alzó sus ojos para encontrarse con los de un hombre igual de necesitado. Su corazón le dijo muy profundamente, que no había tiempo que perder, que era ahora o nunca, que podía ser más que suficiente para alguien. 

Acercó su boca lenta hacia sus labios cerrados,mirandolos, prendidos en ellos, como si atendiera una llamada. Primero los rozó con los suyos muy levemente, cálidos y hambrientos esperaban. Atrevida, con todo el valor del que disponía, los lamió con su lengua apremiandolos a abrirse. Por respuesta un gemido y un intenso aprisionar de su boca. 

_Me has pedido que te bese, dejame mostrarte lo que necesito tus besos. 

La miró esta vez con admiración, con pasión tierna. No quería dejar volar su imaginación, ni pensar donde o como podría llegar a poseerla. ¿Poseerla?, estaba claro que no, no solo sería posesión. Junto a ella habría entrega y eso era algo que estaba más que ansioso por saber que le haría sentir. Dar y recibir. Volvió a cerrar sus ojos cuando los labios de Dorothy volvieron a rozar los suyos, esta vez más exigentes, curiosos por sentir más. Juegos sobre los suyos que le hicieron tambalear como si el suelo fuese agua. Y llegó su lengua invasora recorriendo el interior de su boca, buscando degustar su sabor, ofreciendo el suyo. 

Los límites de un hombre, generalment entre nieblas delimitados, no soportaron más. Sus brazos se fundieron como enredaderas a su cuerpo, levantandola del suelo para pegarla contra sí y comer, beber y vivir dentro de esa boca. 

Un gruñido nacido de su entrepierna, seguido de un gemido de reproche, por la agresión que no deseaba demostrarle, pusieron punto final a eses beso caliente. 

_Lo siento preciosa no quiero contigo nada como ésto. 

_No es la primera vez James, si es eso lo que te preocupa. No fue hermoso ni nada que quisiera recordar, pero te aseguro que contigo es diferente. 

¿Le estaba diciendo que no era el primero que la besaba, que la amaba, que la poseía?. 

_Creo que deberíamos hablar de nosotros James, no quiero que te juzgues más por lo que deberías o no haber hecho, por tu pasado o incluso por el futuro que quieres y que no sabes si conseguiremos. Quiero hablarte de mí, de la única experiencia, de lo que supuso en mi vida, de como rompió mi corazón mientras otros se reían de la apuesta. 

Tomó las llaves del apartamento y del coche. Prendió su mano. 

_Salgamos de aquí cariño. 

Y ella lo siguió sin miedo, sabiendo que juntos comenzaban a dar los primeros pasos. Sabían, ambos lo sabían que serían los más difíciles, pero también los más hermosos. Su corazón aún latía fuerte, y su boca... su boca deseaba aún mucho más. 



… 



Pensé que te habías olvidado de nuestro acuerdo. 

_No había acuerdo alguno Marlena, es precisamente por lo que te he llamado. 

_¿Y qué has decidido? 

_ Despacio, me gusta ir despacio, las cosas tienen que estar muy bien planificadas. ¿Has descubierto el paradero del hombre del James?.¿Has posido ponerte en contacto con él? ¿Y James sigue estando a nuestro lado?. Marlena necesitamos saber con quien podemos contar, quienes son de nuestra absoluta confianza, quienes estaran a nuestro lado hasta el final. Si este plan no es así no cuentes con mi apoyo, ofrezco demasiado para que consigas tus fines. 

_ Tú también saldrías beneficiada. 

_ Entiende lo que voy a decirte y no lo olvides. Disfrutaría con el hecho de enfrentarme nuevamente a Petter, de saber que aún puedo dominar su vida a mi antojo. Aunque te sea duro escuchar lo que sigue atiende que toda mi satisfacción se centra en rendir a los hombres, en demostrarles y demostrarme a mí misma que sigo siendo invencible para ellos. Sería extraordinario ver a Petter y a tu padre enfrentados por mí. No lo conseguí en su día, es una cuenta pendiente. En cuanto a los beneficios económicos, te repito, no los necesito, soy poseedora del 15% de esa empresa, algo que tú aún no posees. Si me uno a tu padre, tendremos el 30%. ¿Estarías tu dispuesta a hacer exactamente lo mismo por incrementar la propiedad? 

_¿Me estás pidiendo que me case con James? 

_Te estoy pidiendo que seas inteligente, una boda hoy puede romperse mañana, todo depende de lo bien que hagas el papel de esposa en tanto dure. No cometas el error de seguir como amante, en realidad eso solo te lleva a ser la fulana, puedes manejar su placer, no su poder. 

_ Si lo que quieres saber es si estaría dispuesto a ello, puedes tener la total y absoluta seguridad que no me opondría. 

_Muy bien, ahí quería llegar. Ambas arriesgaremos los mismo, ambas obtendremos los mismos propósitos. Empieza a jugar Marlena. Cuando lo tengas en la red bien prisionero, capturado y rendido, avisame, será justo el momento de entrar en escena. 



…... 



Detras, iba justo detrás de él, dando pasos largos y seguros los mismos que Edward iba marcando. No sería atrevida, cumpliría hasta la más pequeña de las advertencias que le habia repetido la noche anterior una y otra vez, pero no sería cobarde. Daría la talla de lo que él esperaba. 

_Te estaba esperando Edward, no sabía que traerías a Bella contigo. 

No hubo respuesta, solo una mirada que indicaba que había cambiado de idea y que su mujer estaba allí porque esa había sido su decisión . Impecable, con su traje de chaqueta y su camisa nivea. Tomó la mano de Bella y la miró a los ojos. No hizo falta nada más, el asentimiento en los ojos de su esposa fue absoluto, y aquella respueta lo hizo aún mas fuerte. 

-Cuando quiera Lara. 

_Quiero informarte de algo antes Edward. En el tiempo que llevamos con él, siguiendo tus órdenes no lo hemos forzado a ninguna confesión. El vive aquí haciendo preguntas, sabiendo de antemano cual es el motivo por el que se encuentra retenido, pero sin dar muestra alguna de querer colaborar. Hemos sido sombras, atendiendo sus necesidades básicas, y ninguno de los miembros del equipo ha cruzado con el ni una sóla palabra, ni ha respondido a ninguna de sus preguntas. 

_Bien pues procedamos. Quiero ver su rostro cuando vea a Bella . Quizás todas sus ideas vuelvan a su cabeza de una vez. Quiero dejarle muy claro, cual es el motivo por el que está encerrado, así como que si colabora podrá volver a su vida, cualquiera que llevase antes de cruzarse desafortunadamente en la nuestra. Si renuncia esta posibilidad, no volverá a tener libertad hasta que por otros medios, podamos deshacer esta trama. 

Las puertas de un apartamento bien amueblado , limpio y de lujo situado en el centro, se abrieron rápidamente al toque de llamada. Un miembro de seguridad apareció situado en el centro de la misma, recibiendo visualmente las ordenes de Lara. 

_¿Alguna novedad? 

Sólo un movimiento de cabeza para indicar el lugar donde se encontraba y negar que existieran cambios algunos. 

Sentado en un sillón demasiado confortable, con una revista en sus manos , cerca de una mesa donde reposaba una copa de licor, su imagen apareció hasta los ojos de Bella. 

La sintió encogerse. No había la menor duda del estado de excitación de su mujer. La atrajo hacia su cuerpo y miró sus ojos. Todas las palabras fueron dichas en silencio. Nada tendría que temer. Sus ojos repitieron una y otra vez la misma letanía... mira, calla, escucha... las mismas que fueron entendidas sin lugar a dudas. 

Un pequeño gesto de asentimiento le confirmó todo lo que esperaba. 

_No tenemos el gusto de conocernos. Tampoco voy a molestarme en pedir que se identifique, son demasiados nombres los que tendría que reconocer ¿no cree?. 

Mientras que pronunciaba esas palabras no dejó de observar el rostro de quien miraba fijamente a Bella. Era mas que evidente que la había reconocido. 

_Veo que no es necesario que le presente a mi esposa pero si creo conveniente que yo lo haga todo lo despacio y claro que me sea posible. No quiero que le quede ninguna duda, de hasta donde sería capaz de llegar si ella corriese algún peligro ¿lo ha entendido?. 

Su cara esta vez no fue de asombro, sino de alerta. 

_ Veo que si lo ha hecho y eso me satisface. 

Se intentó incorporar del asiento y acercarse a la mujer que lo miraba sin parpaderar, sin duda alguna era ella la causa por la que se encontraba en ese lugar. Puede que no fuera muy inteligente, pero demasiados trabajos sucios, le hacían ver que estaba en el bando equivocado esta vez. 

_ Es mejor que no se levante, y mucho menos que intente acercarse a mi esposa a menos de la distancia a la que se encuentra en estos momentos. Le aseguro que si lo hiciera, ninguno de mis hombres dudaría en impedirselo a toda costa. ¿Entiende lo que le digo?. Sí veo que sí lo hace. Llegados a este punto no seré yo quien le obligue a hablar. Ni mi mujer ni yo perderemos un solo segundo en intentar explicarle que le conviene mucho más estar de nuestro lado que enfrentado a nosotros. Solo quiero que tenga claras algunas cuestiones... Soy abogado, tengo más dinero del que jamas pueda usted contar, si es que alguna vez aprendió. Junto a mí y para mí trabaja un pequeño ejército que se encargará de no dejarle ver la luz del sol en tanto no decida contestar a todas las preguntas que le haga el jefe de mi equipo, todas las que rondan por su cabeza, y las que nunca haya imaginado. También espero que sea lo suficientemente despierto para no intentar huir. 

Lo vió mirar nuevamente a Bella. 

_ Aún no he terminado, si necesita saberlo todo mireme a mí. La vida de la mujer a la que obseva es lo más importante en mi vida. Todo lo que necesito está junto a ella. El hecho de que hayan intentado hacerle daño significa que no solo han atentado contra ella, sino también contra mi persona, lo que me convierte en un depredador absoluto. No tendré piedad ninguna y lo mejor de todo es que tan siquiera mancharé mis manos, no significará nada en nuestras vidas. Debe entenderlo con toda claridad, puesto que si bien mi profesión me limitan y muestran cuales son mis obligaciones, puedo permitirme el lujo de constituir mi pequeña mafia, esa que luchara contra mis enemigos a cualquier precio. 

Bella se abrazó a él. Lo conocía a la perfección, herido, colérico y ciego como no lo había visto nunca, seguía amandolo con la misma fuerza. 

_ Lara retirate con Bella unos minutos. 

El cumplimiento absoluto de esa orden no se hizo esperar, como tampoco fue discutida ni tan siquiera por una mirada de ninguna de las dos. La puerta se cerró detrás de ambas con suavidad. 

_ Tranquila Bella, es cierto que está fuera de sí, aunque lo controla todo lo que puede. No temas más por él. No hay hombre con más coraje y más voluntad en el mundo que Edward. Sus palabras no han sido más que amenazas, no llegará jamás a ejecutar lo que ha dicho. 

_Lo sé, pero eso no impide que sufra por todo a lo que está siendo sometido por mi culpa. 

_ No se te ocurra pronunciar esas palabras en su presencia. No habrá entonces misericordia para tí, y es cuando verás a la bestia aparecer. Bella comprende de una vez que eres todo su mundo. Es un hombre completo desde que tu formas parte de él. 

Algunas voces inteligibles se oyeron desde el interior. 

_No temas, no está haciendo nada que no hubieran hecho mis hombres o incluso yo misma si me lo hubiera pedido. Tu eres demasiado personal para que Edward le deje este trabajo a otros. 

Suspiros hondos inflamando su pecho culminaron en una expulsión de aire y un ligero mareo. 

_ Bella ¿qué te ocurre?, estás pálida. 

Unos brazos fuertes la tomaron antes de su caída. 

_ ¿Qué pasa princesa?, no cierres los ojos, nena mirame. Ya acabó todo. Estoy aquí, sigue conmigo. 

Unos ojos medio dormidos, fueron permitiendose la libertad de buscar un rostro más que conocido. Nunca Edward le había parecido tan acogedor, tan fuerte y tan grande como en esos momentos. Sus labios unidos soplaban aire sobre su rostro y sus ojos brillantes y oscuros buscaban los suyos. Una sonrísa tímida seguida de unas palabras milagro para Edward lo dijeron todo. 

_ El olor de ese licor creo que no le gusta a nuestro bebe, necesito vomitar. 

Las sonrisas pueden ser amplias, hermosas, felices y luminosas, más la de Edward fue radiante, como un sol para Bella, que barrió todo rastro de malestar. 

La colocó firme sobre el suelo sin soltarla, para dirigirse a Lara. 

_Ni una sola palabra de ésto aún. 

El rostro de aquella mujer reflejaba la plenitud de alguien que por primera vez ha conseguido que alguien muy querido fuera poseedor de la felicidad absoluta. 

_ Reacciona Lara, trae un poco de agua por favor. 

Unos pies ligeros, saltarines y torpes se desplazaban hacia todas partes. 

_No deberíamos haberle dicho nada, no tenemos la certeza aún. 

_ Ah ¿no?, ¿qué comerías ahora mismo? 

La sonrisa de Bella se extendió hasta sus ojos. 

_ Lo sabes muy bien. 

_ Quiero oír como lo dices, como me pides que busquemos helados. Iremos donde sea necesario, donde tú quieras y haremos otra preciosa apuesta. 

Agachó la cabeza... helado podía degustarlCapítulo 40



“tu dolor es mi dolor” 





Bueno Chica, tú sabes quien eres y porque te denomino así. No se tan siquiera si tengo derecho a dedicarte un capítulo, a fin de cuentas tu llevas escribiendo más tiempo que yo, es por ello que espero que lo aceptes y que tengas en cuenta que solo soy una aprendiz. Gracias por tus sonrisas y por aceptarme tal y como soy. 



… 



La miró mientras se tomaba un pequeño trozo de croisant. Era un placer ver su boca, gesticulando para masticas despacio, pasar su lengua por los labios, siempre rojos por sus besos. No podía dejar de recordar todo lo sucedido la noche anterior, la aceptación de Bella ante su posible embarazo, la forma en que la hizo suya, y los deseos de seguir dentro de ella. 

Las palabras de Bella lo sacaron de sus pensamientos. 

_ Pensar tanto no es bueno. Estoy segura de que te pierdes muchas cosas cada vez que tu mente viaja sin permiso. 

_ ¿Eso crees?. Siempre eres tú la que me lleva a esos lugares. 

_ ¿Qué he hecho ahora?. Solo estaba desayunando. 

_ Lo haces de una forma muy provocadora. 

_ Jajajajaja, por favor Edward no me hagas reír. Estoy comiendo, llevo ropa normal y mi cuerpo está completamente cubierto. 

_ ¿Eso es lo que tú ves?. ¿Quieres saber como te veo yo?. No pierdas detalle de lo que voy a decirte. Desde tus tobillos a tus caderas hay un pantalon estrecho que ciñe cada parte de tus piernas y tu precioso culo, que se permite el lujo de calentar tu entrepierna y que descaradamente te acaricia cada vez que unes tus piernas. Has cubierto tu cuerpo con un maldito jersey negro tan ajustado que sostiene cada uno de tus pechos mostrandome insinuante sus formas, esas que conozco a la perfección, que solo con mirar puedo degustar y saborear, y tus pezones me tientan buscando mi boca y mis dedos. Tu cuello, ese en el que reposo y escondo mi cara para olerte, está cubierto por ese mismo jersey tan subido que lo único en lo que pienso es en bajartelo y morderte hasta marcarte como mía por todas partes. 



Los ojos de Bella iban encendiendose de fuego, de un brillo que a través de la distancia que los separaba se iba apoderando del espacio. Solos en el despacho, y el silencio se hizo eco de ambos. La boca de Edward mordiendo sus labios, el cuello de Bella sintiendo sus movimientos como si los estuviera recibiendo. 

Se levantó sin dejar de mirarla, sin apartar sus ojos de ella. Con una mano temblorosa pero decidida retiró parte del tejido de su garganta para a continuación depositar sus labios en ella. La piel de Bella se revolvió provocando pequeños temblores por todo su cuerpo. Sin premeditación, la reacción de Bella era siempre de la misma forma.Cuando Edward acercaba su boca a su cuerpo la dejaba sin pensamientos, en blanco, al aire, volando, sin sentir sus pies en el suelo. 



_ Podría devorarte con la ropa puesta. Podría hacerte el amor aquí, ahora, sobre la mesa, saciarte y saciarme de tal manera que durante el resto del día no pensara en darme un banquete contigo a cualquier hora. ¿Te gustaría princesa?, solo con pensarlo mi cuerpo reacciona por completo. ¿Quieres saber que me haces?. Tocame nena. 



La mano de Bella se arrastró suavemente por su pantalón subiendo a través de su pierna hasta llegar a su polla impetuosa, fuerte y dura, más que preparada deseosa de entablar contienda. 



_Eso que tocas nena es solo deseo, mi rendición física ante tí, pero hay mucho más que no puedes tocar, solo sentir, y ese amor es el que me hace estar siempre preparado, siempre ardiendo por y para tí. 



Sobre el tejido del jersey lamió un pezón para luego abrir su boca y recogerlo con los dientes tirando suavemente, estirando y soltandolo para ver como Bella comenzaba a entrar en aquel juego hermoso. Lo repitió sobre el otro pezón esta vez dejando que su saliva lo empapase. Sus labios ligeramente apoyados ahora sobre el canal de sus senos subía y bajaban al compás que Bella marcaba con cada una de sus respiraciones. 



_ Pideme que pare ahora o calla y dejame seguir hasta que el cuerpo resista. 



Sintió en su polla una nueva caricia de Bella. No hizo falta ninguna palabra para entender, ninguna respuesta. La aceptación del deseo ambos era más que suficiente para entender que ya no habría paradas. 

Con una mano apartó plato, taza, cubiertos, servilleta, con un esfuerzo desmedido de no arrasar con todo y volcarlo al suelo. Ruído, no hacer ruído, en su mente se repetía permanentemente. Ninguna interrupción, no las habría. 

La tomó por las caderas levantandola de la silla y la colocó con cuidado sobre la mesa, presionando cuando la tenía sentada sobre la orilla de ésta con su mano abierta sobre su pecho y recostandola sobre la misma. 



_ Ahora vas a ser una niña muy buena, 

... (sus palabras se sucedían al mismo tiempo que sus manos desataban su corbata). 

_Voy a tapar esa boquita tuya que despierta con sus gemidos a los muertos y les hace desear estar nuevamente vivos para hacer el amor como lo hacemos tu y yo. 



Antes de tapar su boca la besó salvajemente para a continuación pasar la seda sobre su boca, dando dos vueltas a la misma y anudandola sobre su nuca. 



_No muevas ni un músculo nena. 



Se dirigió a la puerta del despacho y lo cerró con llave. Volvió solo el rostro para mirarla desde esa perspectiva, lejos o cerca la llamada de Bella siempre era desmedida. 



_Empiezo a pensar que es un peligro estar a solas contigo. 



Mientras le hablaba iba dirigiendose hacia ese cuerpo entregado y sin pensar,sin avisar, desabrochó el botón del pantalón de Bella y con ambas manos lo quitó de sus piernas. Unas diminutas braguitas color rojo cubrían su entrepierna. Perfiló con las puntas de sus dedos la orilla de la misma rozando delicadamente la piel de Bella. Los introdujo en su coño y el calor hizo que su polla se manifestara con un tirón profundo removiendo sus entrañas. El cuerpo de Bella una ola buscando unirse al movimiento de sus dedos. Con la otra mano desabrocho su pantalón, en su mente una consecuencia permanente, faltaba tiempo para sentir, siempre era del mismo modo. 



_ Agarrate fuerte nena. Entró en ella sin espera. 



Y de la misma forma que sus palabras sonaron rudas, su polla entró en ella en cuanto la vió asirse a los laterales de la mesa con su mano. En un instinto agarró su mano débil aún, y la llevó sobre su cabeza, volcando el peso de su cuerpo sobre el de Bella. Su boca muy cerca de su oído, gimiendo sobre ella sin apenas haber comenzado a moverse en su interior. 



_ Rodea mi cuerpo con tus piernas, no deje que nada nos separe. 



Sintió sobre sus caderas el roce de la piel de sueño de Bella, así como la presión de sus talones sobre sus nalgas. Volvió a incorporarse agarrandose a la cintura de Bella con ambas manos. Y el baile comenzó. No hubo inicios lentos, tampoco prisas, solo movimientos contundentes, repetidos, expertos, mientras su preciosa hada mordía su corbata sin control alguno. Su polla repitiendo una y otra vez el baile dentro y fuera sin cansancio alguno. La búsqueda del placer para ambos no estaba lejos, ni retención ni control, tampoco prisas, persiguiendo no perder el ritmo para alcanzar el fin. 

La cabeza de Bella meciendose de un lado a otro, como en una tormenta su corazón. Sus pechos bailando al ritmo de sus empujes. Todo un delirio para los sentidos. Miró la unión de ambos, el estar fuera de ella y luego empujar nuevamente. Su cuerpo estremeciendose. 



_ Quiero ser tu esclavo y tu dueño, quiero amarte y que me ames, quiero poseerte y que me poseas, quiero estar dentro y fuera y dentro y repetirlo tantas veces, que jamás exista vuelta atrás, quiero quemarte y que me quemes, volverte loca y enredarme en tu locura, pero siempre contigo. ¿Lo entiendes?, ¿llegas a comprender lo que te quiero cariño?. 



Asintió moviendo marcadamente su cabeza y mirandolo a los ojos tan profundamente que lo atravesó. Sus talones en ese mismo momento presionaban con fuerza las nalgas de Edward no dejando espacio entre ambos. Arqueo su cuerpo ofreciendole sus senos pidiendo sin palabras que sus pezones fueran atendidos. 

La boca de Edward fue a comer de esa miel de entrega asaltandolos. Colocó una mano sobre su culo acercandola aún más, ya no habría más compases al unísono. Desquiciado y loco, subiendo una de sus rodillas a la mesa, comenzó la guerra sin treguas, persiguiendo un fin esta vez, vencer. 



… 



_ Estás muy callada preciosa. 

_ Tengo miedo Emmet, no me gusta la idea de que Bella esté frente a frente con ese individuo. 

_ Vamos Alice, no ofendas a tu hermano ni con tus miedos, ¿Crees que Edward no estatá más que pendiente de cualquier detalle?. No dejará siquiera que la mire de forma extraña o que se refiera ella directamente. Sinceramente no me gustaría estar en su lugar. 

_ No es eso Emmet, considero a Bella una persona inteligente, pero tambièn muy atrevida, es valiente y no le asusta nada. Cuando lo tenga delante se lo comerá vivo, y es lo que me da miedo, la reacción contraria. 

_ Muñeca cálmate, Edward estará rodeado de su personal, y Bella no estará en su radar de eso estoy completamente seguro. 

_ Necesito dejar de pensar en ello, si algo le ocurriera a Bella Edward dejaría simplemente de existir. Todo lo que ha ocurrido en su vida desde que la conoció, desde que se encontraron, ha sido a la vez maravilloso y demasiado peligroso. Necesitan llevar una vida corriente, normal, una vida del día a día, sin amenazas, sin miedos, sin temores. Son una pareja de recien casados que han tenido que sufrir una enfermedad no esperada, la recuperación de una memoria que aún no está completa. 

_ La que necesita dejar de pensar en ellos eres tú. Edward ha demostrado con creces que por encima de cualquier cosa, es capaz de hacer feliz a Bella. Todos formamos una familia y todos nos protegemos, cuidaremos de lo que nos importa, y no pasará nada de lo que esa cabeza no para de rondar. 

La abrazó, sabía lo que Alice estaba pasando. Por una vez conocía la verdad de su vida, sin reproches pero con enorme curiosidad se enfrentaba a la nueva situación de ser hermana de Marlena y Dorothy, sabiendo que compartía su sangre y además eran sus enemigas. Sus brazos se hicieron abrigo para un cuerpo que se estremecía de frío por dentro. Subió su cara hasta verla frente a la suya. 

_ Te prometo que cuanto antes tomaremos unas vacaciones largas, no solo para apartarte de todos los problemas sino para conocernos mucho más. Nuestra relación es muy importante para mí y hace muchos días que estás como ausente. 

_ Es cierto y lo siento Emmet, de veras que lo siento. ¿Podrás perdonarme? 

_ Creo que podrías animarme a hacerlo, ¿qué se te ocurre?. 

Sonrió dulce y de forma infantil. A veces había comprobado que siendo un hombre tremendamente duro, fuerte, grande y hasta tosco, su tratamiento hacia ella siempre había sido extremadamente delicado. Sabía que solo con un beso, uno de esos que a Emmet le volvían loco, estaría rendido. 

_ Si te beso ahora, ¿crees que ganaré algunos puntos? 

_ Si me besas como sabes hacerlo, creo que los ganarias todos, pero... pero puede que después quisiera algo más. 

_ ¿Y si yo también lo deseara con todas mis fuerzas? 

Una sonrisa preciosa y dibujada en sus labios, amplia, sincera, como la de un hombre que acaba de ganar la partida a su rival hermosa. La tomó de la mano y con un gesto de su cabeza le señaló el dormitorio. 

_ Cada día estoy más convencido que fue un acierto venir a vivir a casa de Bella. 

_ Yo no estoy tan segura. 

Lo dijo con una sonrisa burlona. 

_Intentaré convencerte ahora. 



… 



_Pequeña me gustaría verte. 

_James,no me llames a cada por favor, no me gusta mentir y Marlena está demasiado atenta a todo. 

_ ¿Y qué debo hacer?, si quieres puedo llegarme y recogerte en casa. 

_ No por favor eso sería aún peor. 

_ Elije un lugar donde podamos vernos. 

_James, no sé si será una buena idea. 

_Dothy tú y yo hemos decidido darnos una oportunidad, ¿cierto?. 

_Y no dudes que pienso en ello, quisiera creer que no vamos a hacernos daño James, que las cosas pueden salir bien. 

_Perfecto porque ese es el primer paso. Ahora solo tenemos que hacer cierta esa oportunidad, vernos, conocernos lejos de todo lo que a los dos no nos deja ser quienes somos. No sabes pequeña lo diferente que me veo cuando estoy a tu lado, los deseos sinceros que siento de poder cambiar mi vida. Necesito oir lo que piensas, tu risa o tus lágrimas, observar tu pudor, tu reacción cuando te beso, todo es tan nuevo para mí, que me hace sentir como un niño, ¿sabes de lo que te estoy hablando? 

_James lo sé y te entiendo, mis silencios no son falta de sentimientos. No sabes como te agradezco que muestres ese interés por mí, nadie lo había hecho nunca desde que murió mi madre. 

_Pues tendrás que empezar a acostumbrarte. Ahora dime ¿cuando podremos vernos de nuevo?. 

_Dame algo de tiempo, unas horas quizá y yo te avisaré. Siento de verás que al principio tenga que ser así, pero no quiero que Marlena maneje lo nuestro James. 

_Eso no sucederá te lo aseguro, no dejaré que lo haga. 

_Prométemelo. 

_Voy a darte mi palabra pero lo haré frente a tí, cuando me mires a los ojos, cuando no solo te creas mis palabras, sino también algo que has hecho que empiece a latir de forma diferente. 

No la estaba viendo, y sin embargo pudo imaginar su rostro en ese momento, su delicada sonrisa, sus ojos bajos y el rubor de su rostro. Deseaba con todas sus fuerzas tenerla junto a él en esos momentos, volver a abrazarla, besarla y sentir otra pequeñísima porción de lo que había entregado. Oyó un suspiro suave a través de la línea telefónica que confirmó aún más sus pensamientos, y algo hermoso invadió su corazón, como una brisa fresca y suave que le bañaba la cara de luz y calidez. 

_No te entretengo más, piensa donde y cuando nos podremos encontrar. 

_Lo haré no te quepa la menor duda. 

Colgó el teléfono le hubiera gustado decirle algo, ser más despierta, no parecer siempre la controlada, la mustia y aburrida que su hermana le repetía sin cesar era. ¿Pero qué decir?, ¿qué hacer?, ¿cómo comportarse?. Se asustaba solo con la idea de querer estar con James y no saber ser mujer. Su rostro volvió a teñirse ahora de un rojo más intenso. Llevó sus manos a su rostro refrencandolo. Mejor dejaba de pensar en todo lo que su cabeza le mostraba con imágenes o no podría esconder su secreto. 



… 



_No pienso salir ahí fuera con estas pintas. 

_Pues estás preciosa. 

_Por supuesto para tí y con un letrero en mi frente que dice “mi marido me ha hecho el amor durante dos horas”. 

_El mío seguro que dice “seguiría dentro de mi esposa”. 

Su risa fue incontrolada, y para Edward el mundo parecía diferente cuando la veía feliz. 

_Voy al dormitorio a darme una ducha y prepararme para el maravilloso encuentro. 

_¿maravilloso? 

_Por supuesto sera esclarecedor, ten confianza. 

_Espera que no desobedezcas ninguna orden de las que te he dado. Son órdenes cariño no lo olvides. Lo que hemos hablado no es negociable. 

_No lo haré te lo prometo. 

_Más te vale, porque caso de que no cumplas tus promesas te aseguro que me verás enfadado y no habrá camisón alguno que haga que me rinda. 

_¿Estás seguro? 

Posesiva, fuerte, fiera e incontrolable, con el aspecto de una felina capaz de dominar en ese momento a su hombre, soltó la pregunta en espera de una respuesta que creía conocer. Pero no fué así. El hombre que vió frente a ella le mostraba una imágen que ella no había conocido hasta ese momento. Su rostro duro, sus facciones en tensión, sus dientes prietos, el color de sus ojos oscuro. Fue a tocarle el rostro intentando aliviar su estado, pero el detuvo su brazo. Sin dejar de mirarse en sus ojos, sin dejar de trasmitirle su fuerza, hasta donde podía llegar a competir por ella, contra ella. 

_Puedes detener mi corazón solo con decirme que no me amas, hacerme arder entre tus piernas, volverme loco con tus besos y hacer que mi mundo camine del revés solo con tu sonrisa. Mi vida sin tí no tiene sentido nena, ni la tendrá nunca, pero no juegues con tu seguridad, no pongas en peligro nada de lo que tenemos, nada de lo que podríamos tener, (miró su vientre), porque me matarías. 

Sin darle tiempo a reaccionar se dio la vuelta diciendo... 

_Tengo que hacer unas llamadas. Te estaré esperando en el despacho. 

De pié junto a la escalera de acceso al dormitorio, con su corazón en un puño. Una pena intensa por sentir el dolor de Edward ante sus palabras que se le habían clavado de una forma indescriptible en su corazón. El hombre fuerte, tierno y sincero, el amante devoto y fiel, su vida y su anhelo. Lo había herido, había herido a su propio corazón. ¿Cómo había sido tan absurda al no frenas su comportamiento?. Entendía que Edward estuviera preocupado, no solo eso, sino asustado, luchando a cada momento contra todo a lo que ella lo había llevado. Tenía que buscar la forma de rectificar su error, pero más tarde, ahora no era el momento. Subió las escaleras lentamente, dispuesta a prepararse para la salida junto a Edward. 

Se arregló rápida y sencilla, no quería seguir tentando su estado de ánimo. Había elegido un clásico de siempre, camisa blanca, falda negra estrecha y nada corta, y una chaqueta negra adornada con el único detalle de unos preciosos botones dorados; medias transparentes negras y unos altísimos tacones del mismo color. Su pelo cepillado, suelto y hacia un lado,un leve maquillaje con un pequeñísimo toque de perfil en sus ojos. Su preciosa estrella, la estrella de Edward brillaba en su escote. Siempre la sentía como parte de sí misma, pero en esos momentos necesitaba exponerla, necesitaba recordarle a Edward que seguía diendo la misma. Se miró al espejo y tembló. El reflejo le hizo sentir miedo. ¿Estaría Edward perdiendo interés?, ¿Tendría razón Marlena?, ¿Sería ella solo un capricho?, ¿Qué había llevado ella a la vida de Edward además de problemas y una enfermedad?. Cerró los ojos fuertemente y agitó levemente su cabeza. Esos pensamientos no conducían a nada, su inseguridad y su miedo le estaban jugando malas pasadas. La noche anterior...eso es... tenía que recordar la noche anterior, era suficiente para saber el alcance del amor de Edward. 

Bajó las escaleras con cuidado, aquellos tacones y la imposibilidad aún en su mano izquierda la hacían sentirse torpe. Oyó los pasos de Edward dirigirse hacia ella, tomar su mano y ayudarla. No hubo palabras. Un silencio que ella temía como el dolor que sentía en esos momentos en su encogido corazón. No era el momento idóneo para hablar, ni para dar explicaciones. Por el contrario si era necesario que cumpliese todas y cada una de las instrucciones que Edward le había repetido una y otra vez. No exponerse, no acercarse, mantenerse siempre a su lado, dejar a Lara y a él hacerse cargo de la situación y escuchar. Eso era todo lo que tenía que hacer, todo lo que haría. Le demostraría que había entendido su temor, que no se arriesgaría nada. 

Abrió la puerta del coche para acomodarla. La conocía demasiado bien. Ese silencio no respondía a rebeldía, sino a la aceptación de su imprudencia. La hubiera estrechado en ese mismo momento entre sus brazos reconfortandola, haciendola entender que entre ellos era imposible el distanciamiento, pero prefirió no sucumbir. Era demasiado importante que entendiera que sobre todas las cosas, ella era sin lugar a dudas imprescindible en su vida. Se sentó a su lado sin rozarla. Como siempre esperaría el primer paso. No se trataba de una rendición sino más bien de aceptación.Y no tardó en comprobarlo. 

Tímidamente se acercó a él hasta que sus hombros se tocaron y su pierna se acercó a la de Edward. Un gesto de triunfo y gloria incontenible se mostró en su rostro, el mismo que desvió mirando hacia la ventana para no ser descubierto. Esos pequeños detalles en Bella lo desarmaban. Nunca dejaría de ser la dueña de su corazón, siempre sería su niña, su preciosa esposa, la delicada y a la vez valiente mujer que conseguía vencerle con una mirada. 

Hubo más. 

A través del reflejo de la ventanilla pudo ver como ella ayudada por su mano derecha, colocaba la izquierda sobre su pierna, sin mirarlo, como una pequeña que espera hacer las cosas tan suavemente, que nadie observe su presencia. Ahora su sonrisa fue tierna, giró la cabeza mirando al frente al mismo tiempo que su mano cubrió la de Bella y comenzó un pequeño masaje. Sin palabras, los gestos decían mucho más de lo que pudieran decir éstas. Entrelazó sus dedos a los de Bella y llevó su mano hasta sus labios. Un beso suave, lento fue la respuesta a todos los intentos de Bella por llamar su atención. La reacción de ella no tardó, su cabeza la reclinó sobre su hombro en la única señal que él esperaba. Bella necesitaba de su apoyo, de su calor y él necesitaba ofrecerselo. 

Soltó su mano y levantó su brazo para rodearla con él.La estrechó contra sí y su princesa tembló como una pequeña gatita sintiendose reconfortada. El aire fresco volvió a sus pulmones...era cierto...por mucho que quisiera ser fuerte, Bella era su aire y siempre sería del mismo modo. 

Levantó su barbilla y la miró a los ojos. Emocionados y aguados, controlando sus lágrimas, tan brillantes como esa estrella que vió desde que bajaba las escaleras. Esa gatita sabía como ser una tigresa, su chica era muy lista. Le había mostrado todas las armas necesarias para hacerlo sucumbir. El traje discreto y perfecto delineando su cuerpo, su precioso rostro libre de pintura, su pelo cepillado y suelto, sus labios sin color, su olor, su estrella y esos putos tacones que conseguían un balanceo de caderas más que tentador. 

_Dime nena, ¿Quién te dió clases para postrar a un rey o a un mendigo? 

Lo dijo muy cerca de su boca, pero sin tocar sus labios. Y pudo ver como Bella cerraba sus ojos para sentir sus palabras. Algo invisible tiró de sus entrañas, hasta que su boca besó dulcemente la de Bella, en un beso tan esperado, tan preso, que sus labios quemaron. Un gemido, casi convertido en hipo, fue suficiente para que Edward comiera su boca. Su control desaparecido, su voluntad acorralada, y su amor, solo su amor invadiendolo todo. 

Fue ella la que separó sus labios. Dos frases sin voz. 

_ (Te amor), (Lo sient...) 

No la dejó acabar, esta vez si selló su boca de manera posesiva.La invadió con su lengua, buscando el placer al acariciar la de Bella, sintiendo su sabor. No sabría decir cuando sus manos comenzaron a acariciar su pecho y fue nuevamente un gemido de Bella quien lo hizo frenar. 

_¿Tienes idea de lo que significas para mí?. ¿Vés lo que me haces?. Estamos en el coche dando un espectáculo de adolescentes. 
Tienes todo el poder sobre mí, pero no puedo rendirme princesa, no puedo ceder en determinadas cosas, porque por encima de todo debo cuidarte. Si te pierdo, si algo te ocurre, nunca más me sentiré vivo. No quiero que vuelvas a pedirme perdon nunca más. Quizás sería mejor decir ¿lo siento?, pero ambos princesa. He sido demasiado brusco y sabes muy bien por qué. 

Asintió con la cabeza y volvió a buscar su boca. 

_ No sigas nena, no ahora. 

Y la mirada de Bella cambió. ¿Cómo podía conocerla hasta ese punto?. Se asombraba de poder leer en sus ojos. ¿Bella dudaba de que él la deseara?. No lo pensó ni un solo instante para hacer desaparecer esas sombras. 

_Sino me importaras lo que me importas, sino significaras en mi vida todo lo que significas, ten por seguro que no reprimiría mis ansias de hacerte el amor aquí y ahora, sin tener en cuenta que el chófer pudiera tener espectáculo gratis. ¡Mirame!, la increpó. Eres mi esposa, no pienso tratarte como una fulana públicamente, en la intimidad solo somos un hombre y una mujer, y si tienes la bendita paciencia de esperar que esta reunión acabe, quizá pueda demostrarte lo que te he deseado, lo que te deseo y te desearé el resto de mi vida. 

Vió su pecho levantarse y coger aire y soltarlo como si hubiera contenido la respiración mientras hablaba. 

_Nena, no hay nada en el mundo que desee más, te necesito para poder vivir, y te amo ahora y siempre, todo, en cualquier parte. 

Fue entonces hasta su oído. 

_ Pero ahora mismo tengo tanta hambre de tí que podríamos escandalizar al respetable público. 

Oyó bajito su risa y fue tan hermosa como el precioso beso que fundió en sus labios. Cariñosamente rozó su nariz y acarició su mejilla. Levantó la cabeza y observó que habían llegado. Apenas unos 200 metros lo separaban del primer acercamiento a su enemigo... 



… 



Oyó el timbre. La esperaba desde hacía varios minutos.Acudió rápido hacia la puerta, deseaba verla con todas sus fuerzas. Se había convertido en su principal pensamiento. Vió sus ojos abiertos y asustados y aún sintió más deseos de abrazarla. 

_Ven aquí. 

Abrió sus brazos para recibirla entre ellos. 

Dejó reposar su cuerpo en el de James, mientras tras ella oía cerrarse la puerta. 

_ Este no es el lugar más idóneo para encontrarnos. 

Besó sus labios antes de oirla decir lo que ya sabía. Tenía muy claro que su apartamento no era un lugar muy adecuado para estar con ella. Demasiadas historias frívolas, demasiadas mujeres y sobre todo Marlena, y una vida pasada que quería olvidar cuanto antes. 

Su boca sabía a miedo a inseguridad, pero también a deseo y eso era suficiente para un hombre que necesitaba, que gritaba ser deseado por sí mismo. 

_James, James, por favor escuchame. 

Abrió los ojos para mirarla. 

_No quiero estar aquí contigo. No importa cualquier otro lugar, una cafetería, un parque, o simplemente un paseo por donde elijas. 

Tragó saliva, quería estar con él en un espacio para los dos, sin público, solo para ellos. 

_Podríamos ir si tú también lo deseas a la habitación de cualquier hotel, alguno no muy conocido y si quieres más intimidad, otro apartamento alquilado, Allí podría preparar comida para ambos y pasar todo el tiempo que podamos juntos. 

Su risa apareció en su rostro, o era o pretendía ser muy valiente, pero nunca una mujer, le había ofrecido prepararle algo de comer. Tomó su rostro entre sus manos y levantó su carita. 

_¿Harías eso por mí? 

_No, lo haría por los dos, por tener algo de tiempo para conocernos sin nadie que nos observe todo el tiempo, por hablar de muchas cosas.No quiero tener que estar vigilando mi espalda sintiendome espiada. Pero también lo haría por no tener necesidad de interrumpir los besos que me das. 

Agachó ahora su rostro, que pareció cubrirse de un rojo amapola. 

_Una sola vez será suficiente para mí. Demuestrame cuanto deseas mis besos. 

Y esa mujer tímida, herida por el tiempo, por la soledad, por ser ignorada, alzó sus ojos para encontrarse con los de un hombre igual de necesitado. Su corazón le dijo muy profundamente, que no había tiempo que perder, que era ahora o nunca, que podía ser más que suficiente para alguien. 

Acercó su boca lenta hacia sus labios cerrados,mirandolos, prendidos en ellos, como si atendiera una llamada. Primero los rozó con los suyos muy levemente, cálidos y hambrientos esperaban. Atrevida, con todo el valor del que disponía, los lamió con su lengua apremiandolos a abrirse. Por respuesta un gemido y un intenso aprisionar de su boca. 

_Me has pedido que te bese, dejame mostrarte lo que necesito tus besos. 

La miró esta vez con admiración, con pasión tierna. No quería dejar volar su imaginación, ni pensar donde o como podría llegar a poseerla. ¿Poseerla?, estaba claro que no, no solo sería posesión. Junto a ella habría entrega y eso era algo que estaba más que ansioso por saber que le haría sentir. Dar y recibir. Volvió a cerrar sus ojos cuando los labios de Dorothy volvieron a rozar los suyos, esta vez más exigentes, curiosos por sentir más. Juegos sobre los suyos que le hicieron tambalear como si el suelo fuese agua. Y llegó su lengua invasora recorriendo el interior de su boca, buscando degustar su sabor, ofreciendo el suyo. 

Los límites de un hombre, generalment entre nieblas delimitados, no soportaron más. Sus brazos se fundieron como enredaderas a su cuerpo, levantandola del suelo para pegarla contra sí y comer, beber y vivir dentro de esa boca. 

Un gruñido nacido de su entrepierna, seguido de un gemido de reproche, por la agresión que no deseaba demostrarle, pusieron punto final a eses beso caliente. 

_Lo siento preciosa no quiero contigo nada como ésto. 

_No es la primera vez James, si es eso lo que te preocupa. No fue hermoso ni nada que quisiera recordar, pero te aseguro que contigo es diferente. 

¿Le estaba diciendo que no era el primero que la besaba, que la amaba, que la poseía?. 

_Creo que deberíamos hablar de nosotros James, no quiero que te juzgues más por lo que deberías o no haber hecho, por tu pasado o incluso por el futuro que quieres y que no sabes si conseguiremos. Quiero hablarte de mí, de la única experiencia, de lo que supuso en mi vida, de como rompió mi corazón mientras otros se reían de la apuesta. 

Tomó las llaves del apartamento y del coche. Prendió su mano. 

_Salgamos de aquí cariño. 

Y ella lo siguió sin miedo, sabiendo que juntos comenzaban a dar los primeros pasos. Sabían, ambos lo sabían que serían los más difíciles, pero también los más hermosos. Su corazón aún latía fuerte, y su boca... su boca deseaba aún mucho más. 



… 



Pensé que te habías olvidado de nuestro acuerdo. 

_No había acuerdo alguno Marlena, es precisamente por lo que te he llamado. 

_¿Y qué has decidido? 

_ Despacio, me gusta ir despacio, las cosas tienen que estar muy bien planificadas. ¿Has descubierto el paradero del hombre del James?.¿Has posido ponerte en contacto con él? ¿Y James sigue estando a nuestro lado?. Marlena necesitamos saber con quien podemos contar, quienes son de nuestra absoluta confianza, quienes estaran a nuestro lado hasta el final. Si este plan no es así no cuentes con mi apoyo, ofrezco demasiado para que consigas tus fines. 

_ Tú también saldrías beneficiada. 

_ Entiende lo que voy a decirte y no lo olvides. Disfrutaría con el hecho de enfrentarme nuevamente a Petter, de saber que aún puedo dominar su vida a mi antojo. Aunque te sea duro escuchar lo que sigue atiende que toda mi satisfacción se centra en rendir a los hombres, en demostrarles y demostrarme a mí misma que sigo siendo invencible para ellos. Sería extraordinario ver a Petter y a tu padre enfrentados por mí. No lo conseguí en su día, es una cuenta pendiente. En cuanto a los beneficios económicos, te repito, no los necesito, soy poseedora del 15% de esa empresa, algo que tú aún no posees. Si me uno a tu padre, tendremos el 30%. ¿Estarías tu dispuesta a hacer exactamente lo mismo por incrementar la propiedad? 

_¿Me estás pidiendo que me case con James? 

_Te estoy pidiendo que seas inteligente, una boda hoy puede romperse mañana, todo depende de lo bien que hagas el papel de esposa en tanto dure. No cometas el error de seguir como amante, en realidad eso solo te lleva a ser la fulana, puedes manejar su placer, no su poder. 

_ Si lo que quieres saber es si estaría dispuesto a ello, puedes tener la total y absoluta seguridad que no me opondría. 

_Muy bien, ahí quería llegar. Ambas arriesgaremos los mismo, ambas obtendremos los mismos propósitos. Empieza a jugar Marlena. Cuando lo tengas en la red bien prisionero, capturado y rendido, avisame, será justo el momento de entrar en escena. 



…... 



Detras, iba justo detrás de él, dando pasos largos y seguros los mismos que Edward iba marcando. No sería atrevida, cumpliría hasta la más pequeña de las advertencias que le habia repetido la noche anterior una y otra vez, pero no sería cobarde. Daría la talla de lo que él esperaba. 

_Te estaba esperando Edward, no sabía que traerías a Bella contigo. 

No hubo respuesta, solo una mirada que indicaba que había cambiado de idea y que su mujer estaba allí porque esa había sido su decisión . Impecable, con su traje de chaqueta y su camisa nivea. Tomó la mano de Bella y la miró a los ojos. No hizo falta nada más, el asentimiento en los ojos de su esposa fue absoluto, y aquella respueta lo hizo aún mas fuerte. 

-Cuando quiera Lara. 

_Quiero informarte de algo antes Edward. En el tiempo que llevamos con él, siguiendo tus órdenes no lo hemos forzado a ninguna confesión. El vive aquí haciendo preguntas, sabiendo de antemano cual es el motivo por el que se encuentra retenido, pero sin dar muestra alguna de querer colaborar. Hemos sido sombras, atendiendo sus necesidades básicas, y ninguno de los miembros del equipo ha cruzado con el ni una sóla palabra, ni ha respondido a ninguna de sus preguntas. 

_Bien pues procedamos. Quiero ver su rostro cuando vea a Bella . Quizás todas sus ideas vuelvan a su cabeza de una vez. Quiero dejarle muy claro, cual es el motivo por el que está encerrado, así como que si colabora podrá volver a su vida, cualquiera que llevase antes de cruzarse desafortunadamente en la nuestra. Si renuncia esta posibilidad, no volverá a tener libertad hasta que por otros medios, podamos deshacer esta trama. 

Las puertas de un apartamento bien amueblado , limpio y de lujo situado en el centro, se abrieron rápidamente al toque de llamada. Un miembro de seguridad apareció situado en el centro de la misma, recibiendo visualmente las ordenes de Lara. 

_¿Alguna novedad? 

Sólo un movimiento de cabeza para indicar el lugar donde se encontraba y negar que existieran cambios algunos. 

Sentado en un sillón demasiado confortable, con una revista en sus manos , cerca de una mesa donde reposaba una copa de licor, su imagen apareció hasta los ojos de Bella. 

La sintió encogerse. No había la menor duda del estado de excitación de su mujer. La atrajo hacia su cuerpo y miró sus ojos. Todas las palabras fueron dichas en silencio. Nada tendría que temer. Sus ojos repitieron una y otra vez la misma letanía... mira, calla, escucha... las mismas que fueron entendidas sin lugar a dudas. 

Un pequeño gesto de asentimiento le confirmó todo lo que esperaba. 

_No tenemos el gusto de conocernos. Tampoco voy a molestarme en pedir que se identifique, son demasiados nombres los que tendría que reconocer ¿no cree?. 

Mientras que pronunciaba esas palabras no dejó de observar el rostro de quien miraba fijamente a Bella. Era mas que evidente que la había reconocido. 

_Veo que no es necesario que le presente a mi esposa pero si creo conveniente que yo lo haga todo lo despacio y claro que me sea posible. No quiero que le quede ninguna duda, de hasta donde sería capaz de llegar si ella corriese algún peligro ¿lo ha entendido?. 

Su cara esta vez no fue de asombro, sino de alerta. 

_ Veo que si lo ha hecho y eso me satisface. 

Se intentó incorporar del asiento y acercarse a la mujer que lo miraba sin parpaderar, sin duda alguna era ella la causa por la que se encontraba en ese lugar. Puede que no fuera muy inteligente, pero demasiados trabajos sucios, le hacían ver que estaba en el bando equivocado esta vez. 

_ Es mejor que no se levante, y mucho menos que intente acercarse a mi esposa a menos de la distancia a la que se encuentra en estos momentos. Le aseguro que si lo hiciera, ninguno de mis hombres dudaría en impedirselo a toda costa. ¿Entiende lo que le digo?. Sí veo que sí lo hace. Llegados a este punto no seré yo quien le obligue a hablar. Ni mi mujer ni yo perderemos un solo segundo en intentar explicarle que le conviene mucho más estar de nuestro lado que enfrentado a nosotros. Solo quiero que tenga claras algunas cuestiones... Soy abogado, tengo más dinero del que jamas pueda usted contar, si es que alguna vez aprendió. Junto a mí y para mí trabaja un pequeño ejército que se encargará de no dejarle ver la luz del sol en tanto no decida contestar a todas las preguntas que le haga el jefe de mi equipo, todas las que rondan por su cabeza, y las que nunca haya imaginado. También espero que sea lo suficientemente despierto para no intentar huir. 

Lo vió mirar nuevamente a Bella. 

_ Aún no he terminado, si necesita saberlo todo mireme a mí. La vida de la mujer a la que obseva es lo más importante en mi vida. Todo lo que necesito está junto a ella. El hecho de que hayan intentado hacerle daño significa que no solo han atentado contra ella, sino también contra mi persona, lo que me convierte en un depredador absoluto. No tendré piedad ninguna y lo mejor de todo es que tan siquiera mancharé mis manos, no significará nada en nuestras vidas. Debe entenderlo con toda claridad, puesto que si bien mi profesión me limitan y muestran cuales son mis obligaciones, puedo permitirme el lujo de constituir mi pequeña mafia, esa que luchara contra mis enemigos a cualquier precio. 

Bella se abrazó a él. Lo conocía a la perfección, herido, colérico y ciego como no lo había visto nunca, seguía amandolo con la misma fuerza. 

_ Lara retirate con Bella unos minutos. 

El cumplimiento absoluto de esa orden no se hizo esperar, como tampoco fue discutida ni tan siquiera por una mirada de ninguna de las dos. La puerta se cerró detrás de ambas con suavidad. 

_ Tranquila Bella, es cierto que está fuera de sí, aunque lo controla todo lo que puede. No temas más por él. No hay hombre con más coraje y más voluntad en el mundo que Edward. Sus palabras no han sido más que amenazas, no llegará jamás a ejecutar lo que ha dicho. 

_Lo sé, pero eso no impide que sufra por todo a lo que está siendo sometido por mi culpa. 

_ No se te ocurra pronunciar esas palabras en su presencia. No habrá entonces misericordia para tí, y es cuando verás a la bestia aparecer. Bella comprende de una vez que eres todo su mundo. Es un hombre completo desde que tu formas parte de él. 

Algunas voces inteligibles se oyeron desde el interior. 

_No temas, no está haciendo nada que no hubieran hecho mis hombres o incluso yo misma si me lo hubiera pedido. Tu eres demasiado personal para que Edward le deje este trabajo a otros. 

Suspiros hondos inflamando su pecho culminaron en una expulsión de aire y un ligero mareo. 

_ Bella ¿qué te ocurre?, estás pálida. 

Unos brazos fuertes la tomaron antes de su caída. 

_ ¿Qué pasa princesa?, no cierres los ojos, nena mirame. Ya acabó todo. Estoy aquí, sigue conmigo. 

Unos ojos medio dormidos, fueron permitiendose la libertad de buscar un rostro más que conocido. Nunca Edward le había parecido tan acogedor, tan fuerte y tan grande como en esos momentos. Sus labios unidos soplaban aire sobre su rostro y sus ojos brillantes y oscuros buscaban los suyos. Una sonrísa tímida seguida de unas palabras milagro para Edward lo dijeron todo. 

_ El olor de ese licor creo que no le gusta a nuestro bebe, necesito vomitar. 

Las sonrisas pueden ser amplias, hermosas, felices y luminosas, más la de Edward fue radiante, como un sol para Bella, que barrió todo rastro de malestar. 

La colocó firme sobre el suelo sin soltarla, para dirigirse a Lara. 

_Ni una sola palabra de ésto aún. 

El rostro de aquella mujer reflejaba la plenitud de alguien que por primera vez ha conseguido que alguien muy querido fuera poseedor de la felicidad absoluta. 

_ Reacciona Lara, trae un poco de agua por favor. 

Unos pies ligeros, saltarines y torpes se desplazaban hacia todas partes. 

_No deberíamos haberle dicho nada, no tenemos la certeza aún. 

_ Ah ¿no?, ¿qué comerías ahora mismo? 

La sonrisa de Bella se extendió hasta sus ojos. 

_ Lo sabes muy bien. 

_ Quiero oír como lo dices, como me pides que busquemos helados. Iremos donde sea necesario, donde tú quieras y haremos otra preciosa apuesta. 

Agachó la cabeza... helado podía degustarlo solo con pensar en él, pero en esos momentos era mucho más importante satisfacer otra necesidad. 

_ Edward, ahora me comería tu boca. 

Sus labios se unieron chocando contra los de un Edward más que deseoso de cumplir sus deseos, de continuar con los juegos que habían iniciado en el coche. 

Devorandola con una pasión que lo volvía loco, soñando con la esperanza de que fuera más que real lo que ambos esperaban. 



Lara abrió la puerta lentamente y los observó. Muy lejos quedaba la necesidad del agua que apaga la sed, esa agua la tenían ambos ese momento en sus bocas, colmandolos de cualquier necesidad, alimentado otras nuevas. 

o solo con pensar en él, pero en esos momentos era mucho más importante satisfacer otra necesidad. 

_ Edward, ahora me comería tu boca. 

Sus labios se unieron chocando contra los de un Edward más que deseoso de cumplir sus deseos, de continuar con los juegos que habían iniciado en el coche. 

Devorandola con una pasión que lo volvía loco, soñando con la esperanza de que fuera más que real lo que ambos esperaban. 



Lara abrió la puerta lentamente y los observó. Muy lejos quedaba la necesidad del agua que apaga la sed, esa agua la tenían ambos ese momento en sus bocas, colmandolos de cualquier necesidad, alimentado otras nuevas. 

4 comentarios:

  1. wow!! me ha ecantado ani!! me encantan bella y edward! estan tan fogosos y tan bien juntos!!! y me encanta que vayan a ser padres :)! y tambien me gusta un monton la relacion de james y dorothy! se lo merencen los dos!! y odio cada vez mas a marlena! y espero que no jorobe la relacion de james y dorothy! estoy deseando leer el siguiente capitulooooo!
    un besitoooo :)

    ResponderEliminar
  2. OMG fantastico ,me encanta esta pareja tan fogosa y que siempre se demuestran lo mucho que se quieren....Besos y gracias nena...

    ResponderEliminar
  3. Ani: me encanto este capitúlo que relación de Edward, todo un hombre que sabe como amar a una mujer su mujer, que bello que van hacer papas, que bonito lo de Emmet y Alice recuperando su tiempo y que sea amen, también me gusta el romance de Dorothy y James, espero que no se deje manejar por marlena y luche por ella. Esa Esme ojala Peter no le haga caso que quede como una puta que eso es lo que es por mala.
    Gracias por escribir lo haces muy bien.
    Besos nena

    ResponderEliminar
  4. gracias por vuestros comentarios. anitina.

    ResponderEliminar