sábado, 10 de diciembre de 2011

Capítulo 32 “Lo que me haces sentir”





Bueno este es muy especial para mí, aunque no tengo oportunidad de hablar mucho contigo por el chat “Marce”, porque nuestra diferencia horaria es muy grande y estamos muy lejos, pero esos cafelitos que nos tomanos juntas cuando nos dedicamos un correo hermoso hablando de nuestras vidas, me han calado muy hondo. Ya sabes, hay confidencias hermosas y problemas no tan grandes si son compartidos. Gracias por esos bellos momentos.




Toda la noche había permanecido junto a ella, abrazándola mientras dormía. Un sueño que no fue del todo reparatorio, sino más bien leve e intenso. Fueron muchas las ocasiones en que sus manos tuvieron que acariciar su espalda, sus labios besar su frente y su boca pronunciar sonidos de silencio, para acallar sus pesadillas. Sintió su mano cálida entrelazada en la suya, y como un gesto instintivo,continuó con esos ejercicios que para él se habían convertido en algo cotidianamente hermoso. Su princesa, algún día no muy lejano volvería acariciarlo, volvería a sentir el roce de sus delicados dedos por cualquier parte de su cuerpo. Una pequeña sonrisa pintó en su rostro al observar los labios entreabiertos de Bella y su respiración templada calentar su cuello. Horas de tenerla a solas, momentos robados al resto del mundo, esos que solo él podía disfrutar aunque solo fuera mirandola. En ellos era cuando se sentía completamente seguro de poder protegerla e incluso amarla en silencio.


Se alentaba así mismo repitiendose mentalmente que Bella ya había iniciado el camino de vuelta.


No sabía cuanto puede ser de complicada una memoria para elegir “a quien” o “que” debería ir en primer lugar. Se enojó momentáneamente al pensar por qué motivo no había sido él elegido para formar parte de inicio en ese camino.


Desterró inmediátamente esos pensamientos ¿de qué servían?.Estaba seguro del amor de Bella y si ella hubiera podido elegir, nada le hubiera impedido hacer su elección sobre él. Volvió a sonreír pensando que quizás Azor volara entre sus recuerdos buscando la luz en Bella, esos momentos vividos de su infancia habían sido hermosos, quizás ella estuviera volando junto a él en algun lugar de un cielo inmenso.


Dos pensamientos inquietantes cayeron sobre él como un peso insoportable. El primero la cara de aquel sujeto que jugaba a destrozar su felicidad junto a Bella, qué como quien elige una víctima por un manojo de billetes, podría hacer daño a lo que más amaba, un esbirro cobarde al servicio de una mente calculadora, fría, interesada e imparable, como representación de la escoria humana, Marlena. Su segundo problema. Recordó el tiempo de aquella misma tarde en la que tuvo que atenderla dejando a Bella a solas en el despacho.


Todo parecía encajar en las predicciones de Bella. Era otro acierto de su princesa. Estaba seguro de que James no había tardado en trasladas a Marlena lo que había visto en los dedos de Bella, e incluso como ésta le siguió el juego rogandole que mantuviera silencio.


La escasa conversación que mantuvo con Marlena fue con las manos en los bolsillos de su chaqueta para ocultar su alianza. Se preguntaba así mismo por qué tenía que hacerlo cuando se sentía tremendamente orgulloso de pertenecer a Bella. Pero ésta se lo había pedido y ella sería quien le otorgara el privilegio de contar la verdad cuando le pareciera oportuno.


La estrechó aún más en sus brazos, su pequeña era demasiado inteligente, demasiado perspicaz y ahora que desconocía el pasado, era demasiado vulnerable.


No le quedaría más remedio que saltarse las normas que se había impuesto, adelantar ese pequeño momento que deseaba infinitamente y descubir los pequeños recuerdos que su mujer había guardado para ambos. Debía prevenirla de todo y contra todos. 


La oyó gemir en sueños y pronunciar su nombre.


_ Edward, tengo frío.


La volteó con cuidado y la abrazó desde atrás. Sus manos apoyadas en su vientre. Su pierna grande y poderosa apoyada con cuidado desde su cadera hasta su tobillo rozando sus pies pequeños. Sus labios proporcionandole sutiles besos apenas apreciables para no despertarla.


Bella olía a suya, a suya para siempre.


_ ¿Mejor así?


Un ronroneo acompañado de un “sí” tremendamente sensual y seguido de un movimiento decadente de sus caderas, buscando aún más su cuerpo, le hizo cerrar los ojos, para disfrutar plenamente de las sensaciones que el cuerpo de Bella le hacía sentir. ¿Cuánto más tendría que esperar para dejar desatar en él ese volcán de sentimientos de lava ardiendo?


Sabía que su amor era inmenso, sabía que era muchos más que hacer el amor, estar enterrado en ella, besarla, tocarla por todas partes, ser suyo y sentirla en su propia piel, pero no podía pensar con claridad teniendola entre sus brazos y limitandose a darle solo lo que ella le reclamase. ¡Tenía tanto para dar!, cada día más.


Al contrario que en el resto de las ocasiones, Bella había puesto su mundo del revés. A menudo cualquier tema de su interés, lo perdía, se iba desvaneciendo en las sombras, como si una vez conseguido, estuviese muerto. Bella sin embargo desde el primer momento, le robó algo sin proponerselo, le había robado su corazón dejandole por entero el derecho a ser él mismo. No había intentado cambiarlo, lo aceptaba tal y como era en cada momento, tierno y brusco, manipulador, a veces despiadado en sus negocios. Pensó, ¿cuando había sido él de esa manera con Bella?. No obtuvo respuesta. Ella sacaba lo mejor de sí, lo verdaderamente importante, lo esencial,lo instititvo, lo que no es perecedero.


Notó como Bella nuevamente acercaba su cuerpo al suyo. Intentó no hacer caso a esas partes de sí que parecían no pertenecerle cuando Bella estaba tan cerca. Se mentía una vezmás. Nada tenía que ver la distancia cuando se trataba de ella. Recordó los días que estuvieron separados, donde no solo logró aplacar su deseo y concentrarse en los negocios, sino que muy al contrario, todo su ser pedía a gritos el de Bella, como si parte de él mismo se tratara.


No la despertaría, aunque su cuerpo se tornara en enemigo, aunque le declarara una guerra perdida para él de antemano, esperaría a que Bella estuviera preparada, a que se lo pidiera.


Se dijo así mismo, que era cierto que cuanto más se te está negado, que cuando más se te prohibe, que cuanto más obstáculos se interponen, más sueñas en alcanzar la meta.


Se repitió una vez más, ¡mañana!. Un nuevo día de esperanzas, un nuevo día para ambos, un nuevo camino que recorrer juntos, y puede que Bella le pidiera recordar.








Apoyado en la puerta del baño, completamente aseado y afeitado la observaba dormir. Contemplarla de nuevo en la cama que habían compartido, era sentir placer por todo el cuerpo.


Dormía arropada con su pijama, cuyas mangas tapaban sus manos y solo podía alcanzar a ver como las puntas de sus dedos se aferraban a la almohada.


Su largo cabello se repartía entre su rostro y las sábanas, revuelto, brillante, libre. Sus larguísimas pestañas daban sombra a sus mejillas. Esos ojos, ahora cerrados incluso, podían hablarle en sueños, esos que no dejaría que nadie truncara.


Se había despertado muy temprano y sin perder un instante había enviado un mensaje a Lara. Había convocado una reunión para el medio día. Mostraría la foto de aquel indeseable a todo el equipo. Ese podría ser el eslabon que estaban buscando para comenzar la batalla.


Nadie volvería a asustar a Bella, nadie. Si antes estaba decidido a defender todo lo que le pertenecía, ahora sostendía el mundo con las manos si eso fuera necesario para hacerla feliz.


Completamente concentrado en sus pensamientos recordó las palabras de Marlena. Una detrás de otra habían sido cuchillos afilados siempre en la misma dirección.


No supo como pudo soportar tanta maldas, tanta mediocridad, tanto cinismo. Solo había pronunciado su excusa interesandose por el estado de Alice, para retornar siempre a su tema preferido, Bella.


Como si verdaderamente estuviera preocupada por ella, ¿donde estaba?, ¿qué hacía?, ¿cuando volvería al trabajo?, ¿cual era el motivo de su ausencia?. Y para concluir un esperadísimo ¿Lo habeís dejado?, y un añadido “Edward, deberías reconsiderar esta locura, y dejarlo”


Edward dibujó una sonrisa “dejarlo”. ¿Cómo puede abandonarse el aire?, ¿cómo respirar sin él?, ¿cómo puede un hombre acostumbrarse al frío cuando ha estado entre la calidez?, ¿cuando se puede andar entre la oscuridad, cuando Bella era su luz?


Se acercó hasta la cama y se sentó cerca muy cerca de su cuerpo. Acarició éste como la primera vez que quiso despertarla después de la anestesía. Adoraba sus respuestas. Sus gestos, pequeñas muecas de su cara que la devolvían con él.


Su nariz pareciera estar absorviendo el olor de las sábanas. ¿Sentiría su olor al igual que él tenía impregnado el suyo por todas partes?


Sus manos fueron resbalandose por la curvatura de su espalda hasta llegar a su cintura, delineando con la yema de sus dedos cada perfíl, cada línea.


Bella sin abrir los ojos sonrió, dejando ver su juego.


_ Creo que he entrado en una fase del sueño diferente.


_ ¿Y te gusta?


_ Hummmm, mucho.


_ ¿Puedo seguir?.


_ Estoy en deuda contigo.


_ ¿Solo sería un pago a los servicios prestados?


Abrió los ojos y lo miró fijamente.


_ No tendría con qué pagarte.


_ ¿Eso crees?. Tienes todo lo que yo podría pedir.


_ Entonces, ¡pídeme algo!


Lo puso a las puertas del cielo, lo llevó lentamente con juegos y palabras sencillas, lo arrastró sin esfuerzo. Siempre le vencería, recordara o no quien era, con él ganaría todas las batallas.


_ Besame, besame princesa, besame tú a mí, como si lo desearas con todas tus fuerzas, como si fuera lo primero que necesitaras al despertar. Besame como yo lo haría.


Con su mano derecha tocó su rostro acercandolo al suyo sin llegar a tocar sus labios. Sintió de una manera masculina, fuerte y depredadora los brazos de Edward enjaular sus hombros.


Su mano dibujó entonces una línea desde su frente, bajando por el tabique de su nariz hasta llegar a sus labios y detenerse en ellos.


_ ¿Y cómo lo harías tú?


Pero no dejó que le contestara, no hubo palabras.


Sin saber cómo o por qué necesitaba provocarlo, arrancarle esos momentos de intimidad, esos que la hacían sentirse de alguien, sentirse de él. No sabía como su mente se resistía a la total rendición, mientras que su cuerpo no oponía resistencia alguna.


Su boca tenía muy aprendido aquel ejercicio. Besos de despertar, besos que erizan la piel al primer contacto, besos que aceleran los latidos del corazón y hacen hervir la sangre, besos que despiertan los tambores internos cuya música comienza en el latir del pulso y llegar a reverberar convirtiendose en un precioso eco, besos que desdibujan los límites y enturbian las imágenes, besos de desenfoque, donde lo único a lo que uno se aferra, es a la esperanza de que no acaben nunca.


Un gemido brusco y un gruñido se estamparon contra la boca de Bella, y ésta la abrió en respuesta saboreandose con su lengua sus propios labios.


Fue una captura inmediata. La lengua de Edward rozó la de Bella buscandola, incitandola a conocer su sabor.


_ Me gusta como sabes.


_ A mí nena, me gusta todo de tí.


_ Edward, ¿tú me protegerás?


_ Con mi vida princesa.


_ ¿Qué me hizo ese hombre?, ¿ por qué le tengo miedo?


Hora de la verdad, nada a medias. No podía seguir dilatando lo que aguardaba ser descubierto.


La miró resignaco como quien se niega a mostrar entre tanta hermosura algo malo, enfermo, carente de vida propia, de color.


_ ¿A qué tienes miedo Edward? ¿También te hizo daño?


_ Princesa quiere alejarte de mí a toda costa. Yo no podría vivir si no es a tu lado.


_ Edward quiero que entiendas todas y cada una de las palabras que voy a pronunciar ahora. “Te has convertido en un vínculo entre mi pasado y mi presente, yo soy la que no puede abandonarte. No elegí a ningún otro de los que estaba a mi alrededor para hacerlo. Algo me decía que aunque fueras mi esposo, aunque no lo recordara, tenías que ser tú. No te abandonaré. Tu no lo has hecho y yo tampoco lo haré. Lo bueno que nos quede por vivir lo haremos juntos y lo que no sea así lo compartiremos.” ¿Quieres qué sea así?. No se si mi amor por tí ahora está a la altura de lo que tu necesitas, pero te prometo que hay algo dentro de mí que me conduce a tí irremediablemente, que me indica un camino cada vez con más luz, se que llegaré, ¡esperame!.


Su sonrisa fue un arcoiris para Bella. Edward no tenía parámetros para medir el amor que ambos se tenían. El momento estaba cerca, muy cerca y pronto ella recordaría, y si eso no llegaba jamás el tendría amor del pasado para los dos.


Algo tan hermoso como lo que nacía dentro de Bella era también una joya que añadir a su gran tesoro, y el se encargaría de cuidarlo y mimarlo cada día.


_ Nena hay muchas cosas que debes saber y nadie mejor que tú para explicartelo a tí misma.


Fue hacia su armario y sacó la cajita que Bella le había entregado. Con mucho cuidado retiró una cadena de su cuello. Ahí estaba la estrella de Bella, junto a la llave. Ambas juntas, su corazon y el de Bella.


Le entregó ambas y observó como con manos temblorosas ella las escondía en su mano cerrando los ojos.


Algo en su mente la llevó hacia un lugar desconocido, como si de un inmenso pozo se tratase. Casi pudo sentir el vértigo de la rápidez de las imágenes. Ella estaba desnuda y Edward colocaba sobre su cuello la misma cadena. Como en un eco oyó palabras sueltas, frases sin claridad, y pudo saborear un beso.


_ Edward, ¿Yo soy tu estrella?.


Lo preguntó aún con los ojos cerrados y al abrilos vio una felicidad en el rostro de Edward, que le inhundó el alma a raudales.


_ Desde que apareciste en mi vida princesa. Mi estrella. Mi pequeño alcón.


Ahora si fue el quien no pudo controlar su deseo y sus labios tomaron posesión de los de Bella con dulzura. Una estrella es tan especial, que los besos que nacen en ella son brillantes, iluminadores, pequeños si miramos desde lejos, enormes por lo que nos hacen sentir.


_ No pares ahora nena, sigue adelante, abrela, descubramos juntos que es lo que contiene, que es lo que quisiste resguardar de tu olvido. No tengas miedo, donde no lleguen tus recuerdos, alli estaré yo. Lo que no pueda explicarte con palabras lo hará mi cuerpo y mi corazón. 


Besó su frente y luego sus manos y manteniendo la de Bella entre la suya, ambos al mismo tiempo, tomaron la llave y la introdujeron en la cerradura para descubrir cuantos secretos contenía.


Sintió la mano de Bella temblar ligeramente y la apretó con la suya en un afán de hacerla sentir segura.


El contenido intacto, una carta y una cinta como prendas de incalculable valor.


_ ¿Quieres leerla tú?, ¿La escribí yo?. Edward dime algo.


_ Fue escrita por tí, era tu salvaconducto de vuelta a mi, a nuestro mundo nena.


Abrió el sobre y comenzó su lectura








“Esto es solo una prueba Edward, no te confio nada aquí, solo quería saber que fue escrita por mí, que nadie nos engañaría. Ahora tendrás que darme algo con que escribir y podré comprobar que nadie pudo hacerlo por mí. 


Antes de que veamos el video, por si en Él te lo digo pocas veces, por si aún cuando ésto ocurra no te lo he dicho TE AMO.”




Sin esperar un segundo Edward tomó un bolígrafo de su chaqueta y al volverse vió los ojos de Bella mirandolo fijamente. Su rostro genuinamente rosado. La conocía tan bien. Ese “te amo”, escrito había sido una declaración nueva para ella.


Se acercó y se lo repitió al oído “Te amo princesa, yo también te amo”


Escribió una pequeña frase a continuación de su pequeño relato.


Solo dos pequeñas palabras formando un apellido … Isabella Cullem.






Nota:


Algunas veces el placer no es más que un estado de tranquilidad, de reposo, de quietud. Otras se manifiesta como un sensación inquitante, de nerviosismo, de aceleración, como si presintieramos que algo está por llegar. La mayoría de las veces nuestra vida es fácil, usual, corriente, normal, (qué palabra más hermosa), normal, porque es en esa vida, en la que se encierran todas las demás. Pero en determinados momentos es plena, no podemos apreciar si es sosegada, excitante, o sencillamente normal, porque la unión de todas ellas, forma una combinación un cúmulo de sensaciones irrepetibles y únicas que muy pocas veces tenemos la oportunidad de experimentar.








Edward sintió una vez más dentro de su pecho el corazón henchido. Había puesto su nombre junto a su apellido. Ella aceptaba ser suya pese a no recordar.




Y llegó el momento de la grabación.


Con más carita de niña que nunca, nerviosa ante la pantalla uniendo sus pequeñas manos sobre su regazo y una sonrisa preciosa, agolpaba sus palabras una tras otra, intermediando risas, gesticulando algunas veces para explicar tantas cosas a la vez.


Y llegó el momento de explicar como sentía su amor por Edward.


“Las palabras no son ni seran suficientes nunca para explicar lo que has hecho en mí. Jamás pensé llegar a ser la elegida para vivir una amor así. Me has hecho mujer a tu lado, pero no cualquier mujer. Me has convertido en tu mujer más allá de los vínculos legales que espero quieras cumplir. Contigo jamás siento frío en mi interior, ni vacio en mi alma. Has llenado todo mi mundo de calidez, jajajaja, bueno a veces hace a tu lado demasiado calor, pero me quemaría contigo donde eligieses. Me has hecho comprender el verdadero significado del amor, no tener nada propio y sin embargo ser dueña de todo. Contigo he sentido el placer sobre mi cuerpo y he descubierto más aún viendo el tuyo. La palabra princesa forma parte de mi vida, eres mi guerrero y tu castillo sera siempre mi casa. Por cierto busca uno enorme porque pienso llenarla de tus hijos, bueno también los mios. Puedo presentirte aunque no te vea, y olerte aunque no éstes, puedo guardar tu corazón junto al mío, me lo ofreciste una vez y aunque no lo retengo sé que sigue a mi lado. Sino existiera una palabra que definiera el amor, ten por seguro que por tí la inventaría. Pero hay algo muy hermoso que no sé como explicarte, las palabras no me llegan en este momento. (La vió en las imágenes temblar, y sus ojos contener las lágrimas)


Si jamás me hubieras dicho que me amas, no hubiera importado, porque puedo sentirlo a través de lo que me das.


(Inclinó su cabeza como quien piensa que ya no tiene nada más que decir, pero nuevamente miró la pantalla y comenzó de nuevo).


Podría añadir tantas cosas que no acabaría jamás, como jamás quiero que acabe lo que tenemos. Cuidalo por los dos.


Quiero pedirte algo antes de despedirme, ¿cumplirías un deseo para mí?


(Esperó callada mirando la pantalla)... vamos contesta, dimelo ahora allí donde estemos...


Ambos se miraron, la cara de Bella una belleza teñida de cereza, en sus ojos un brillo como nunca.


La respuesta simple y rotunda


_ Lo que quieras princesa.


Su voz salía del alma. Todas y cada una de las palabras habían llenado en un instante el vacio de su ausencia. Bella había vuelto a sorprenderlo.


Y entonces la petición de Bella en el video.


_ Uffff has tardado. Edward ahí, ahora en este mismo momento, “hazme el amor”......


La miró ansioso y perdido en sus ojos. Su princesa la que recordaba le pedía que le hiciera el amor, no había nada que el pudiera desear más que hacerla suya. Pero ¿y la Bella de ahora?, ¿desearía lo mismo?.


Los ojos de ella espectantes mirando los de Edward, atentos reclamando alguna palabra, algún gesto que le indicara que aquel amor, que aquel deseo que ella habia expresado aún existiera.


_ No hay nada que desee que ser tuyo, hacerte mía y que nos sintamos uno nuevamente.


La súplica de sus ojos convertia ahora en un gemido ronco como respuesta.


Hasta ahora sus besos, sus abrazos y sus pequeñas caricias mientras dormía, la habían mantenido al abrigo de los malos momentos de carencias, de la nada, la habían protegido de tanto vacio.


Si era valiente, si se entregaba como su cuerpo le pedía, quizás llenara, completara lo que faltaba. Aún con todo lo que lloraba en su interior, el pudor le impedía una respuesta.


Edward vió temblar sus labios como consecuencia de su nerviosismo. No había un solo segundo que no adorara sus gestos. Le hablaban de lo que ella sentía, de lo que necesitaba y de todo lo que se negaba al mismo tiempo.


Lo decidió impulsivamente, tomaría la iniciativa por los dos. La Bella de antes a la que amaba tanto como a la de ahora, se lo había pedido. Esa mujer que necesitaba sus caricias, que se refugiaba entre sus brazos, la misma que le pedía que la besara, la que le había rogado que no la dejara sola, y la que en las noches necesitaba de su calor para calmar su frío.


Se acercó a su boca tan despacio que pudo ver como Bella cerraba los ojos para recibirlo.


Siempre le había fascinado ese gesto, como si cuando no lo viera pudiera sentirlo más aún.


Su boca de tacto ardiente, de sabor dulce como toda ella, sus labios carnosos y tiernos esperando su toque.


Recordó aquellos primeros besos en los que se controlaba, en los que decidió no asustarla con su enorme pasión y su necesidad y se sintió transportado a ellos.


Como siempre el encuentro perfecto, todo era perfecto en su boca. Su lengua entró tomando lo que era suyo. Ninguna resistencia, ningún signo de fortaleza en contra, todo pura y simplemente rendición, capitulación, sometimiento consentido.


Sus manos no esperaron y sin orden, buscaron la orilla de la parte superior de su pijama, tirando de ella con cuidado hasta dejar su cuerpo desnudo.


Volvió a atacar su boca, su cara , su frente, deslizando sus labios por su cuello mordiendo suavemente su pulso, dejando que éste vibrara sobre sus labios. Estaba desbocado como el propio de Edward, herido de espera, buscando consuelo en sus caricias.


Nunca había deseado tanto alcanzar la meta, ni había saboreado tanto los días hasta llegar a este momento.


Pequeñas lamidas suavizaron sus mordidas. Ahora la oyó gemir varias veces seguidas. Preciosos sus ruiditos, que calaban tan hondo como el agua en la tierra llenandola de vida.


_ Ahora mismo nena estoy ciego, ¡guiame!, ¡pídeme!


Sus palabras, su voz, su aliento quemandola.


_ Cariño no pares.


Cariño, seguía siendo su cariño.


Ataques a su cuerpo como flancos en la guerra. Su boca y su lengua bajando por su cuello. Su mano hasta su entrepierna tocando la humedad en sus braguitos. Su olor en su nariz como una droga.


Un gemido tras una respiración agitada.


Edward la recostó sobre la cama para lentamente bajar su boca hasta su entrepierna, y si el paraiso tuviera localizacion, el suyo estaba allí.


Mordió sobre sus bragas, paso la lengua sobre ellas, tiro con sus dientes y sus manos, hasta arrancarlas.


Las piernas de Bella temblaron moviendo hasta sus caderas.


Sintió que el fuego se había extinguido de cualquier parte, para estar solo presente sobre las sabanas bajo Bella.


_ Edward, Edward, dios... no puedo...no puedo más.


_ sshssssssssss.


Sopló en silencio sobre su coño caliente.


_ sssssss, shsssss. Acabo de empezar nena, aun nos queda mucho por sentir.


Y su boca no habló más porque conquistó su coño por completo. Lengua, labios, dientes, dedos.


Durante segundos lo que a Bella le pareció una eternidad de placer, casi insoportable,donde todos y cada uno de los roces de la boca de Edward, la hacian gemir, y llorar.


Las manos erráticas y perdidas por todo su cuerpo, un cuerpo que conocía a la perfección. Un olor como propio y un sabor para degustar, el de Bella, el que solo podía calmar su hambre y su sed.


Volvió nuevamente a su boca, Besos suaves y delicados, blandos, fueron el comienzo lento de una puerta abierta a la agonía, saltando un intermedio mediocre y vulgar, para convertirse en besos salvajes.


Besos en la boca, buscando su rostro, mordiendo las mejillas, el cuello, lamiendo la piel, buscando su lengua. Besos sin espera, cuya repisración brava e indomable, airea la cara y abriga el alma.


Besos de demencia, de alienación de vesania (locura, furia), donde el instinto gana a la cordura, donde no cabe la demora.


Besos de fuego que salpican ascuas quemando a su paso, arrastrando consigo cualquier vestigio de sosiego y serenidad.


Besos de Edward mordiendo al amor, aferrandose al calor, respirando el aliente de Bella, porque solo ahí es donde podía domar tantos sueños gritando por ser consumados.


Besos escarlata.


Bella sintió como su pudor huía, su control se desvanecía al sentir las manos de Edward entrelazarse a las suyas y las elevó sobre su cabeza, aprisionando su cuerpo con su peso sin dejar de besarla.


Una súplica...


_ Edward por favor.


Una respuesta.


_ Aún no.


Bella entendió el juego, la sumisión hermosa de la que era presa.


_ ¿Qué quieres?, dime ¿qué debo hacer?.


Un gemido ahogado y una contestación


_ Pidemelo, pidemelo nena porque me estoy muriendo.


Y Bella como quien puede salvar de la muerte, como quien conoce el camino de vuelta a casa, como quien conoce los secretos entre dos...


_ Edward necesito sentirte tambien dentro de mí.


Lo dijo abriendo las piernas en un consentimiento pleno, abandonandose a los sentidos, esperando que la colmara, que la inundara, que complementara esa parte de ambos que estaba sin unir.


_ Ahora si princesa, ahora si.


Inició con su cuerpo un baile seductor, rozando su polla los labios del coño de Bella, elevando sus caderas hasta comenzar a invandirla. Cada centímerto un bálsamo para su ahogo. Cada segundo una impaciencia.


Sus ojos clavados hasta la culminación...


















Nota:


Hay alguien a quien quisiera dedicarle uno de esos momentos míos en los que las palabras salen para darles sentido, alguien con un corazón enorme, muy joven de edad, pero sabía en decisiones. Estoy segura que ella lo entenderá. Es para tí paolita32.






“La grandeza de ser pequeño”


Yo de mayor quiero ser pequeña...


Para pasar desapercibida...


Para ir por debajo de los obstáculos que los grandes tienen que saltar...


Para poder ocultarme en cualquier lado cuando me apetezca estar sola...


Para que esas pequeñas cosas que los demás no pueden ver... sean grandes para mí...


Para entender las cosas sencillas que los gigantes no pueden comprender...


Para que, si quieres conocerme... tengas que tomarte la molestia de buscarme...


Para que puedas llevarme en un bolsillo... sin verme y sin que jamás te pese...


Para poder mirarte durante horas y vea que no te das cuenta de mi presencia...


Para que mi voz sea tan bajita que tengas que acercarte mucho para escucharla...


Para sentarme en tu oreja y susurrarte cosas bonitas...


y luego en la izquierda hacerte maldades...


Para imaginarme mundos de ensueño que caben en la palma de una mano...


Para ser yo... una de esas pequeñas cosas que solo alguna gente puede ver...


… Y habrá quien piense que he querido ser grande... nunca será esa mi ambición... porque la mirada de algunos ya me hacen inmensa.






anitina.






Bueno otra nota más, jajajaja, si ya lo sé soy pesada, pero esta es importante, poque quiero proponeros algo.


Este fic nacio como resultado de muchas palabras, muchas ganas, y el empuje de quienes aquella tarde me animaron a escribir. Gracias. Pero os dije que esto era de todas , para todas. Es por eso, que el proximo capítulo lo comenzaré, con una frase o con un poema corto de algún autor conocido, de cualquier época. Brevemente lo comentaré y luego escribiré el capítulo. Lo que espero de vosotras es que en vuestros comentarios, o en el cat del bloc de “guerra de voluntades”, seleccioneis el que más os guste, os llene, os haga sentir o recordar momentos inolvidables. Yo, siempre desde mis ojos, podré comentarlo, podré sentirlo con vosotros, compartirlo y añadir una historia corta si asi lo deseais.


Creo que sería algo hermoso, algo que fuese verdaderamente nuestro.


Y ahora si ya me voy, espero que hayais disfrutado. Gracias una vez más, por estar aquí.

8 comentarios:

  1. Es cierto que iban a haber muchas clases de besos, hasta que reconoció el beso escarlata (para mi de pasión). Espero que después de esto tenga una gran revelación. Anda que Bella no supo como era mejor para ir recuperando memoria que pedirle una vacuna a Edward. Si lo la recupera eso que se ha llevado. Respecto a tarea de poner un poema, encontré uno que viene bien en la situación actual de Bella. Espero que te guste...

    "Había olvidado lo que es suspirar
    al pensar en alguien mas..

    habia olvidado lo que es extrañar
    a alguien que no sabes si regresara

    habia olvidado lo que es querer
    sin siquiera saber quien es

    habia olvidado tantas cosas
    tantas cosas que habia dejado de amar."

    Tovléz

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  2. Espectacular, fenomenal, maravilloso, waoo eres genial escribes muy bien, te felicito. Que buena forma de que Bella recordara teniendo a Edward dentro de ella, compartir lo perdido.
    Me gusta también lo que propones de dejar un pensamiento de un autor.
    Saludos desde Panamá.

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  3. Como siempre me quede con ganas de más, que buena forma de comenzar a recordar de Bella que con la ayuda de los besos, caricias y cuidados de ED. ME encanto y sobre todo me encantan los pensamientos que estas poniendo al final de estos capitulos, estan llenos de mucha sabiduria.

    Mariava

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  4. ani me encanto como siempre hermoso lndo omggggggggggg muero es q es tan lindo espero con muchas ancis el proximo ani siempre me dejas con ganas del proximo cap x q escribes tan bien lo ices con las palbras exactas q parese q para ti es muy facil escribir y describoir todo lo q nos pones me transporto ajajaj me voy al lugar donde ellos se encuentarn dejo q mi mente vuele ajajajaj se q estoy loca peo me encanta leer y imaginarmelo todo gracias ani me encanta leerte besos cuidate nos lemos pronto (CARY) byeeeeeee

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  5. wow!! me ha encantado ani!! me has dejado con ganas de mas!! bueno siempre me dejas con ganas de mas!! me ha encantado todo lo que bella a dicho en el video!! sobretodo lo ultimo xDxD! y edward...me encantaaaaaa! y espero que bella con esto vaya recordando poco a poco y vuelva a ser la bella de antes!!! ha sido increible el capituloo!! me encanta que aunque bella no recuerde nada siente que le pertenece a edward!! me encantaaaaaaaa! bueno ya estoy deseando leer el siguiente capitulooo! siguelaaaaaaaaaaa!
    un besitoooooo :)

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  6. hola ani ,me encanto por fin pudieron recordar lo mas hermoso del pasado y empezar a formar un hermoso futuro juntos y felices de nuevo.Ani eres la mejor cada vez me sorpredes mas y de buen modo eres una ecritora verdadera y si no hases eso como carera ahora eso simnifica q te has echivocado de profesion q de verdad tu don es el de la palabra y yo seria la primera en comprar tus libros.un beso

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  7. Muy bonito, de verdad, muy bonito, muy emotivo, muy de "piel", como es el amor, piel con piel. Gracias por ofrecernos que podamos colaborar de algún modo contigo, en el próximo comentario prometo que te dejo unos versos... Besos.

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  8. lo logre ani, me tarde como 4 dias o creo que mas pero lo he logrado, me he puesto al corriente, y que manera de dejarme con ganas de leer mas, me encanto vuelve la ternura, la pasion, la emocion, lo especial e infinito que es su amor, aaa lo dije ani su amor puede contra todo, y que manera de decirle que lo ama que con pequeños detalles, gestos, que solo el provoca con sus roces, no tw habia dicho de los besos pero sin duda es increible la manera en que los describes y aqui esta el tan esperado beso escarlata, y la tan esperada union de dos cuerpos que se pertenecen, el recuperar el tiempo perdido o mas bien olvidado, el poner en caricias lo que sus almas sienten, piensan y viven, ani que capitulo, grandioso, sigue asi, sigue que en mi has ganado una lectora acerrima, y no solo por la historia que es sin duda preciosa, sino por esas palabras al final de cada capitulo, te lo repito son palabras que me hacen pensar, reflexionar y desear, ani eres genial, asombrosa, maravillosa y una mente poderosa, espero con ansias el siguiente capitulo, besos guapa tq!!!!

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