lunes, 23 de enero de 2012

Capítulo 38 "Nada me haría más felíz”



Bueno Lipri-Pilar, te tocó. Son ya varios meses desde tu primer correo y alguna que otra confidencia la que hemos compartido juntas. Un regalo precioso que me llegó hace unos días y que sin duda será contestado en casa. Pero hoy quiero que mi capítulo sea para tí, para quien un día sin conocerme con sus palabras, me entregó parte de su confianza. Gracias de todo corazón. 



… 



_ Muy importante tiene que ser para que me hayas citado en tu casa. 

Marlena ¿qué ocurre?. 

_¿Importante?. De locura más bien diría yo. 

James observó su rostro completamente descompuesto,mientras que detrás de las ventanas del salón observó la figura de Dorothy moverse en el jardín. 

_ ¿Me prestas atención? 

_ Soy todo oídos. 

_ Quiero más que eso, porque no sé si podrás entender lo que no se como voy a repetir. 

_ Intentalo. 

_ Se han casado. 

_ Se han casado ¿quienes? 

_ Lo sabía, no podrías saber quien. Edward y Bella. Le ha dado su apellido,la ha hecho su esposa, compartirá sus bienes. ¿Entiendes? 

_ Jajajajajaja, ¿en serio?. Jajajajaja, ésto es lo mejor de todo el día. 

_ ¿Donde ves la gracia James?. ¿Has captado algo de lo que te he dicho?. 

_ Jajaja, lo siento, creo que no algo, todo Marlena. Nuestro Edward, ha sido rápido y más inteligente de lo que pensabamos. 

_ Si llamas a eso ser inteligente, es que eres más estúpido que él. ¿Qué ve un hombre en una mujer que no puede competir al mismo nivel en su vida social?. Dime, ¿qué aporta ella a ese matrimonio?. 

_ Yo diría Marlena que una preciosa cara, un cuerpo hecho para pecar, una conversación agradable, todas esas cosas que componen una relación sentimental, algo que por supuesto tú ni conoces, ni pretendes conocer, en la que no crees... 

_ Calláte, no tengo ganas de oír uno de tus sermones. No te he llamado para eso. 

_ Bien tú dirás, pero tengo que decirte algo más. No me extraña que lo haya hecho, yo en su lugar creo que habría actuado de la misma manera. 

_ Necesito actuar rapidamente. ¿Has podido localizarlo? 

_ Lo he intentado. He aporreado su teléfono e incluso me he dirigido a su domicilio, pero no estaba. No podía dejarme ver demasiado, pero al parecer se ha mudado. No obstante seguiré insistiendo. 

_ Espero que lo hagas y pronto. No tengo tiempo que perder. 

_ ¿Qué piensas hacer ahora?. No te das por vencida, se han casado Marlena, es un hecho no una idea. 

_ A partir de ahora James, prefiero estar sola en este asunto, solo necesito que me pongas que me localices por última vez a tu contacto. 

_ Sola, es así como te gusta actuar, como te gusta vivir. Puede que algún día te des cuenta, y ya sea demasiado tarde, que nada sabe bien, sea fracaso o victoria si no tienes a nadie con quien compartirlo. 

Sonó su teléfono móvil, y se retiró para atender la llamada... 

Se acercó a los ventanales para observar los movimientos de Dorothy. No llegaba a comprender como siendo de la misma sangre podían ser tan diferentes. Una la furia y otra el remanso, una el fuego y la otra el agua. Sus gestos eran sumamente delicados igual que su vida externa, sin embargo sabía que detrás de aquel escudo, un mundo interior bullía buscando no sabía que. La vió volverse despacio y mirarlo fijamente. Una sonrisa cálida apareció en su rostro acompañada de un movimiento tímido de su mano. Un saludo que contestó de igual manera. Inició unos lentos pasos adentrandose a través de las puertas de cristal hacia el interior del salón. James no supo que vió de diferente en aquella mujer aquella mañana. Quizás fuera únicamente que le había dedicado tiempo para mirarla, normalmente solía pasar desapercibida. 

_ Buenos días James. 

No acertaba a articular palabra. Muy en su interior pareció escuchar aquel sonido, como si hubiera sido la primera vez. 

_ Veo que como siempre estás sumido en tus pensamientos. No importa, no quisiera molestar. 

Si en durante mil años hubieran insistido en decirle que aquello que estaba ocurriendo era real, no lo hubiera creído. Dorothy sabía hablar, y además tenía una preciosa voz. 

La vio cruzar el salón, pasar junto a él sin hacer ruído y como una ninfa alejarse sin mover el aire. 

Se volvió rápidamente, no estaba seguro si lo que estaba ocurriendo era un sueño, o algo que formaba parte de ese instante. Grácil en sus movimientos Dorothy le recordaba mucho a su madre, menuda, con buena figura pero simulada tras vestidos nada favorecedores, espalda recta, pelo abundante y largo, que normalmente llevaba recogido, apenas sin maquillaje. Pero ¿qué le estaba ocurriendo?.Nunca había definido así a una mujer. Su interés por ellas era más que reconocido, gratas, agradables, divertidas y poco comprometido con ninguna de ellas. La única en su pensamiento Marlena y en definitiva un caso perdido. Quizás fuera precisamente ese el motivo de su interés, jamás ninguna mujer le había demostrado la misma indiferencia que el a la hora de llevar una relación. Reaccionó impulsivamente. 

_ ¿Dorothy?, no te vayas. Lo siento no sé en qué estaba pensando. Ha sido un error no saludarte al menos. 

La vió girarse sobre sí misma y mirarlo con cierto pudor. No había reproche en su rostro, y su mirada era limpia. Parecía estar acostumbrada a no ser vista, a que nadie prestara atención a sus palabras. 

_ No pasa nada, pensé que tenía cosas importantes en qué pensar. 

_ Ha sido incorrecto por mi parte. 

_ Pensé que Marlena estaba contigo, esta mañana estaba muy alterada. 

_ Ha recibido una llamada y debe ser importante, hace ya varios minutos que se marchó o al menos eso creo. 

_ ¿Te apetecería una taza de té?, iba a prepararlo ahora. 

_ Sería un placer, pero solo si lo tomamos juntos. 

_Bien acomodate, será solo un momento. 

_Tengo una idea mejor. ¿Podría acompañarte?,no quisiera estar aquí sin compañía esperando que Marlena termine su conversación. 

_ Claro, como quieras, pero si mi hermana no te encuentra al volver, su día será aún peor. 

_ Eso no sería nada nuevo, ¿no te parece?. 

Hizo el intento de sonreír, pero tapó su boca con su mano para disimular todo lo que pudo. El pequeño sonido de su risa se estranguló contra su mano, así como su gesto cambió en un segundo al ver la proyección de la imagen de Marlena aparecer. 

_ ¿Quien de los dos está contando el chiste?, no hace falta que contestes Dorothy, seguramente era James. 

_ Por lo que veo la llamada no ha motivado ningún cambio en tí, sigues igual o más irritada. ¿Sabes?, sería agradable verte sonreír alguna vez, no es tan difícil. 

_ Puede que no lo sea para tí, y que la vida te parezca demasiado sencilla, la mía es bastante complicada. 

_ Creo que eres tú quien es responsable de esa dificultad. Pero sabes como pienso, cada uno elige como quiere vivir. 

Sintió los pasos sútiles de Dorothy hacia la puerta, como un fantasma que sabe está de más. En ese momento no deseaba tener otra contienda. 

_Dorothy espera. ¿Aún sigue en pié esa invitación? 

Miró a su hermana, como pidiendo permiso, como si fuera una invitada en su propia casa. 

_ Había ofrecido a James una taza de té en tu ausencia. 

No hubo respuesta, la mirada le fue devuelta con indiferencia, fría, sin consentimiento ni oposición. 

_ Por supuesto James, la prepararé en un abrir y cerrar de ojos. 

Oyó las palabras de James perderse mientras se alejaba. No quería prestar atención a la conversación que ambos hubieran mantenido. Años de impotencia, de no ser tenida en cuenta, de no existir ante los ojos de su hermana, le habían demostrado que la ignorancia era la mejor respuesta para no seguir hiriendose a si misma. Sintió unos pasos cercanos y sus hombros se encogieron. ¿Qué había hecho mal esta vez?. 

_Dorothy soy yo. 

Extrañamente la calmó de momento, para luego tensarse aún más. ¿Qué pensaría su hermana si James la dejaba para acudir a su encuentro?. 

Cada una de sus repuestas fue observada y reconocida por James. 

_No tienes de qué preocuparte, habíamos terminado de hablar o mejor aún había concluído de dar órdenes. 

Nuevamente arrancó una pequeña sonrisa. 

_ Estás muy guapa cuando sonríes, pero quizás sea mejor que Marlena no nos vea a ninguno de los dos, si no queremos que su día empeore por momentos. 

Volvió a sonreír esta vez mucho más ampliamente. 

_ Lo siento, de verás, no quisiera ocasionarte ningún problema, pero tu manera de permanecer inalterable ante ella, me sorprende y me agrada. No había visto jamás a nadie tratarla de igual a igual. 

_ No creas que es algo tan admirable. 

_ No para tí. 

Se acercó a ella hasta una distancia mínima donde pudo observar en sus ojos la angustia de sus últimas palabras. 

_ Puede que si alguna vez lo intentaras, comprendieras que también puedes hacerlo. 

_ Creeme, si nadie la contradice todos vivimos más tranquilos. Tiene un fuerte carácter y es mejor que ella crea, que piense, que todo se rige por sus reglas. 

_ ¿Y no es siempre así?. 

_ No siempre, al menos para mí. 

_ ¿Cómo ignorar a la bestia? 

En cuanto oyó sus propias palabras se arrepintió de haberlas dicho. 

_ Lo siento no debí.... 

_ Está bien así, no pasa nada, podrías llamarla de cualquier manera, y todas ellas encajarían en su perfíl, pero todo eso que ves está en su exterior. Marlena no está hecha para pensar, es un volcán de sentimientos. Buenos o malos los escupe porque no puede retenerlos. 

_ Demasiada considerada tu respuesta. 

_ No puedo estar en contra de mi familia aunque no esté de acuerdo con lo que piensan. Tampoco puedo cambiar las cosas. 

_¿Batalla perdida?. 

_ No James nunca inicio batallas que se no tienen sentido, es mejor no exponer lo que uno no tiene y yo no tengo valor. 

Detrás de aquella muñeca casi de porcelana había algo más.Unos pensamientos profundos y unos sentimientos casi desconocidos para él.Estaba más que claro que ese era el día de las sorpresas. 

_ Dejemos esta interesantísima charla de momento ¿te parece?, creo que será lo mejor, y vayamos por ese té, que antes de hacer ya se está enfriando. 

Miró como caminaba y como un hipnotizado la siguió. Indiscutiblemente Dorothy no sabía, no conocía de su habilidades para agradar a las personas. 



…. 



_ ¿Doctor Oreggiani? 

_Sí,soy yo. 

_ Soy Edward Cullem,no se si le habrá dicho su asist.... 

_ Si Edward, sí sé quien es uste, y ya estaba empezando a pensar que nuestra Bella no necesitaría nada de nocostros hasta la fecha de la revisión. ¿Ocurre algo? 

_ No no se preocupe, solo lo llamaba porque tengo algunas sospechas y soy yo el que necesita respuestas. 

_ Adelante entonces. 

_ No quisiera importunarle, se que su tiempo es importante, y podría tomar cita. 

_ Edward de ser así yo mismo lo hubiera sugerido. En cierto modo no crea que le hago el favor a usted, Isabella es una persona extraordinaria, nos cautivó a todos, y sé que a su lado ella es felíz, o lo será cuando recupere completamente sus facultades. 

_ Se lo agradezco. Doctor creo que Bella está embarazada, ella aún no lo sabe, no creo tan siquiera que sopese esa posibilidad, pero algo me dice que podría estarlo. 

_ Bien, no podemos adelantar acontecimientos, no tenemos diagnóstico alguno al respecto, y si así fuera, solo podría decirle enhorabuena, si es que ambos lo desean. 

_ No hay nada que me hiciera más feliz crealo, pero ella está convaleciente aún de su intervención, ¿no es demasiado pronto?. 

_ Edward, un embarazo puede ser planificado, pero algunas veces no lo es. Ella es una persona sana, joven, enamorada y por lo que pude observar usted también lo está y mucho. Es maravilloso para mí pensar que entre los dos todo marcha bien, que no existen miedos ni momentos aún de tensión, que han podido recuperar al menos su relación como pareja pero quizás sea aún determinado pronto para pensar en la posibilidad de un embarazo. Lo único que tendremos que tener muy encuenta a la hora de la revisión es pensar que no puede ser sometida a ninguna prueba con rayos, nada mas. Dejelo de mi cuenta, las pruebas se harán con mucho detenimiento e incluso si para entonces su período no ha bajado, seré yo el que establezca las condiciones de las mismas. 

_ Gracias doctor me relaja oír lo que acaba de decirme. 

_ Sin embargo aún le noto preocupación en su voz. ¿Hay algo más que quiera saber?, ¿qué le preocupa?. 

_ Para mí es algo complicado exponer cuestiones íntimas de nuestra relación y mucho más sin que ella esté al corriente. 

_ No está hablando con un amigo en este momento Edward, aunque podamos llegar a serlo, está hablando con un médico, no quisiera tener que recordarle que en estos instantes no solo velo por la salud de un paciente, sino que soy casi su confesor. 

_ Era todo lo que necesitaba saber. Quisiera conocer si en su estado, si estuviera embarazada, tendría que tener alguna restricción a la hora de nuestras intimidad. No sé como explicarlo en estos momentos de otra manera. 

_ Edward trata de decirme si puede mantener relaciones conyugales con su esposa en estos momentos, y también es normal que le preocupe, no tiene porqué saberlo todo. Bella ha sido intervenida, pasó junto a nosotros 12 días en un hospital. Cuando la dejamos marchar lo hicimos porque estaba sana, curada, solo necesitaba ciertos cuidados. Alimentarse bien, controlar los ejercicios de su brazo, procurar no estar sometida a presión, sobre todo por los recuerdos y descansar. Si hubiera habido alguna otra consideración que tener en cuenta hubieran sido informados de ello sin dudarlo un solo instante. 

Escuche atentamente Edward, relajese, quizás ella lo esté más que usted en estos momentos. Su esposa es alguien muy especial, sensible pero muy fuerte a la vez, no hay más que observar como fue capaz de recuperarse, y lo hizo mejor que toda su familia, incluso sin recordar. Su analítica cuando salió del hospital era la de una joven completamente sana. Disfrute de lo que le ofrece Edward, sea feliz, hagala todo lo feliz que sé que quiere hacerla. No tenga miedo, dejela vivir. Las relaciones a las que usted se refiere solo son la consecuencia de un amor que por encima de todo ha prevalecido ante cualquier problema. No se cierre. Quizás tenga que tomar cita, pero para ser tratado si siguie con tanto temor. 

_ No tiene ni idea de lo importante que es para mí. 

_ Si no lo supiera no estaríamos manteniendo esta conversación. Ví cada día sus gestos hacia ella en el hospital. Observé muy detenidamente antes de verla marchar como sería su vida, que estaría en el lugar donde correspondía. Ya le he dicho Edward que conocer a Bella y tratarla como paciente y como persona fue muy especial. Ahora hable con su mujer, muestrele su mundo sin miedo, ella está preparada para eso y mucho más. 

_ No sabe cuanto le agradezco sus palabras. 

_ Pues no hable más y haga lo que le digo. Además recuerde que en una semana nos estaremos viendo. Espero ver a esa mujer que nos impresionó a todos en la primera ocasión, pero esta vez sana y completamente feliz. Esa será su misión Edward. 

_ No tenga la menor duda. Muchas gracias. 

Colgó el teléfono y respiró profundamente. Sí, estaba convencido , todo iría bien. El la amaba con toda su alma, la quería con todo su corazón, y la deseaba con todo su cuerpo. 

Oyó sus risas y las voces de Alice aproximandose al despacho. Habían almorzado juntos y nuevamente la había visto deborar en los postres helado de todos los sabores, jugando con la cuchara, lamiendola por todas partes, ofreciendole pequeñas cantidades para a continuación quejarse mimosamente que él se había comida la mayor parte. Sonrío al pensarlo, e inconscientemente su sonrisa se amplió al pensar en la posibilidad de que estuviera embarazada. Todos sus sueños podrían hacerse realidad, podría tenerlos al alcance de su mano, excepto el acoso de Marlena. No estaba dispuesto y mucho menos ahora a que nadie les robara la felicidad. 

La vio entrar al despacho y correr hacia sus brazos, los mismos que la estrecharon de una manera tierna y a la vez posesiva, pasando las manos por su espalda hasta la parte baja de su cintura donde se detuvo para acariciarla. Se detuvo un instante a mirarla. No era posible que cada día estuviera más bonita. 

_ ¿No hay un beso para mí? 

_ Traía muchos, pero si solo quieres uno tendrá que ser especial. 

_ Dios no puedo con vosotros, estáis siempre igual. ¿No os cansáis?, pareceis colegiales. 

_ Alice lo siento, pero es así como me siento. ¿Y tú no tienes nada que hacer? 

_ ¿Estoy oyendo bien?, ¿mi querido hermano me dice sutilmente que me vaya? 

_ Creo que algo así Alice. 

_ No sé como puedes haces eso Edward, ¿no te da verguenza? 

_ En absoluto, ahora mismo quisiera estar contigo a solas en cualquier parte y presiento que si no me explico de esta manera, no lo entenderá. 

_ Un momento, no soy torpe pero creo recordar que has sido siempre tú el que me has enseñado a guardar las normas sociales. 

_ Alice eres mi hermana, contigo no tengo porque guardar nada. 

_ Bien eso más o menos equivale a un fuera de aquí. 

Lo dijo con una expresión entre cómica y dramática. 

_ Completamente preciosa. 

_ Alice no le hagas caso, se está riendo de tí. 

_ Oh no, en absoluto. No tienes ni idea de como he llegado a conocerlo. Aunque por supuesto me gusta mucho más ahora, antes era ¿cómo decirlo?, un tonto inaccesible y petrificado. 

_ ¿Y ahora? 

_ Simplemente, un mal educado divino, jajajajajajaja. Gracias por el milagro Bella. 

Los tres se rieron a la vez y salieron del despacho. Edward retrasó sus pasos lentamente para tomar a Bella del brazo y volverla con cuidado. Tomó su cara con las manos y la acercó a la suya. 

_ No creas que me quedaré sin él. 

Esas fueron sus palabras antes de acercar su boca a la de Bella y sellar sus palabras en un beso suave y lento, cargado de deseo. 

_ Definitivamente no tenéis solución aunque hay lugares reservados para estas cositas. ¿me estais escuchando?. No claro que no, no tengo ni idea de para qué estoy hablando. 

Si las palabras tienen voz, ni Edward ni Bella se hicieron eco de ellas. 



…. 



_ ¿James? 

_ ¿Sí?, ¿Quien eres? 

_ Siento molestarte, soy Dorothy. 

Algo extrañado y a la vez sintiendo una grata sensación... 

_ Molestarme no, más bien es una sorpresa. 

_ Bueno en cualquiera de los casos, disculpame. He decido llamarte y aún no encuentro el motivo exactamente de por qué tú,ni que es lo que podrás hacer, si es que es necesario. 

_ ¿Qué ocurre? 

_ ¿Recuerdas la conversación telefónica que Marlena atendía esta tarde mientras esperabas? 

_ Por supuesto, no pareció nada felíz cuando regresó. 

_ He averiguado quien era la persona con quien hablaba y empieza a preocuparte profundamente. Esta vez creo que no está midiendo las consecuencias. 

_ ¿Quieres que nos reunamos en algún lugar?, ¿Puedes hablar Dorothy? 

_ Ha salido de casa, puedo hablar con tranquilidad. 

_ Entonces ¿a qué esperas?, vamos. 

_ Jame, ha hablado con Esme, Esme, ¿lo entiendes?, ¿sabes lo que eso supone? 

_ No entiendo que quieres decirme, no veo que es lo que te preocupa. 

_ James no conocéis a Marlena como yo puedo llegar a ver en su mente. No sé que han podido estar hablando, pero seguro que está relacionado con todo el plan que tiene previsto contra Bella y Edward. 

_ ¿Qué sabes tú de eso?. 

_ James ahora no es momento de preguntar como y qué es lo que sé. El hecho de qué Marlena ni cuente conmigo para nada, no significa que como hermana no esté pendiente de sus movimientos e intente en todas y cada una de las situaciones persuadirla. 

_ ¿Lo consigues?. 

_ Nunca, pero no dejaré de mostrarle lo equivocada que puede estar. 

_ Me alegra saberlo, ya somos dos. ¿Qué se supone que debo hacer?. 

_ No lo sé, ni tampoco quisiera averiguarlo, pero presiento y con mucha fuerza que esa mujer no traerá nada bueno a esta familia, aunque solo sea en recuerdos. 

_ Cualquier paso que hagamos ahora sería levantar sospechas. Dorothy no quiero que hagas nada, ya has hecho demasiado ¿entiendes?. 

_ Como digas, pero por favor utiliza todos y cada uno de tus poderes de seducción con mi hermana,intenta hacerle ver que se equivoca. 

_ Dorothy, ¿qué sabes tú de mis poderes de seducción?. 

Pronunció la frase mitad sorna mitad curiosidad, le gustó la forma en que esta nueva mujer que aparecía ante sí lo había pronunciado. Cada segundo que pasaba escuchando su voz, se encontraba más tentado a pedirle una cita. Debía estar loco. 

_ James, ésto no es un juego, llega mucho más lejos que todo eso. No estuve conforme jamás en la forma en que Marlena estaba tratando este asunto, no me gusta herir a nadie ni jamás me he considerado con derecho a juzgar a las personas, demasiado sufro sobre mí los propios juicios de mi familia, pero mientras se trató de un aviso, no lo consideré nada importante. Lo siento fue mi error. Pensé que si verdaderamente para Edward era solo un capricho, pronto se olvidaría de ella. Pero no es así, está enamorado de ella, sigue con ella, Bella está viviendo en su casa, forma parte de su familia, de alguna forma le está mostrando a todos que es importante para ella. ¿me entiendes?. 

_ Perfectamente preciosa, e incluso hay mucho más. 

Seguir hablando con ella era en esos momentos casi necesario.Dorothy era una persona exquisita, inteligente, delicada y tenía sentimientos. No estaría nada mal, no no era eso lo que estaba pensando. Para ser sincero lo que quería en ese momento era tenerla cerca y poder compartir toda la información de la que disponía con ella. Poder mirarla a los ojos como lo había hecho aquella misma tarde y saber si lo que decía era sincero. 

_ Dorothy quiero que nos veamos. Hay muchas cosas que deberías saber quizas juntos podamos elegir un medio para impulsar a tu hermana a retroceder en sus pasos. 

_ ¿Crees que estaría bien?, si Marlena averigua que nos hemos visto añadiremos más rescoldos a ese fuego que ya arde en ella. 

_ No tiene por qué saberlo, será nuestro secreto. 

_ No me gusta hacer cosas a escondidas James, yo no estoy acostumbrada a esconderme de nada, demasiado supone ya para mí ocultar lo que siento. 

Si hace unos minutos tenía interés, éste iba en aumento. Indiscutiblemente tenía que conseguir un rato a solas con ella. 

… 

Sintió su vacio en la cama, sin embargo el tacto de las sábanas era aún caliente. Abrió sus ojos y permaneció sin ver nada hasta que sus ojos se hicieron a ella, obteniendo a los pocos segundos una imagen del conjunto de la habitación. Cubrió su cuerpo con los pantalones del pijama y sin dar tiempo a más salió del dormitorio. Angustia era la palabra que definía en esos momentos su estado. Prefirió no pensar. Bajaba las escalores cuando escuchó algunos ruídos provenientes de la cocina. Algo que no supo explicar se calmó dentro de su interior. Fue totalmente feliz con lo que vió. Se apoyó en el marco de la puerta para verla moverse medio a oscuras. Parecía una niña robando golosinas. Su cuerpo aún cubierto por la bata compañera de ese camisón maligno y osado para su deseo, podía dejar verse al tras luz. Una sonrisa perfecta se incorporó a su rostro. Hacía unas horas se había quedado dormida en sus brazos mientras le hablaba. No quiso despertarla y apagar los deseos que nacían de él y sin embargo no podía controlarse nuevamente. 

_ ¿Qué rebuscas princesa?. 

Se volvió entre asustada y consintiendo que la hubiera descubierto. 

_ ¿No hay nada dulce?, ayudame a buscar. 

_ ¿Algo en concreto?, ¿Helado?. 

_ Eso sería estupendo, pero ya he revisado dos veces el refrigerador. Nada te lo aseguro. ¿ A tí también te apetecería?. 

_ Jajajajajaja, no nena no, lo que me apetecería y me apetece lo llevas todo puesto. 

Se miró hasta sus pies y volvió a enfocar sus ojos en él. 

Edward se dirigió hacia una pequeña alacena de la que extrajo unos cereales chocolateados. Se sentó en una de las sillas y con el dedo índice hizo el gesto de llamada para que acudiera hasta él. La sentó en su regazo sosteniendo con una mano su cintura y con la otra el paquete de los cereales. 

_ No es helado y lo siento, pero tienen chocolate. Algunas noches cuando trabajo hasta demasiado tarde ponen un punto divertido y apetecible en esas horas complicadas. 

Siguió sus movimientos viendo como su pequeña mano buscaba en su interior para sacar una pequeña cantidad y llevarlos hasta su boca. Se vió así mismo sonreir sin poder ocultar la felicidad de su rostro. 

_ Están buenísimos, me quedaría trabajando cada noche y poder disfrutar de tu secreto. 

La besó suavemente para decir a continuación... 

_ Ahora que se que te gustan, podría comerlos de tu boca, serían aún más sabrosos. 

Bella se abrazó a su cuello y se acercó hasta su oído para hablarle muy bajito. 

_ Podrías empezar ahora mismo si lo deseas. 

Sin terminar la frase su cuerpo completo había reaccionado, como si esperase solo una señal para acariciarla y hacerla suya. 

_ Podría y es lo que más deseo, pero antes quiero preguntarte algo. 

_ Soy toda oídos. 

_ ¿Recuerdas cuando vendrá tu próximo período?. 

Lo miró entre curiosa y ansiosa. No lo recordaba. 

_ Bien no te preocupes, lo tuviste antes de tu intervención, es normal que lo hayas olvidado. Faltan cinco días. 

Volvió a mirarlo pidiendo una explicación, pistas necesitaba pistas, saber que relación tenía ese momento con su siguiente ciclo. 

_ No quiero que me tomes por loco, tampoco sé si lo que voy a decirte puede ser cierto. Llevas unos días deseando helado a todas horas, con más apetito del habitual y podría asegurar, que algunas de nuestras sesiones íntimas (lo dijo guiñandole un ojo), podría tener una preciosa consecuencia (esta vez llevo su mano hasta su vientre). 

No dejó de mirarla de ver sus reacciones, entre ¿me río?, ¿de qué estas hablando?, ¿cómo has llegado a esa conclusión? y ¿qué más?. Si era cierto lo que estaba viendo el rostro de Bella tenía una ilusión reflejada que lo llenaba de calor por dentro. 

_ Dime algo nena, sé que es una locura, pero... 

Todo dicho en una frase. 

_ Una locura no, un milagro maravilloso. 

_ ¿Tú también lo desearías a pesar de ser demasiado pronto para tí?. 

Acarició ligeramente su rostro con el dorso de su mano. Nunca le había parecido Edward tan sensual, tan inquitante, tan hombre y tan tierno a la vez. Se acercó lentamente hasta su boca para hablar sobre sus labios. 

_ Nada me haría más feliz. Te amo. 

Con mucho cuidado dejó los cereales sobre el suelo, la tomó en brazos y subió con ella las escaleras. Silencio y miradas complices eran suficientes para saber que si aún el milagro no había ocurrido, no tardaría en hacer aparición... 







Bueno chicas tomar aire porque empieza lo mejor. Mi idea es clara, está completamente trazada, pero ¿os gustaría proponer algo para añadir al fic?. Solo tenéis que dejar vuestras ideas en los comentarios y os aseguro que las tendré en cuenta. Besos y hasta la próxima semana.

lunes, 16 de enero de 2012

Capítulo 37 "Momentos difíciles"



Bueno este capítulo me gustaría dedicarselo a una de las chicas con la sonrisa más escandalosa que conozco, y a quien me alegra la vista permanentemente con imágenes y fotografías. Gracias por hacerme reir siempre guapa, es un lujo hablar contigo. 


........


_ Ja,ja,ja,ja 

_ Por favor no más, no más. 

_ Tú te lo has buscado. 

_ De eso nada. 

_ Solo he dicho lo que pensaba. 

_ Eso es, y lo has hecho muy bien. Creo recordar que estas han sido las palabras “podrías haber sido barbero”. 

_ Ja,ja,ja,ja 

_ Nena estás preciosa cuando te ríes. 

_ No sé si podré soportar un piropo más. 

_ Los tengo todos para tí. 

_ Eso está muy bien. 

_ Deja esa cuchilla por favor. Ja,ja,ja,ja. 

_ ¿No quieres que siga?. 

Tiró de la toalla dejandola completamente desnuda ante sus ojos, y su corazón junto a todo su cuerpo, tembló ante tanta belleza. Nunca dejaría de asombrarse al sentir como cada parte de su ser vibraba solo con mirarla. La textura de su piel, su color, sus gestos en la cara, sus posturas tan femeninas, sus manos intentando cubrir su cuerpo, ahora no de pudor, sino mostrando solo lo que quería dejar ver. 

_ No me mires de esa forma. 

_ ¿Cómo lo hago? 

_ Tus ojos me piden cosas, todas las cosas. 

_ Las quiero todas princesa. 

_ Y son tuyas, por eso no te entiendo. Si ya las posees, ¿por qué las sigues pidiendo? 

La atrajo hacia sí, desnuda contra su cuerpo, y retiró la toalla que cubría su desnudez. Una vez más, piel con piel. Los cuerpos aún calientes del agua, rozandose, amandose sin instrucciones, preparados para un nuevo encuentro. 

_ Siempre serás mía, y sin embargo siempre te pediré permiso. Jamás haré nada que no desees tanto como yo. Y te deseo cada minuto. 

Se acercó a su boca sin dejar de mirar a sus ojos, esta vez no para pedir, sino para verse dentro de ellos y silenciosamente depositar un beso húmedo y lento en sus labios, los mismos que se abrieron carnosos y expuestos para recibirlos. Sin prisas sus lenguas fueron iniciando el recorrido del encuentro, produciendo en cada contacto y en cada retirada, una sensación conocida a ambos. Pero no fueron solo sus labios, ni sus lenguas, sino al unísono manos acariciandose y caderas rozandose buscando siempre el baile infinito. Pequeñas caricias que ocasionaban grandes respuestas. Edward retiraba las hebras de su pelo aún mojado, de sus hombros mientras que arrastraba sus dedos al hacerlo por su cuello y masajeaba con ellos cada centímetro de su piel. Bella jugaba con el pelo húmedo de su nuca, acariciandolo con su mano y dibujando con ella el perfil de su rostro. Arqueada su cintura, encajando en el torso de Edward, sintiendo el mismo trato que una muñeca de porcelana, frágil y valiosa. Suspiró dentro de su boca un aire calido nacido desde el fondo de su vientre, el mismo que comenzaba a contraerse desde las primeras caricias. Se separó sin quererlo para volver a mirarlo. 

_Es tarde cariño, muy tarde para inciar algo que no podremos terminar y me hiciste anoche una promesa. 

_ Y todas las promesas las cumplo. 

_ Por eso aún te quiero más. 

_ ¿Cumplirás tú la tuya?. 

_ No te fallaré. Mientras acudes al despacho solo saldré en compañía de Alice y siempre vigiladas. No estaremos demasiado tiempo fuera de casa y tendré el teléfono siempre disponible. 

_ Muy bien. Ahora dime ¿donde irás?. 

_ Ayer Alice me habló de mi casa. Me gustaría ir allí, mirar, oler, ubicarme en otro lugar antes de vivir contigo en casa. Podría recordar al estar rodeada de otras cosas que formaron parte de mí, y si es así será bueno para los dos. 

_ No voy a oponerme a que lo hagas, pero ten mucho cuidado. Y ya sabes, si ves a James o te encuentras con alguien a quien no recuerdes y te haga preguntas, deja que sea Alice la que conteste por tí, ella sabrá que hacer. Los hombres no os perderan de vista ni un solo segundo, tienen instrucciones de seguiros a cualquier parte. 

_ Seré muy cuidadosa y haré todo lo que me dices. 

_Sino es así te aseguro que te encerraré en este cuarto. 

_ No sería mala idea si me tratas como lo has hecho. 

_ No me provoques. 

Le dió una cachetada en las nalgas mientras que le ofrecía un guiño seductor y sexy. 

_ Ahora ¿quien provoca? 

_ Si haces trampas, yo también tendré que usarlas. 

Su risa invadió la habitación llenandola de alegría. Si seguía contamplandola no encontraría el momento de marcharse. 

_ Tapa ese cuerpo hecho para volverme loco o me harás olvidar todas y cada una de mis promesas. 

… 

_ Lara ¿qué hora es?. 

_ Veo que la mañana se te está haciendo demasiado larga. 

_ Hoy ha sido un día de locos. 

_La locura solo la tienes instalada en tu cabeza. No paras de mirar el reloj esperando que Bella te llame, ¿por qué no lo haces tú?. 

_ No quiero parecer un histérico. 

_ Pero si no la llamas lo serás. Vamos Edward, han pasado solo dos semanas desde su intervención, no te has separado de ella en ningún momento, el trabajo ha ocupado solo pequeños espacios desde casa, y lo peor de todo, es que hay un motivo detrás de todos ésto para estar alarmado. Aún así, cualquier cosa que hubiera sucedido lo sabríamos en el mismo instante. Hay tres hombres vigilandolas. Ha estado encerrada demasiado tiempo, está con Alice y estará feliz de ver que puede hacer una vida medio normal. Llamala, vamos deja que sea tu bálsamo como tú lo eres cuando ella está perdida. 

Lo dejó solo en el despacho. Si lo conocía como creía no tardaría en llamarla, cuando todos sus miedos y su intranquilidad le dejaran espacio para pensar con claridad. 

Y se decidió por un mensaje. 

…. 

De Ed a Bella. 

¿Donde estás? 

¿Por qué no me llamas? 

Creo que te encerraré al llegar a casa. 

Te quiero. 

…. 

Oyó sus risas y levantó la vista de su teléfono. 

Se dirigió a toda prisa hacia la puerta de su despacho oyendo cada vez más intensamente su voz. Abrió la puerta y la buscó siguiendo los sonidos de su voz. Allí estaba, tan feliz como la había dejado horas antes. Sus mejillas ligeramente rosadas, sus ojos brillantes, su boca articulando palabras que él no escuchaba. Bella se volvió para miralo como si sus ojos la hubieran llamado. Sus pies se encaminaron rapidamente hacia él buscando la cercanía, y todo su cuerpo de estrelló contra el de Edward buscando su abrazo. La estrechó fuerte como quien lleva mucho tiempo sin disfrutarla sin tocarla. 

_ Nena, ya estás conmigo. 

Intentaba prestar atención a todas y cada una de las palabras que en su mente tardaban en convertirse en frases. La velocidad de Bella hablando era tanta, y con una energía hermosa, que no acertaba a comprender todo lo que le transmitía. 

_ Para, para despacio princesa, no puedo seguirte. 

Bella suspiró casi bufando. Su corazón latiendo rápido y su respiración agitada llevando aire hasta su rostro. 

_ Edward, he recordado cosas, jajajajaja, muchas cosas. ¿sabías que no sé cocinar?, dios mio no es solo eso, soy un desastre en la cocina. Oh Edward lo siento, lo siento, no podré prepararte nada. 

_ Cocinaré para los dos nena. 

Sonreía mientras lo decía, su niña estaba volviendo. Ahora tendría a las dos. 

_ Edward hay más cosas, más cosas. 

_ Cuentámelas todas. 

_ No ahora no, tengo hambre. 

_ Por cierto ¿que le haces hermanito?, lleva toda la mañana hablando de comida. 

_ Es cierto, la he vuelto loca, pero estaba tan contenta que solo hacía pensar en galletas, helados, muchos helados. 

Como una máquina de relojería perfecta, la memoria de Edward recordó la apuesta. ¿Helados otra vez?. Recuperó rapidamente la imágen de Bella comiendolos, casi deborandolos, relamerse los labios y pedir más. Y casi instintivamente una sonrisa apareció en su rostro. Si las reglas de la naturaleza no fallaban, Bella podía estar.... No quiso seguir penandolo, ni imaginarlo si quiera. Demasiado pronto después de la intervención a la que había sido sometida. De sonrisa a preocupación se tornó su rostro. 

_ ¿No te alegras?. Estoy recordando y la salida de hoy me hace feliz. 

_ Claro que sí princesa. Es solo que no me has llamado. 

_ T tú ¿por qué no lo has hecho?. Estaba tan curiosa, tan interesada por ver que podía recordar, tan pendiente de las cosas que podían ayudarme, que el tiempo ha pasado volando. 

_ Vamos cariño, ya estoy aquí. 

Se acercó a su oído. 

_ Te alegrará saber que he recordado en qué consisten tus castigos. Se lo dijo con palabras lentas, llenas de intención de despejar todas las dudas que veía en su rostro. 

_ Da por hecho que te mereces alguno. 

_ Lo espero ansiosa. 

Tomó con ambas manos su cara, y acercó su boca hasta la de Bella, sintiendo que cualquier día no muy lejano sus deseos pudieran hacerse realidad. 

_ Creo que llegó en un maravilloso momento. ¿Estamos celebrando algo?. 

La primera en volverse para darle rostro a esa voz conocida fue Alice, sin que mediara casi espacio de tiempo lo hizo Lara. Ambas se miraron a la vez transmitiendose en secreto su decepción por la interrupción del momento, así como por la preocupación de la respuesta de Bella. 

Pero mucho más veloz en sus movimientos fue Edward, que actuó de manera instintiva acomodandose a Bella en su costado y reteniendo con su brazo, rodeando su cintura y enlazando su mano con la de Bella inmóvil. Suficiente señal para que lo entendiera. Aquella mujer debía ser Marlena. 

En cuanto sintió la presión de la mano de Edward, su cuerpo reaccionó en alerta. 

_ Marlena, ¿cómo tú por aquí?. No tenías cita previa. 

_ No Lara no la tenía, pero tampoco creo que sea necesaria para venir a ver los amigos. Iba de paso, pensé que sería buena idea subir un rato para saludar, y por lo que veo no me equivocaba, estais casi a pleno. 

_ También ha sido casual para nosotras Marlena, andabamos de crompras y se nos ocurrió que Edward podía invitarnos a comer. 

_ Una extraordinaria idea, y ¿sin querer parecer curiosa o atrevida puedo preguntar por qué Bella no está trabajando?, has dicho que estabais de compras. 

Pensó durante décimas de segundos dejar a su hermana contestar, pero cambió radicalmente al mirar a Bella y ver como su rostro se endurecía mirando a Marlena sin dejar de temblar. No le ocultaría al mundo ni un minuto más quien era Bella en su vida. 

_ Tu siempre has sido demasiado curiosa y atrevida, espero no molestarte al utilizar tus mismas palabras, pero creo que es el momento más oportuno para darte la noticia. Bella (lo dijo mirandola a los ojos), es ahora Isabella Cullem, no trabajará más en este despacho como empleada, podrá hacerlo en calidad de lo que ella quiera,o simplemente ser inversora, aunque no hay nada más que desee, que se dedique exclusivamente a mí. 

Bien lo había dicho, y su pecho se sintió más libre que nunca. En los ojos de Bella una tímida sonrisa, estirando levemente sus labios decía todo lo que las palabras no pueden abarcar. Era su mujer, la amaba profundamente, y si sus enemigos querían batalla, la encontraría, pero de frente. Besó su pelo y se olvidó conpletamente del resto del mundo para sentir como Bella se pagaba a su costado buscando su calor y la calidez que en ese momento Edward le ofrecía. Pero ese leve momento fue segado con frases rápidas e incoherentes. 

_ ¿Isabella Culem?, ¿cuando?. Esto debe ser una broma de mal gusto Edward. No habeis anunciado compromiso.¿Ha sido un acuerdo?. No entiendo nada, ¿podrías explicarme como ocurren estas cosas sin que tu familia y tus amigos podramos participar? 

Intentaba calmarse y hacer sus preguntas más ligeras. Control, necesitaba control o echaría a perder su plan. Pero su furia luchaba contra ella. 

_ Edward, nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿cómo has podido ignorar a nuestra familia en algo tan importante?. 

No podía seguir escuchandola o su estómago sufriría más de lo que ya lo hacía. 

Levantó los labios del cabello de Bella y volteó su cara entre seria y cínica. ¿Marlena estaba jugando a controlarse?, bien el era un experto del control excepto con su mujer. 

_ Marlena tranquilizate. Me agrada tu entusiasmo y la energía que manifiestas en cada una de tus preguntas. Jajajaja, no sabía que podías preocuparte tanto por mi familia y excepcionalmente por mi vida, es un privilegio. 

La cara de Marlena cambio visiblemente. Cada una de las palabras empleadas por Edward eran un disparo certero a su decepción, a su ira y a su rabia. Lo conocía bien. Edward estaba sentando precedente de su situación con una calma pasmosa. Intentó sonreir ligeramente para desbaratar parte de la expectación creada con las preguntas de Marlena. 

_ Bella es mi esposa desde hace algo más de dos semanas, no hay acuerdos, ni pactos familiares, no es una decisión precipitada si eso es lo que has llegado a pensar, por supuesto que no ha sido ni es un secreto, quienes decidimos que lo supieran lo han sabido desde el principio, esa fue nuestra elección, decidimos quienes tenían que estar, como debía ser y cuando. 

_ Pero ha sido tan repentino que, que... 

_ Que no lo esperabas, una sorpresa, es lógico Marlena. Creo que todos reaccionaran de la misma manera, es comprensible. Pero ambos estabamos de acuerdo en no esperar. 

Dejó de mirar a Marlena, y enfocó sus ojos en los de Bella, dentro muy dentro de ellos, y esta vez lo que vió llenó su corazón más aún de amor de lo que ya sentía. Un mar inmenso en calma, lleno de aceptación por sus palabras, un colore verde intenso de esperanza, de futuro juntos y un brillo majestuoso iluminandolo todo. 

_ Te amo señora Cullem 

Sus palabras sentidas, nacidas del alma, sin importar donde ni como, eran la muestra más hermosa de sus sentimientos. Las msmas que obtuvieron por respuesta un “te quiero” silencioso, articulado en sus labios solo para él. 

_ Como ves Marlena no existieron pactos, solo el amor querida, un grandísimo amor. Vamos chicos estoy aquí, y ahora quien tiene hambre soy yo. 

No podría ser cierto lo que estaban presenciado sus ojos. Edward Cullem su objetivo durante años, el hombre que le había despreciado mil veces, el motivo de su venganza, allí de pié, embebido en la mirada de una cualquiera a la que había hecho su esposa. Solo pensarlo le daba náuseas. Aferrarse a la escasa fuerza de voluntad que le quedaba para poder soportar unos minutos más antes de marcharse y estrellar su odio contra la nada. Control, control, se repetía una y otra vez, como si de óxigeno se tratara intentando llenar sus pulmones. 

_ Sin duda la noticia dejará a todo el mundo sin palabras. 

Lo dijo ahora actuando, ligera en sus gestos,mientras que apoyaba su bolso sobre el escritorio de Lara. Caminó lentamente hacia ambos hasta estar frente a ellos. 

_ Espero de verdad que no os hayais precipitado y que podamos celebrarlo como se merece, aunque con retraso. 

Besó casi sin rozar a Bella, para luego abrazarse a Edward y estampar dos besos sonoros en sus mejillas y luego en los labios. Volvió su cara para mirar a Bella, esperando que ésta mostrara algún sgno aparente de enfado, de celos, de temor. No halló nada, solo calma, una tranquilidad que la enervaba aún más de lo que estaba, al mismo tiempo que hacía crecer su rabia. Pero sin duda alguna las palabras que siguieron la terminaron de enloquecer y desubiar por completo. 

_ Muchas gracias Marlena, por supuesto que lo celebraremos, es amor siempre es motivo de alegria, de fiesta. Este hombre (mientras decía esas palabras buscaba el rostro de Edward encontrando como éste la miraba esperando alguna de sus respuestas), será mío el resto de su vida, al igual que yo prometí ser suya para siempre. 

No dejó de mirarlo ni un solo instante. Sabían ambos que las palabras estaban repitiendose en silencio. Y la boca de Edward no esperó más. Selló la de Bella en uno de esos besos que no se olvidan...