martes, 13 de septiembre de 2011

CAPITULO 19°



Para mi niña Lorena, la cosita más tímida que he conocido en el chat, pensaba dedicarte el capítulo 14, de hecho te lo comenté, pero éste me ha parecido más silencioso, como tú, que sin muchas palabras dices muchas cosas. 



…..La mañana asomó lenta, dejando su luz pausada en una nebulosa sobre su cuerpo. Edward la seguía manteniendo abrazada, ambos de costado. Desde atrás podía sentir su respiración rítmica, segura, calmada. El perfíl de su cuerpo, un mapa de curvas perfectas, la estrechez de su cintura, que podía casi rodear con sus manos y la redondez de sus caderas, su anclaje. Mirarla y sonreír se había convertido en un acto reflejo de su cuerpo, tanta belleza en su mujer, un delito para los sentidos. Gozar de su placer obteniendo con ello el suyo propio, era tan fácil como respirar. Tirados en el suelo, los restos de una maraña de tela que había envuelto a Bella durante tan solo unos minutos. Recordó su reacción al verla enfundada en esa red, prohibido, pecado, lujuria, delirio, embriaguez. Todo eso era lo que había sentido, habría deseado emborracharse de ella para siempre. Todos sus músculos volvieron a contraerse y formar una roca contra la espalda de Bella. No debía estar permitido desearla de nuevo, pero permanentemente su mente y su cuerpo oían su llamada. 



Sus hombros llevaban su marca, una aureóla rosada (recuerdo de su boca mordiendola en el éxtasis), como un animal furioso en plena gloria. Rozó con la yema de los dedos la señal. ¿Le habría hecho otras?. Oirla pedir más fue su perdición. 

La notó moverse y aferrarse a sus brazos. Besó su nuca en un beso semejante a una caricia. 

No quiso despertarla. Esta mañana la mimaría, cuidaría de los destrozos que le había ocasionado en la noche. Salió de la cama despacio, igual que un ladrón abandona el lugar robado y fue hacia el baño. Cerró la puerta. 

Dejó caer el agua por su cuerpo, un cuerpo que aún olía a ella. Miró su miembro, desde que había conocido a Bella, éste parecía feliz haciendo horas extraordinarias. Pensó que el placer residía en todas partes, porque no había un lugar en su cuerpo que no hormigueara al tocarla, o al sentirla cerca. Siempre deseo. 

Miró su reloj. Preparó el baño para lavarla con cuidado, disfrutaría con eso, tocarla con ternura, sanar con caricias sus violentos ataques de amor. 

Se dirigió, envuelto en una toalla en su cintura, hacia la cama con pasos silenciosos, llegó hasta la orilla de la cama, se arrodilló en el suelo y acercó su cara a la de Bella. 

_ Despierta ángel mio. 

Olía a sueño feliz, a descanso, a paz, a calidez al amor de los dos. Sabía que tenía que esperar, pero que al final lo oiría de sus labios.... con los ojos aún cerrados le habló..... 

_ Todas las mañanas deberían ser así, eres más dulce que mi despertador. 

Abrió los ojos encontrándolo muy cerca y tomó una bocanada de aire que fue soltando pausadamente sobre los labios de Edward. La cogió en sus brazos y firmemente, quieto, la besó en la boca. Fue un beso que saluda, que reconoce, que muestra sentimientos, que da sin esperar nada a cambio. Un beso de los “malditos”, porque siempre piden más. La llevó hasta la bañera y la depositó en ella con cuidado. El agua caliente abrazó a Bella acariciando su piel soñolienta, relajándola. 

_ Empiezo a estar tremendamente confundida. No se si me gustas más cuando dominas, cuando mandas, cuando seduces, cuando mimas, cuando te extraño. 

_ Yo no tengo preferencias, contigo es siempre. 

_ Y eso, ¿no te da un poco de miedo? 

_ En absoluto, me hace más fuerte, tener un motivo por el que sentirme vivo y querer entregartelo todo. 

_ ¿Cómo cuando el día cede a la noche? 

_ Eso es, el sol se esconde, pero deja paso a la noche, a un cielo cargado de estrellas, y mientras el día descansa, el ciclo siempre se repite. No es más importante uno que otro, ambos se continuan, se complementan, así es mi amor por tí. 

Tomó la esponja y comenzó a pasarla por su espalda casi sin ejercer presión, notando como la piel de Bella reaccionaba ante su roce. 

_ Perdoname, anoche no fui capaz de controlarme. Fue cruel contigo. 

_Creo que no entiendes bien el concepto de cruel, (lo miró a los ojos). ¿Has oído alguna queja?, ¿me oiste decir que pararas?. Creo que lo único que hice fue recibir y pedir más como una loba. Solo hicieste lo que yo te rogaba, dármelo todo. 

_ Eres una bruja que me hace perder la cabeza, que me nubla la mente, que desata mi furia, que me convierte en una bestia poderosa, en un animal hambriento, en un jodido adicto que busca sin remedio perderse en tu cuerpo. 

_ Edward, es a esa bestia a quien deseo. Pero si quieres disculparte hazlo con mi ropa. 

Rieron los dos. Si cada mañana empezaba de esa manera, comenzaría a solicitar firmemente la vida eterna. 

… 40 minutos más tarde, una enojadísima Alice, esperaba con Thelma y Dana, para subirse al auto de Edward y dirigirse, según ella al matadero. 

_ ¿A qué se debe tanto entusiasmo? 

_ Tengo dolor de cabeza, no he dormido en toda la noche. 

_ ¿Algún motivo en especial? 

Edward le había lanzado irónicamente aquel mensaje, mirándola por el espejo retrovisor, obteniendo un gesto de enfado y una sacada de lengua. 

_ Edward conduce y cállate la boca. Estás más guapo cuando miras a Bella y te olvidas de mí. 

_ Alice, respira profundo y relájate, el camino es muy corto, sin que apenas te des cuenta estaremos allí y pasaremos un buen día. 

_ Estoy segura de ello Bella, porque si no es así, mi cabeza estallará, se hará dos partes y os daré a todos un día que no olvidareís jamás. Tu padre me recordará siempre como el monstruo de dos cabezas, y ese lugar cambiará de nombre, para que no pueda encontrarlo y volver. 

_ Si no querías venir, era tan fácil como haberte quedado en casa con Petter. 

_ Nada es fácil desde ayer Edward, te lo aseguro. Y Edward la comprendía, si Alice aceptaba que algo estaba sintiendo por Emmet, que había una fuerza inexplicable entre ellos, todo iría bien. Si intentaba luchar contra ello, tendría algo más que dolor de cabeza. 

La miró nuevamente por el espejo y le guiñó un ojo. Alice se tapó la cara con las manos, su rostro comenzaba a sonrojarse. A su hermano jamás le había podido ocultar nada. 


… Y allí estaban, en un lugar apartado a pocos kilómetros de Londres, un lugar agradable, una casa pequeña, bien conservada, unida a un grandísimo taller, que se erguía en dos plantas, con amplios ventanales. A la izquierda de la entrada un pequeño terrarrio sembrado con flores de semillas, dando color a la tierra y a la derecha, un sillón de balancín rodeado de macetas colgantes. Separada, pero a poca distancia la moto aparcada del que no quería nombrar ni en su mente. 

Lo vió salir por la puerta de la casa y casi resbaló al bajar del coche. Tras de él, un hombre de mediana edad, de piel curtida pero muy bien conservado, avanzaba hacia Bella hasta estrecharla en sus brazos. 

_ Mi pequeña, cada día estás más bonita. 

_Aunque no sea cierto siempre me lo dirás, pero esta vez el trabajo no es solo mio. Te presento a Edward. 

_Ya me han hablado de él (lo dijo mirando a Emmet). Encantado de conocerte hijo. 

La palabra hijo le arañó deliciosamente por dentro. Charli sabía el tesoro de hija que tenía en Bella y llamarlo hijo era aceptarlo. 

_ Es un placer Charli por muchos motivos, sé que me entiendes. 

Thelma y Dana corrieron hacia Charli y Emmet, entregándole a éste un recipiente cargado de las galletas de la abuela. 

_ La llamé anoche al llegar a casa y al enterarse que habías vuelto se puso manos a la obra, o la masa como prefieras, Me dijo - ese chico es enorme gracias a mis galletas- _ Jajajaja, iré a verla mañana mismo, se merece que la invite a comer, estoy deseando volver a oir sus historias. 

_ Y ella irá contigo a cualquier parte que quieras llevarla, ya lo sabes. 

Una nerviosísima Alice dejaba el coche la última. En sus manos una bandeja cubierta. Zapatillas de deporte, pantalón corto vaquero y una sudadera finísima sobre un top a rayas. 

Sus pasos cortos la aproximaban hacia el grupo. 

_ Bonitas piernas. 

_ Apropiado saludo Emmet, son las mismas de ayer. Usted debe de ser Charli. 

Se acercó a besarlo. 

_ Soy Alice, la hermana de este individuo que mantiene casi secuestrada a su hija y que sintiendolo mucho, he de advertirle que será para siempre. 

_ Jajaja, algo así tenía entendido. 

Extendió las manos para entregarle la bandeja. 

_ No es gran cosa, solo un pastel de carne, pero no todos somos expertos en la cocina como Edward y Emmet o desastres como Bella. Espero que me cuente como empezó entre ella y esa parte de la cocina que atenta contra su vida. 

_ Podría contarte tantas cosas que tendrías que quedarte una larguísima temporada. 

¿Quedarse allí?, ¿Con Emmet mirandola como si fuera comestible?. Ni loca. 


…. La mañana trasncurrió con un largo paseo por los alrededores. La casa estaba situada en medio de un valle tranquilo, sin ruído con sonidos naturales, y olor a bosque. El aire limpio, era fácil muy fácil imaginarse a Bella creciendo allí y recorriendo la distancia hasta llegar a casa de Disart para adiestrar a Azor. Emmet, agarrado de ambos brazos por Thelma y Dana reía constantemente contando historias, algunos juegos compartidos, heridas de combate en peleas infantiles. Alice mantenía los oídos bien abiertos a la conversación de Charli, que narraba ilusionado la construcción de su taller y como su hijo le había sido de gran ayuda. 

_ Es fuerte, muy fuerte. Era el primero en comenzar los trabajos en la mañana. Nos mantenía a todos deseosos de acabar con la tarea de ese día, además de tener que hacer la comida y mantener a Bella alejada de la cocina. 

_ ¿Y qué hacía Bella?, era muy pequeña. 

_ Alice, Bella ha mantenido unida a esta familia siempre, incluso en los momentos más difíciles. Ella es única para nosotros. 

_ Eso no lo pondría en duda jamás, es tan fácil de querer. 

_ ¿Sabes?, nunca pidió nada. Se levantaba temprano con nosotros y antes de ir a la escuela, recogía con mucha dificultad las camas. Mantenía nuestra ropa limpia y ordenada. Asumía muchas responsabilidades con tan solo 8 años. Aunque es algo más que un horror para cocinar, y lo digo con pleno conocimiento, nunca le intimidó hacer lo que estaba en su mano. 

Elaboraba la lista de la compra, hacía un menú para cada día. Hubo tiempos muy difíciles para mí en los que no ejercí de padre como debía. La muerte de mi mujer arrastró de mí y Bella como un ángel y a veces como un demonio luchó por mí. Es mucho más que una hija, es mi guardiana. 

_ Cuando la conocí me pareció frágil y delicada, pero tan transparente. Alguién que no oculta nada, honesta y firme. Que Edward la adore no es nada extraño. 

_ Espero que la cuide. 

_ Lo hará con su propia vida, tendrías que ver como la mira. 

Bella y Edward juntos, agarrados de las manos, sus dedos entrelazados. La cabeza de ella reposando levemente sobre el hombro de Edward. 

_ ¿Qué te parece todo ésto? 

_ Un lugar donde venir a refugiarse de vez en cuando. Un trocito de ti, de lo que ha hecho que seas quién eres. 

_ ¡Hora de volver! ( se oyó a Emmet) 

_ Tú siempre con hambre (comentó su padre) 

_ Hoy especialmente. 

Lo dijo mirando a Alice y ésta dió un traspies que la llevaba directa al suelo. Se acercó a ella para sostenerla por un brazo y ayudarla a ponerse de nuevo en pie. 

_ Me parece que arrastras demasiada ciudad. 

_ Y tú no se como soportas tu cara dura. 

_ Te resistes tanto que no puedo ser de otra manera. Me gustas demasiado y soy muy tenaz. 

Lo miró a los ojos, ojos que en ese momento disparaban fuego y que al mismo tiempo pedían misericordia. 

_ Si esperas que tiemble y me derrita en tus brazos vas listo, puedes morir esperando. 

_ Prefiero que me retes, me gustan las cosas complicadas. 

_ Pues vas a delirar de placer. 

La risa de Emmet resonó formando eco, mientras una indignada Alice corría hacia Bella. 

_¿Cómo puedes ser hermana de esa cosa? 

_ Es un poco bruto, pero una buena persona. ¿Te ha ofendido? 

_ No nena, solo la intimida. De alguna manera estan midiendo sus fuerzas. 

Y Bella lo entendió, ¿Alice y Emmet? Esto si que sería un buen espectáculo, la Bella cotorra y la Bestia. 

_ Jajajaja ….. jajajaja date por vencida Alice. Te lo aseguro no tendrás escapatoria. 

_ Gracias por la confianza, ah y eso lo veremos. 

Metió las manos en sus bolsillos, tenía las ganas de abofetearse así misma. ¿Era tan evidente?. Tendría que actuar de otra manera. Tal vez si se dejara seducir un poquito Emmet perdería el interés. Estaba loca, completamente loca. Si se dejaba seducir caería rendida, y ¿luego qué?. Dios que complicado era ésto del amor y los gustos y los sentimientos. En los libros se veía todo mucho más fácil. Tendría que cambiar sus inclinaciones literarias. A partir de ahora solo leería grandes batallas de la historia. Seguro que Bella podría recomendarle alguna. 

…. Sentados todos en la mesa, como en una gran reunión familiar los minutos iban pasando, para algunos mejor que para otros. 

_ ¿Qué es esa manca negra que hay en el techo de la cocina? 

_ Un recordatorio de las habilidades de Bella. 

_ Por favor papá te lo suplico, no eches más leña al fuego. 

_ Si si, sería estupendo saber hasta donde llegas Bella. 

_ Alice, ésta me la pagas. 

_ No tenía más de 9 años cuando quiso sorprendernos. 

_ Y sabe Dios que lo hizo. 

_Emmet callate, con que lo cuente Charli ya tengo bastante, huelga a los comentarios. 

_ Pues trabajabamos desde muy temprano en el taller, era sábado por desgracia no había escuela ese día. Bella intentó hacer de comer no solo para nosotros, sino para todo el pueblo, almenos en la olla había spaguettis para un regimiento. No sabemos que pudo ocurrir entremedias, ella nunca nos lo contó, solo supimos que algo grande había ocurrido cuando la vimos delante de nosotros mirando al suelo y con las manos agarradas a la espalda. Emmet salió sin preguntar nada, sabía que algo no andaba bien solo con mirarla. 

Yo solo escuché “la olla está en el techo” 

_ Jajaja... Ah jajaja 

_ Jajajaja... AhAhAh 

Las risas duraron durante segundos. 

_¿Qué hicieste nena?, ¿Cómo la subiste hasta allá arriba? 

_ Yo no la subí, ella saltó sola cuando se puso negra, el agua se salía por todas partes hirbiendo y los spaguettis salían disparados contra mí. Recordé las palabras de mi madre – no te acerques al fuego- así que los dejé tanto tiempo que seguro que se revelaron. 

_Fue un desastre limpiar todo, pero ella fue una valiente. Nos ayudó a recoger y a pesar de nuestras risas, no echó ni una lágrima. 

_ Otro día los enemigos fueron las palomitas. ¿Lo recuerdas Emmet? 

_ Cierra la boca Thelma. 

_ Nunca había llegado tan rápido a casa como aquel día. Como Bella no quería encender los fuegos, se le ocurrió meter un kilo de maiz en el horno. Bella dijo - la puerta está cerrada, no pasará nada-. Le hubieran podido dar un premio como artificiera. Cuando el maiz empezó a abrirse,nos pusimos muy contentas, parecía que todo iba bien y saltabamos a la vez que ellas. 

Cuando empezaron a saltar más y más, empujaban la puerta del horno y comenzaron a salir invadiendo todo el espacio aéreo. 

_ Jajajaja 

_ Jajajajajajaj 

_ Esto no vale, os estais divirtiendo a mi costa. Jaja 

Edward tomó su mano y se la llevo a la boca, besandola con una delicadeza exquisita. Emmet y Charli se miraron. En ellos se podía apreciar algo muy especial. 

_ Bueno ya está bien. Las mujeres podríamos recoger todo ésto, ser un poco generosas, los hombres han preparado la comida. 

_ Me gustaría Charli poder medir mis trampas en el pocker contigo y con Emmet, he tenido un buen maestro. 

_ Eso está hecho. 

Las chicas se retiraron recogiendo la mesa y hubo un momento a solas para Alice y Bella. 

_ ¿Qué te ocurre con Emmet? 

_ Bella lo siento, ésto no debería estar pasandome, eres la pareja de Edward y mi amiga. Yo no debería, (se calló) 

_ ¿No deberías qué Alice?.¿Crees que eres tu quién elije?. No Alice estás equivocada, es tu corazón y ante él no puedes hacer nada. Emmet es mi hermano si, ¿y qué?, ¿Tú crees que yo tendría derecho a imponerle quien puede gustarle o de quién puede enamorarse? 

_ No es eso Bella.Yo no he sentido nunca nada así. ¿Puede que salga bien?, pero ¿y si no es así?. No querría perder tu amistad, ni enfrentarme a Edward, ni convertirme en un impedimento para vuestra relación maravillosa que teneís. ¿no lo entiendes?. 

_ Claro que lo entiendo, pero quiero que comprendas y espero que no lo olvides, que he recibido de tí en muy pocos días más de lo que muchos me han ofrecido en años. Jamás me atrevería a juzgarte por algo que puede nacer o no entre vosotros. Si Edward y yo, si lo nuestro no fuera para siempre, ¿dejarías tú de apreciarme, de interesarte por lo que fuera de mí? 

_ No Bella, eso no ocurrirá jamás. 

_ Vés, eso es lo que importa. No quiero que pienses en nosotros, solo en ti, en lo que estás sintiendo, en lo que crees que puede ser. Esto está en vuestras manos. 

_ ¿Cómo es Emmet Bella?, parece tan seguro de sí, como si supiera que nada puede resistirsele. Tengo miedo, esto no es nada parecido al amor que describen los libros. 

_ Alice, puede hablarte de Emmet, pero con tu miedo no puedo hacer nada, yo misma vivo inmersa en él. Mis sentimientos por Edward son tan fuertes que presiento que mi vida se escapó para dar lugar a otra cosa. No es lo que me hace sentir lo que temo, sino dejar de sentirlo. Descubrir todo, asimilarlo y aceptarlo en tan poco tiempo ha sido y es muy duro. 

Cada día te sientes más libre y al mismo tiempo más presa. Sin dejar de ser tú misma intentas superarte, es como intentar alcanzar una meta que unas veces está cerca y otras se escapa, pero ¿sabes? no puedes luchar contra ello, es imposible vencer. Está en todas partes, en su olor, en su tacto, en su mirada, en las cosas que me dice, en la forma en que nos unimos cuando hacemos el amor. 

Alice se puso colorada. 

_ Lo siento Alice, no quería avergonzarte con ese comentario. 

_ No es por eso Bella, es que yo no he...no he 

_ Oh Alice, yo tampoco hasta que conocí a tu hermano. 

Se abrazaron, las dos habían compartido algo hermoso, palabras que significaban mucho más de lo que se decían. 

Bella la miró y acarició su rostro. 

_ Emmet es extraordinario, jamás hará algo que tu no desees. Es o al menos siempre lo ha sido muy selectivo. Ha viajado mucho, tuvo que madurar muy joven. Hubo dos años en los que su vida parecía estar desquiciada. Tenía contratos con Empresas muy importantes, hacía reportajes maravillosos. Ganaba mucho dinero y vivía muy bien. Pero esa vida no le llenaba. 

Quizá porque hemos nacido aquí y este lugar te atrapa, pero te pide cosas sencillas, o quizás porque no le gustaba esa clase de vida. Cuando tuvo más dinero del que podía gastar se hizo independiente. Ahora recorre el mundo buscando sus imágenes perfectas, esas que le hacen bien en su trabajo, que le hacen reconocerse como bueno en su trabajo. Deberías ver sus fotos, las que solo enseña a las personas que le importan o a los que ama. Ha trabajado mucho y muy duro y sin embargo nunca se ha olvidado de Charli o de mí. 

_ Me lo estás presentando como un héroe Bella, me lo estás poniendo muy difícil. 

_ Lo es Alice, lo es siendo un adolescente y lo sigue siendo para nosotros. Unas risas se oyeron en el salón al mismo tiempo que una conversación sobre cartas. 

_ No me lo puedo creer, nosotras en plan sentimental y ellos robandose los ases. 

_ Todo forma parte de lo extraordinario que son, niños entre ellos, amantes magníficos con sus mujeres. No cambiaría nada en Edward, te lo dije aquel día en el desayuno. 

_ Gracias Bella. 

_ ¿Qué piensas hacer? 

_ Pues la verdad, no tengo ni idea, quizá si dejara de temblar cuando se acerca, o no me sintiese pequeña cuando me mira, o no deseara ser más bonita para gustarle, o no caerme cuando me habla y poder seguir siendo una cotorra y no quedarme muda frente a él.... 

_ Jajajaja. Alice, no lo puedo creer, tus libros no te han enseñado nada. Es lo mismo que yo te dije ¿recuerdas tú contestación? 

_ Ni la nombres, esa palabra ni la nombres. 

Rieron sin medida y no oyeron los pasos acercándose a ellas. 

_ Podríamos echar una mano nena? 

_ ¿Donde? 

_ Donde tú me digas princesa? 

_ ¿Ya te has aburrido? 

_ Es imposible jugar con los dos, se han aliado contra mí. 

_ Bueno es lógico son Swan. Y tú Emmet, ¿también vienes a ayudar? 

_ En realidad yo venía a preguntarle a Alice si quería ver algunas de mis fotografias. 

La mente de Alice funció rápidamente “debería ver sus fotos, esas que solo enseña a quienes les importa o a las personas que ama”. La duda no le dejaba decidir. 

_ Solo es una invitación Alice, puedes negarte si quieres, no pienso insistir, sé que si lo hago la negativa sería rotunda. 

_ No pensaba negarme Emmet, me gusta conocer el trabajo de las personas que conozco, dice mucho de ellas. 

_ Pues yo espero que mis instantáneas solo te digan cosas buenas 

_ No pienso preguntar por qué. 

Se rió, supo que si seguía acosandola perdería el terreno ganado. 

_ Espero que no os hagamos falta durante un buen rato. 

_ Estaremos bien Emmet te lo aseguro. 

_ ¿Y donde están esas fotos? 

_ En mí dormitorio, sobre el taller. 

_ No empezamos nada bien. 

Edward y Bella se volvieron, no querían que Alice los viera reirse,y Emmet tuvo que aguantarla como pudo. Estaba seguro que Alice había pensado en alto y no se había dado cuenta de que lo había soltado. Era igual que Bella, no podía ocultar nada. 

Abrió la puerta de la casa y la sostuvo para que Alice pasara. Bajaron las escaleras juntos. Tenía que hablar de algo, ignorar todas las sensaciones que estaba sintiendo solo con caminar a su lado. 

_ ¿Por qué vives aquí Emmet? 

_ No es un sitio para vivir Alice, al menos para mí. En realidad, paso mucho tiempo fuera buscando cosas que me hacen sentir bien, pero podría decirte que al final de cada etapa, necesito recordar quien soy, como me hice hasta llegar donde estoy, las cosas y con la gente que viví. Me gusta darle a las cosas el lugar que tienen. La vida en solitario, los países que conoces, las diferentes culturas, las tradiciones, te llaman a conocerlas, pero cuando estás tan lejos, quien eres, te recuerda volver. 

Llegaron al taller y subieron hasta un espacio abierto grande muy iluminado. Todo estaba en un orden inmaculado. Un sofa enorme en su centro de cara a los ventanales desde donde se podía ver casi todo el valle, las cristaleras hasta el suelo. Al fondo una enorme cama, cubierta con un cobertor de piel. Retiró la mirada rápidamente. Una mesa de madera alargada y muy grande con dos baquetas altas, suspendidas sobre patas de vaca, soportaban unos enormes cuadernos y carpetas. Le indicó con la mano que se acercara a la mesa y se sentó en una de las banquetas. Golpeó suavemente la otra con la palma de su mano para que Alice se sentara y una vez que lo hubo hecho, se la acercó a la suya. 

_ No voy a comerte, te lo prometo. No voy tan siquiera a besarte aunque no hago otra cosa que pensar en ello. Alice se enojó cuando oyó besarte y luego respiró al oir que no lo haría. 

_ Relájate Alice y mira las fotos, me gustaría que sintieras algo de lo que yo siento cuando las hago, pero si no es así no pasará nada. 

_ Podré relajarme cuando dejes de hablarme tan cerquita. 

_ Entendido. 

Se separó un poco de ella sin dejar de mirarla, tenía los ojos más expresivos que había visto en su vida. Fué pasando las fotografías, separando curiosamente las de color de las hechas en blanco y negro. Su cara era digna de mirarla detenidamente, se sucedía las muecas en su rostro, su boca pintaba sonrisas espectaculares y su pequeña lengua, se lamía sus labios mientras sus ojos espectantes recorrían las imágenes detenidamente. 

Tomó una muy especial para Emmet, era en blanco y negro, la imágen de una niña de no más de 10 años,llevando a su hermano en brazos, un pequeño de pocos meses, mientras corría descalza por su suelo abrupto. Al fondo se podía apreciar el polvo que levantaban las bombas. 

La niña huía de la guerra, pero en su cara no había miedo, solo prisa, como si estuviera acostumbrada a huir, como si ya lo hubiera hecho demasiadas veces. Llevó su mano a su boca y la fotografía se quedó apoyada sobre la mesa. Aguantó sus lágrimas, no quería aparecer demasiado emocionada. ¿de qué sirven los sentimientos cuando se ven esos momentos si el resto del tiempo no eres consciente de ellos? 

Emmet tomó la fotografía le dió la vuelta y escribió algo en ella. La metió en un sobre color sepia y la depositó en sus manos. 

_ Es una de mis favoritas. Llevatela y lee lo que he escrito en ella cuando llegues a casa. 

No dijo nada, no podía, el rostro de la pequeña seguía en su mente y las palabras de Emmet la alertaban de lo que vendría. 

_ Suelo cumplir mis promesas Alice, pero me etás pidiendo a gritos que te bese. 

Se acercó a su boca y rozó con sus labios los de Alice con tal delicadeza que pareció no tocarla, sin ejercer presión, sin capturas, sin imposiciones. 

Se retiró mirandola,viendo como ella agachaba la cabeza y cruzaba las manos retorciendo su sudadera. No se había negado. Levantó con un dedo su barbilla y la miró fijamente. 

_ Dime que no vuelva a hacerlo, y te aseguro que no sucederá jamás, que no lo intentaré nuevamente. 

Alice no contestó ¿qué podría decir? estaba demasiado ocupada haciendo que su cuerpo no temblara demasiado. 

Y volvió a acercarse a su boca, despacio, dandole tiempo a negarse. Pero no ocurrio, Alice no se negó, solo cerró sus ojos en un intento de sentirlo esta vez mucho más intensamente. Emmet depositó pequeños besos en sus labios con tal lentitud que pareciera querer para el tiempo. Pasó su lengua por los labios, no quería invadir, con Alice hubiera sido un error, pero si saborearla, reconocer su sabor y que ella no olvidara el suyo. 

No la presionó más, la cogió por la cintura y la puso sobre el suelo. 

_ Es hora de volver. No quiero que nadie piense que hemos desaparecido demasiado tiempo. 

Alice, este sería un buen momento para decir algo, aunque solo sea una palabra. 

Ella lo miró con una interrogación ¿qué palabra definía lo que estaba sintiendo?. Sería mejor reponerse. 

_ Estoy bien, es solo un beso, no tienes que preocuparte, y sí tienes razón, es mejor que vayamos con los demás. 

Lo dijo suave de manera melosa, aún nublada por su beso. 

La tomó de la mano para ayudarla a bajar las escaleras y en la puerta del taller se la besó, para luego soltarsela y volver hacia la casa. En el camino de vuelta vieron a Edward sentado bajo el porche, en el balancín. Sobre sus piernas estiradas mantenía a Bella profundamente dormida. Acariciaba su cabello despejandolo de su cara y la miraba como si toda ella no fuera real. 

Emmet se acercó y después de hacerle unas señas la tomó en brazos y la llevó hacia la casa, recostandola en el sofá. 

Alice alargó la mano para ayudar a Edward a levantarse. 

_ ¿Qué llevas ahí? 

_ Me la ha regalado Emmet, tiene fotos magníficas, es un fotografo extraordinario, hay alma en estas fotos Edward. 

_ Parece que la familia Swan invade sin avisar. 

Alice no contestó, agarró a su hermano del brazo y apoyó la cabeza en su hombro. No pensaba hablarle de lo que el ya sabía, de lo que el sentía por Bella , de lo que ella empezaba a vivir. Estaba feliz pero muy asustada. 

… Charli y Emmet se despidieron de todos, no sin antes pedirle a Alice su teléfono. El camino de vuelta fue casi en silencio. Thelma y Dana estaban demasiado cansadas y cayeron enseguida. Alice miraba a través de la ventana perdida en sus pensamientos. Edward conducía hablando bajito, diciendole a Bella parabras que solo indicaban su deseo de estar a solas con ella, tiempo para los dos. 

… Entraron en casa y Edward la tomó entre sus brazos. 

_ No he querido decirte nada antes para no estropear este maravilloso día. Mañana temprano vuelo a París con Petter. Serán solo dos días nena, pero se me harán eternos. Dime que me extrañaras tanto como yo a tí. 

_ Te echaré de menos mucho, pero contigo no sé nunca mucho cuanto es, como puedo medirlo, contigo nada tiene medida cariño. 

Segunda vez, ya se lo había dicho dos veces - “cariño”. 

_ Dimelo otra vez, dimelo nena. 

_ Te echaré de menos mucho, pero... 

_ Eso no. 

Sonrió burlona, sabía a lo que Edward se refería desde el principio. Cuando se le había escapado la primera vez había sido sin darse cuenta, como si las palabras por si solas hubieran tomado esa decisión, igual que su cuerpo tomaba la iniciativa de entregarse sin reservas. 

Ahora él se lo había pedido y era como si esperara que tuvieran más significado. 

_ Cariño, eres mi cariño, algunas veces mi cielo, otras mi infierno. En ocasiones mi ángel otras mi demonio, mi ogro, la intemperie y mi refugio, mi calma y mi tempestad. Muchas veces llegas a ser mi todo, pero me satisface pensar que solo eres mi hombre, solo mi hombre. 



No importan las palabras Edward, porque a veces son fáciles otras muy difíciles de decir, lo que sentimos es lo importante, lo que somos capaces de entregar, lo que no espera nada a cambio, y de eso te aseguro que tengo una vida entera para darte. 

Lo arrasó con sus palabras. En muy pocos días había invadido su tiempo y su espacio, le había exigido su alma y su cuerpo, le había medio arrancado su pasado y se iba introduciendo en su presente, y ella le decía que tenía una vida de entrega para darle. 

_ Si me concedieran otra vida aparte de la que tengo ahora, la viviría contigo también, pero no podría amarte más de lo que te amo. 

Lo miró a los ojos entendiendo a la perfección sus palabras, su mirada y la presión de sus brazos alrededor de su cintura. Edward la necesita en esos momentos como se necesita el aire para respirar. No era su cuerpo lo que necesitaba en ese instante, era su alma. Esa noche necesitaba hacerle el amor, buscarse el uno en el otro y perderse donde nadie fuese capaz de encontrarlos, donde los amantes se esconden para no ser vistos, para que nada les sorprenda, para que el universo entero sea solo de ellos, ese lugar donde solo existe la entrega. 

Enrolló sus brazos alrededor de su cuello, sus pequeños dedos hicieron aros en su cabello y su boca se acercó a la de Edward con ternura infinita. Tiernos y cálidos los besos, suave y húmeda su lengua fue conquistando la de Edward sin prisa,como si todo el tiempo del mundo fuera solo de ellos. Las manos de Edward, como suaves plumas acariciaban su espalda. 

Tácitamente se habían concedido una tregua a las prisas, al descontrol, hoy tocaba silencio, devoción, adoración. El amor hoy sería una oración. Edward la tomó de la mano y callados se dirigieron hacia el dormitorio, como quien tiene aprendida la lección y lo ha hecho muchas veces llegaron hasta la cama. Bella desabrochó los botones de su camisa, uno a uno, los ojos clavados en Edward, sacando su camisa por sus brazos, rodeandolo hasta ponerse a su espalda y deslizarla suavemente. 

Edward se dió la vuelta, quitó su pasador del pelo y lo peinó con sus manos dejando que las yemas de sus dedos rozaran sus hombros. Levantó su camiseta hastga sacarla por su cabeza. Bella bajo hasta sus pies y los descalzó,subió hasta sus pantalones y bajó su cremallera. Se mordió sus labios dulcemente. Bajó los pantalones hasta el suelo. 

El la subió hasta ponerla grente a él, quitó su falda y la acompañó hasta pasarla por sus piernas. Besó cada uno de sus pies, subiendo por sus pantorrillas hasta su vientre. 

Bella quitó sus boxers con extremo cuidado y el acompañó sus movimientos bajando sus braguitas. 

Desnudos frente a frente, ni batallas, ni combates, ni victoriosos ni vencidos. 

Bella se tumbó en la cama con sus piernas flexionadas y sus brazos extendidos llamandolo a su regazo. Edward hiponotizado atendiendo a sus instintos y envolviendola en sus abrazos, esos que ella anhelaba. Ni un solo ruído, la nada, el todo. Fuego permanentemente encendido, mostrándoles que no se acabaría jamás. Edward entró en ella buscando su hogar y ella lo recibió sin cerrar las puertas, dándole la bienvenida. Nada quedaba por llegar todo estaba en ellos. 

Y un baile lento y suave, con la música de su necesidad solo en sus mentes, marcó el camino hacia el Edén. Viaje juntos, viaje de grandeza, viaje con voleto de ida y vuelta concertada, viaje de sueños y futuro. La inmensidad. 

Esta vez no fueron necesarias las palabras, ni una sola, hablaban por ellos el resto de os amantes del mundo, la experiencia del sentimiento más antiguo del universo EL AMOR. 

… Alice llegó a su dormitorio, se cambió y se sentó en la cama. Recordar los besos de Emmet era algo peligroso, aún sentía en sus labios su boca suave. Con el sobre en la mano dudando si abrirlo y leer su contenido ¿qué le habría puesto?, ¿por qué tanto miedo?. Abrió el sobre en un impulso y volvió a ver la foto. Tendría que ser valiente. 

_ No huyas de mí como esa niña lo hace de la guerra. Dame una oportunidad. 

Pegó la foto a su pecho y pequeñas lágrimas se escaparon de sus ojos, las mismas que había contenido al ver por primera vez la foto, pero esta vez no eran lágrimas de dolor sino de esperanza. 

Su teléfono vibró, lo tomó en sus manos y oyó. 

_ Dame una respuesta preciosa o me volveré loco 

_ Si. 

Fue todo lo que pudo escribir. Su pequeña boca de cotorra se había ido de vacaciones y no le había dado instrucciones. Iniciaba la mayor de sus aventuras y no tenía ni idea de que pasos seguir, solo sabía hacia donde tenía que ir. Emmet hacia Emmet.

8 comentarios:

  1. wow!! me ha encantado!! sabia que Alice y Emmett tenian que estar juntos!! ha estado genial el capitulo! me encantan bella y edward! que pena que tengan que estar dos dias separados!!! me ha encantado la parte del silencio! jjajajaj
    siguela!! un besitoooo!

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  2. Simplemente hermoso muy lindo el capitulo me encanto...

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  3. que tiernos mis niños, me gusta, todo es compatible y necesario momentos de pasión desenfrenada y otras de sentimientos desbordados, por cierto me encanta emmet! jajajajaj

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  4. que penita edwaerd se va 2 dias no quiero ni imaginar lo que haran cuando vuelva

    bueno bueno bueno la parecer alice tambien es virgen debian de ser las unicas en todo londres

    paso al cap 20

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  5. Bueno la visita a casa de Charlie ha sido muy productiva. Como se han reido con los intentos culinarios de Bella.
    Alice se ha lanzado a la piscina con Emmett y le va a dar una oportunidad.
    Y Edward se nos pira dos días pero antes de irse vaya pedazo de despedida que se han dado.

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  6. retomo mi lectura, que capitulo tan mas lindo, conociendo a la familia y charli ya lo acepto, emmett empieza una nueva aventura de la mano de mi querida alice y que bien que no se resiste, y la manera en que el la ve es aaa simplemente no tengo palabras. y viene mi pareja estrella: el ogro y la halcon, sin duda ella sabe que lo ama, desde el primer cariño inconciente que dijo, y que manera de decirle que lo ama sin decir las palabras magicas, y si asi se sintio ed como sera cuando se lo diga, ani me encanta la historia, pero aun voy retrasada, pero prometo ponerme al corriente y buscar por supuesto mi poema jejejeje, besos ani guapa tq!!!

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  7. Es precioso todo,linda pareja la de emmet y alice,tambien con una historia muy especial entre ellos como la de nuestros protagonistas que cada dia que pasa abarcan mas facetas en el amor,pasion,locura deseo,ternura...la experiencia del sentimiento más antiguo del universo EL AMOR.

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